Increíble... pero cierto: Quentin Dupieux vuelve a decepcionar de seguido con otra floja y autocomplaciente película de mecha corta que no va hacia ninguna parte, una parodia de los Power Rangers demasiado parecida a las últimas que protagonizó Leslie Nielsen en los años 90. Un puñado de sketches más propios de un especial no particularmente inspirado de José Mota que de una película propiamente dicho.

Como todo lo que hace Dupieux, tiene su particular encanto, cuando menos en algún momento y/o por momentos, ya sea la inercia o la costumbre, y sobre todo un reparto apañado que da la cara por ella. Pero hay que ser muy pero que muy fan para poder abrazar otro caprichoso y baldío ejercicio de surrealismo fortuito como el de 'Fumar provoca tos', rodado por rutina y sin ambición durante unas vacaciones con los amigos.

Un proyecto que si no fuera por quien es, por los amigos que tiene y sobre todo por lo poco que cuesta (auto)producirlo...

Como sabe el que le conoce y desconocerá el que no, Quentin Dupieux se ha hecho un nombre transitando por ese fino y resbaladizo desfiladero por el que el absurdo o bien adquiere algo de sentido y gracia.... o bien pierde el sentido y se despeña. Y la mayoría de sus películas tienen gracia. Por algo repetimos una y otra vez. Una mayoría de la que sin embargo no forman parte 'Increíble pero cierto' ni tampoco 'Fumar provoca tos'.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex