'Juego de ladrones: Pantera' - Un golpe maestro
El agua moja, el cielo es azul... y 'Juego de ladrones: Pantera' es la secuela de 'Juego de ladrones: El atraco perfecto'. Tan obvio... como que el referente del ahora primer film era 'Heat' y que Christian Gudegast es un gran fan de Michael Mann de antaño. Un recuerdo e impresión muy presentes en esta secuela, otro sólido thriller de acción que no es de acción, sino de suspense.
Permítale que insista: Si 'Juego de ladrones: El atraco perfecto' era un sorprendente buen sucedáneo contemporáneo de 'Heat', 'Juego de ladrones: Pantera' sería un ya no tan sorprendente y eficaz buen sucedáneo de lo que podría ser (o será) 'Heat 2'. Por poder ser, una vez vista 'Ferrari' podría incluso serlo aún más de lo que lo acabará siendo la propia secuela de 'Heat'.
Gudegast vuelve a hacerse fuerte en las virtudes del film de 1995 (y de 2018), empezando por su ruda y contundente fisicidad y un suspense elaborado a base de drama. La película también remite a títulos más europeos como 'Ronin', mientras Gudegast y su equipo evitan caer en la tentación de abandonarse a la típica secuela "a lo 'Fast & Furious'" más grande, loca, tonta y ruidosa.
Esta mesurada secuela mantiene los pies en el suelo, y camina firme en su propósito apoyado en el indudable carisma de Gerard Butler. Puede que no sea ni Al Pacino ni Robert De Niro, pero ahora mismo se ha convertido en una apuesta más fiable. O al menos con mejor gusto para escoger proyectos, siendo esta 'Juego de ladrones: Pantera' un ejemplo muy satisfactorio de ello.
En la práctica, un thriller sobre un atraco (no tan) imposible en el que encaja como un guante. Un altamente efectivo, sobrio y sólido thriller de claro sabor noventero que cumple lo que promete, como película, como secuela y como "una de Butler"; tan consciente de sus posibilidades y lugar en el mundo, que actúa como una suerte de falsificación que cuesta distintiguirla de su original.
Porque por un módico precio ofrece lo mismo sin la responsabilidad de cargar con el peso de una marca. No es que cueste distinguirla, es que se hace querer más que de sobra como para que no queramos hacerlo... y disfrutar así de este modélica atraco de la vieja escuela, a lo 'The Score (Un golpe maestro)', que prueba que el CGI no es lo mejor que le haya pasado al cine de acción.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex