'Que Dios nos perdone' - Porque hemos pecado
Lo que cuenta es la intención. Así como la voluntad. 'Que Dios nos perdone' presenta ambas cosas, si bien tanto su intención como su voluntad se ven (algo) lastradas por culpa de un guión al que le falta, así a ojo, al menos un par de re-escrituras para terminar de encontrar aquello que 'Tarde para la ira' sí parecía encontrar. Aunque esta mención sólo sea para reivindicar otro gran thriller estrenado este año a la que la nacionalidad española le ha sentado como un guante. Tanto como para formar parte intrínseca del mismo.
'Que Dios nos perdone' juega con el concepto del thriller para pervertir la idea de lo que podría esperarse de ella como tal, en un intento por llevar la turbulencia maliciosa que la constituye un paso más allá de la habitual representación genérica. La misma que en muchos casos limita las opciones a ser no más que una especie de ejercicio de estilo ahogado, en no menos casos, por las deudas contraídas para con sus referentes más populares. Pero no, 'Que Dios nos perdone' no se conforma con ser un mero súbdito.
Y lo cierto es que Rodrigo Sorogoyen consigue superar esta pleitesía. Con intención. Con voluntad. Puede que sólo a ratos, es posible, pero lo hace durante unos largos (y buenos) ratos. Lo que no evita que nos encontramos con una fórmula retorcida de manera tan evidente como para que el interés recaiga, finalmente, en sus formas antes que en el contenido propiamente dicho. Una "evidencia" que genera una cierta distancia para con el espectador, entre narración y reacción además marcada por algunos excesos superfluos e innecesarios.
Distancia paliada en parte por la confirmación de esa (ahora firme) promesa llamada Rodrigo Sorogoyen. El realizador, lejos del habitual tinte referencial o el claroscuro de salón, logra imprimir un aire costumbrista y castizo bastante logrado a una narración de espíritu realista, capaz de respirar por sí mismo como una alternativa a nuestro mundo. Una textura que alcanza para dotar de un valor diferencial, importante, y en dónde el suspense se sitúa como el contexto de un patio de recreo con un enorme margen de maniobra para los actores...
... en dónde destaca un pletórico Roberto Álamo como punta de lanza y auténtico alma matter (con aroma a Goya). Lástima que, como decíamos, el conjunto se vea (relativamente) lastrado por un guión con varias aristas sin pulir que, por si fuera poco, es incapaz de ir a más según avanza (aunque tampoco vaya a menos), y que esta rematado con un final que adolece de la falta de impacto necesario, dejando tras de sí la sensación agridulce de que tras haber dispuesto las piezas con acierto no ha terminado de explotar del todo su potencial.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Roberto Álamo genial como siempre.
Tengo un par de dudas que a lo mejor no he pillado bien o no sé...
Spoiler
- ¿Porqué mata a su madre y a su cuidadora? ¿O muere de muerte natural la madre?
- Una vez descubren el pastel ¿porque no van directamente a por su hijo?
- Lo de rastrear la serie de libros me ha parecido muy cogido con pinzas...
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