'Upload' (T3) - Y con curiosidad de más
'Upload' es una serie que tiende al desconcierto. Y a menudo también es divertida y estimulante, como bien sabrán los que han llegado hasta el final de una tercera temporada que no quiere ser la última. Una tercera temporada con la que al igual que con la segunda cuesta volver a conectar y pillarle el ritmo. Hasta el punto de que uno no tiene claro si se lo ha vuelto a pillar, o una vez que ha llegado hasta aquí, tan sólo se ha dejado llevar.
Una serie sin duda peculiar y difícilmente confundible, muy cercana al ridículo y con un desarrollo narrativo que parece evidenciar que si bien sus responsables pueden tener un idea más o menos general, no tienen del todo claro qué hacer con ella. No deja de ser una premisa a la que hay que forzar para poder seguir mirando al más allá. Ya sea desde esta vida o la otra. Y esta aparente huída hacia adelante improvisada le va pesando.
A mí, de todas formas, me tientan las series que se despliegan mientras me pregunto hasta qué punto son una chorrada o una pérdida de tiempo. Porque ahí sigo mientras me lo planteo, aguantando hasta el final, como con 'Miracle Workers' o 'Upload', haciendo de su relativa e impredecible inestabilidad un valor estable. Aunque sean del todo absurdas y banales; al menos, mientras sigan dando recurrentes muestras de que merece la pena tenerles fe.
Todo puede ser en 'Upload', serie parapetada en la ciencia ficción que hace del gusto y la costumbre por los detalles imprevistos pero cotidianos un pequeño placer que saborear entre medias de tantas otras tonterías. Como el picoteo entre horas o en horas de trabajo. Como tiene que ser toda (buena) comedia bajo su apariencia de servicio público: peculiar y particular, con su debida mala leche y una moderada ausencia de vergüenza.
Y con personajes secundarios como los de Allegra Rose Edwards, Kevin Bigley, Owen Daniels o Mackenzie Cardwell que compensen la tendencia a la baja o la relativa seriedad de sus teóricos protagonistas.
Hacerse notar de alguna manera, aunque sea de manera harto imperfecta; en este caso, a través de la inestabilidad de un conjunto con unos cambios de tono y de dirección peligrosamente cercanos al desconcierto, que decía al principio. 'Upload' no destaca por la solidez de su discurso, sino al contrario, por lo repentino e improbable del mismo. Por esos no tan pequeños ni tan furtivos hallazgos que irrumpen para salvarnos el momento.
Por la predisposición de sus creadores a que la serie no se estanque y evolucione, aunque no siempre lo haga de la mejor o más refinada manera. Desde la ligereza, lo excéntrico y lo absurdo pero conservando el respeto cómplice hacia un espectador a verlas venir. Modulando un discurso aberrado pero estimulante en base a su aparentemente caótica, fortuita y cutrilla mezcla de bromas intelectuales, comedia física y gags absurdos.
Aunque en su tercera temporada da algunas muestras de flaqueza o de no tener muy claro para qué todo esto, 'Upload' sigue siendo una serie extrañamente adictiva en su imperfecta y ecléctica apariencia de andar por casa. Con una inercia un tanto ''friki'' que funciona cuando no cuenta lo que necesitas oír pero te encanta escuchar, siendo, precisamente, por este misma cómoda indefensión de hacerte sentir en el cuarto de invitados.
El porno de las comedias, que decía en su momento y por qué no, lo vuelvo a decir ahora con morbosa simpatía (aunque a estas alturas no recuerde muy bien el por qué de la primera vez). La que despierta aquello que ves porque esperas que descarrile en algún momento, porque parece inevitable. Sin embargo, una y otra vez, y a pesar de sus tropiezos, de forma que no sabes si es por talento o casualidad, no acaba de caer. Y te deja a medias.
Y con curiosidad de más.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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