Me parece que vi 'Nekrotronic' el mismo día que vi 'Mandy', allá por aquel lejano mes de octubre de 2018, en un lugar de la costa de cuyo nombre ahora no me acuerdo.

Pero sí me acuerdo bastante bien de ambas películas, básicamente, por lo mismo: Por su desfachatez. Porque hay que tenerlos para que no se te caiga la cara de vergüenza.

'Nekrotronic' es una de esas películas con las que uno duda, de verdad de la buena. Porque por un lado es una comedia de acción de corte fantástico muy deudora de sus referentes y más bien "tirando a mala"... pero, por el otro lado, lo es al menos con un desparpajo y una alegría contagiosa que ya la quisieran algunos en su día a día; también, con unos estupendos efectos especiales que nada tienen que envidiar a producciones mucho, mucho, mucho más caras y a menudo no sé sabe muy bien por qué, tan perezosas como un funcionario.

'Nekrotronic' es vaya por delante, una tontería. Vale. Pero en realidad a eso se va a un sitio como Sitges, a ver películas como 'Nekrotronic' o 'Mandy': Películas que abrazan el género con ganas, con muchas ganas. A menudo esa es la diferencia que separa la tontería de la pérdida de tiempo. La alegría, y también el mimo con el que dos duros pueden lucir en pantalla mucho más que muchas producciones milmillonarias temerosas de Dios. Superproducciones que creen en el poder de un ordenador como un niño se supone que cree en el de los Reyes Magos.

'Nekrotronic' es una tontería. De eso se trata, precisamente. A pecho descubierto. Una tontería... simpática, que no necesariamente buena. Pero, aunque sean muchos más los chistes que no hacen gracia que los que la hacen, qué carajo, vista en sociedad y sabiendo a lo que venimos, divierte y entretiene con mayor o menor vergüenza. La de una "serie Z" que lejos de disimular o avergonzarse de lo que es, abraza su condición con desparpajo, una fe incondicional y mucha alegría. Y que sea lo que el niño quiera que crea, que es Navidad. Paz y buen rollo.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex