'Marco' - Mentiroso compulsivo
'Marco' se hace fuerte allí donde, por ejemplo, 'Soy Nevenka' se volvía más débil: en la figura de su teórico villano. Y es que los villanos, por lo general, son personajes más interesantes que las víctimas. La razón es evidente: no tienen por qué regirse por las convenciones sociales que, trazando una línea roja entre medias, separan a los buenos de los malos. Los buenos... de los malos. Una forma de resumirlo todo tan poco realista como propia de la ficción.
En la vida real no hay buenos ni malos. O al menos, ni está tan claro ni lo ejercen a jornada completa. Hay por lo general personas que hacen cosas. Cosas que a menudo ni son buenas ni malas que el momento, la perspectiva, los prejuicios o los "bandos" convierten en buenas o malas. Lo de Enric Marco empezó con tan sólo una mentira, como tantas otras cosas. Mintió para sentirse admirado, para sentirse alguien. Una mentira que creció y creció a lo largo de los años...
... hasta hacerse insostenible. Y por supuesto, reventar. 'Marco' recoge toda esta historia de una manera tan resumida como ágil y eficiente con la complicidad de un excelso Eduard Fernández, quien da vida al tal Enric Marco. Un "villano" al que los responsables de 'La trinchera infinita' tratan de entender. Porque la historia no trata de lados buenos o malos, sino de entender. De comprender. De humanizar lo que al fin y al cabo siempre son acciones y decisiones humanas.
Porque antes que un mentiroso, o presunto mentiroso, Enric Marco era persona. Y 'Marco' se centra en la intimidad del personaje, mostrando al individuo detrás de la leyenda y haciendo hincapié en esa humanidad que tiende a hacernos sospechar que la primera víctima de todo villano es uno mismo. En especial cuando no se trata de hacer el mal por el mero hecho de hacer el mal, sino de hacer algo mal por uno mismo... por algo tan comprensible como uno mismo.
'Marco' es una película muy sólida y bien hecha a todos los niveles. Una apuesta segura que dentro de lo que podríamos considerar los buenos estándares del oscarizable biopic universal, no es ni pretende ser particularmente incisiva a la hora de recoger con tensa eficacia, neutra corrección y honestidad emocional la (falsa) historia del tal Enric Marco. No va mucho más allá de tan sólo mostrar, siendo esta quizá la verdadera grandeza de una película como 'Marco':
Dejar que el espectador decida su propia verdad (o mentira).
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex