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Una adolescencia americana: La primera película del actor Jonah Hill

Vía Berlinale por 11 de febrero de 2019
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Con un tiempo casi excepcional por estas fechas de pleno invierno, la Berlinale sigue adelante con altas temperaturas, causadas más por el clima que por la emoción que se pueda sentir en las salas. Sin embargo no seremos detractores en el tercer día de festival: Seguimos con un amplio y variado programa a través de las distintas secciones, que tratan con empeño de ofrecernos cada día nuevos puntos de vista sobre lo que significa vivir en este mundo.

Hoy nos movemos lejos, aunque quedándonos en terreno bien conocido: la adolescencia en plenos 90 de la mano de Jonah Hill (actor, 'El lobo de Wall Street'). Con una recreación a ratos nostálgica, a ratos distrayendo demasiado, el debut en la dirección del actor norteamericano nos sumerge en la L.A. de Stevie, un inocente protagonista de 13 años en búsqueda de referentes que se adentra en el mundo skater. Movido por una necesidad de reconocimiento que es incapaz de encontrar en casa, con sus primeros colegas y sus experiencias conjuntas en el mundo de los adultos aprenderá a caer y volver a levantarse, o lo que viene a ser crecer.

Con un elenco de personajes bien caracterizados, 'Mid90s' es un tanto tambaleante, aunque cuando arranca coge gas hasta el final. Como el mismo protagonista, va creciendo y ganando con cada escena. Si uno sobrevive a todas las caídas, termina por no querer abandonar a esos chicos, o incluso por sentir finalmente la nostalgia de aquel tiempo pasado que (probablemente no) fue mejor.

Y como si de un universo paralelo se tratara, la directora canadiense Geneviève Dulude-De Celles nos trae de nuevo al presente con la historia de una niña adolescente en Canadá. Su 'Une colonie' relata de forma bella y precisa el mismo proceso que comentábamos en 'Mid90s': Ese momento en que un niño se da cuenta que su entorno cambia, y que necesita buscarse, entender quién es y encontrar el espacio para ser sí mismo.

Mylia, a diferencia de su hermana menor, empieza a ver la vida de forma complicada. La intuición y espontaneidad de cuando uno es pequeño se ve limitada por nuevos miedos y nuevas reglas, y por la conciencia de una complejidad que no acaba de entender. La incerteza del panorama familiar, sus primeras experiencias en el nuevo colegio y en las fiestas, la búsqueda de amigos... darse cuenta que quizá hay que tantear fuera de las líneas previamente trazadas para encontrar aquello que realmente quiere.

En ambos debuts cinematográficos, con puntos de vista complementarios, ya fuera en los 90 o en la actualidad, la adolescencia sigue siendo esos difíciles tiempos en que uno se siente realmente solo (quizá por primera vez) y que, con suerte, uno terminará sintiéndose (quizá por primera vez también) acompañado de verdad.

por Aina Riu
@ganiveta_online

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