Capítulo I - Renacimiento
¡Hemos vuelto! exclamaba la tripulación de la Planet Express al comienzo del episodio de Futurama muy oportunamente titulado... Renacimiento. Algo así siente uno ante el regreso de Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid en esta su segunda edición, más aún en un momento en el que la asistencia a las salas de cine se encuentra en niveles prácticamente apocalípticos, convirtiendo a este tipo de loables iniciativas en un acto de fe más que de valentía.
Hemos vuelto, sí, y los amigos del Ktulu también para disfrutar de aquello que particularmente el aficionado al cine de género nunca debe perder: el placer de disfrutar en una sala de cine. Porque ni es lo mismo ni es igual. En el fondo lo de menos es que las películas sean mejores o peores... prefiriendo siempre que sean lo más cercano posible a lo uno o a lo otro; lo importante es que incidentes como que le suene el móvil al proyeccionista al principio de una proyección sea objeto de risa, no de indignación.
En fin, menos Terry Gilliam -como confirma la inauguración oficial, 'The Zero Theorem', puro Gilliam... para lo bueno y para lo malo- todo cambia aunque no siempre para mejor, sin saber si el camino que trazamos es el correcto o no... si es que hay un camino correcto. Esta misma disyuntiva podríamos aplicarla a la película que ha tenido el honor de abrir extraoficialmente Nocturna 2014, 'Blutgletscher' (conocida internacionalmente bajo el título de 'The Station'), una producción austriaca con claras reminiscencias a 'La cosa' de John Carpenter que se queda a mitad de camino... ¿del camino correcto? A saber, una película "de género" que apuesta por el susto gratuito antes que por construir algún tipo de atmósfera.
Igual de haber seguido el camino contrario sería una película "a secas" (que además no se deshinchase por el camino). Pero por esta senda nos queda algo distraído antes que entretenido, con un puñado de títeres a la espera de morir en un filme de recursos, efectos y medios limitados mal disimulados e impersonal que dilapida su potencial. Al menos, lo tiene, cosa que no puede decirse de 'Fractured', cuarta película de un tal Adam Gierasch que ni está ni se le espera. Un thriller muy amateur en todos los sentidos que simula mirarse en el mismo espejo que David Lynch si bien el reflejo, acompañado de alguna que otra teta y una banda sonora más propia de una porno light, es un cambalache metafísico que además de no tener sentido tampoco tiene gracia...
... que es lo que le sobra a 'The Demon's Rook'. Al menos vista en donde tiene que verse. La sobre-exposición del apellido Sizemore en los títulos de crédito ya nos da una idea, la película la confirma: se trata de una producción gore doméstica como la que puede uno mismo hacerse con los amigos, de fin de semana en fin de semana, con dos duros pero con mucha ilusión... y por qué no decirlo, algo de talento y brío para darle carácter sin caer en la complacencia habitual. Y aunque acabe haciéndose algo reiterativa es, a los puntos, tan casposamente imbécil que su determinación resulta rematadamente divertida... lo dicho, al menos en buena compañía. Como niños. De eso se trata, a esto venimos.
Continuará.
Por Juan Pairet Iglesias
Entonces ¿tu quien eres el que está a su lado que lleva gafas o el de sin gafas?