'El otro guardaespaldas' - Sam Ryan
Voy a ser breve, como si estuviera escribiendo este texto desde un teléfono móvil mientras hago que veo 'Trolls' por enésima vez junto a mis dos revoltosos sobrinos. 'El otro guardaespaldas' viene a ser lo que comúnmente se conoce como una "Buddy movie".
¿Y qué es una "Buddy movie"? Básicamente, y por no darle más vueltas de las necesarias, lo que es 'El otro guardaespaldas'. Una de tantas comedias de acción que sacan partido, con la debida complicidad del público, de lo que vendría a ser "ir al cine a pasar un (buen) rato".
Si es lo que hay, si es lo que quieres, entonces vamos bien: 'El otro guardaespaldas' cumple sobre lo previsto. Tal vez sin el brillo de los referentes más emblemáticos del género, pero con la inercia simpática que aportan dos pachachos como Ryan Reynolds y Samuel L. Jackson.
Si es lo que hay, pero no es lo que quieres, entonces mal. Mal por la elección, no tanto por una película que, se pueden imaginar, descuida voluntariamente según que valores cinematográficos en favor de la noble causa de entretener por un módico precio.
Tonterías las justas, que de justos es ser sinceros: ¿Qué esperar de una pinícula que no ofrece más que lo prometido, y nada más que lo prometido? 'El otro guardaespaldas' es eso, un rato distraído y despreocupado tras el cual uno regresa a la rutina.
Eso sí, seguirás pensando en 'Arma letal' cuando se hable de "Buddy movie"...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Aunque ahora usemos expresiones americanas que suenan más cool para definirlas como "buddy movies", el género y la fórmula son muy antiguas. El poli (o similar) blanco estirado viviendo aventuras a la carrera con el malote (a veces poli también) negro gracioso, lo primero que me trae a la cabeza son las 48 horas de Nick Nolte y Eddie Murphy o el rizando el rizo en lo racial de Hora Punta. Y muchas más sin entrar en colores de los actores.
¿Qué ofrecía esta a priori que aportara algo al género que llamara el interés? Pues que pocos actores ahora mismo tienen el carisma al hacer de chalado hijo de puta como Samuel L. Jackson y que la genialidad de Ryan Reynolds en el personaje de Deadpool es un terremoto del que siguen llegando réplicas. Y verlos juntos podía molar mucho. Pero ha estado bien, a secas.
La película es entretenida pero su potencial se queda relegado a momentos muy puntuales. Aparte de que Ryan Reynolds hace de estirado y es como si al doberman más hermoso del mundo le pones bozal, la conexión entre sus protagonistas no es total. Tienen sus momentos, pero muchos otros bastante rutinarios. Alguna persecución deja tramos potentes, pero el resto, bastante rutinarias. Realmente, no se le puede echar en cara nada. Te da lo que te promete, sólo que viendo las caras de la portada, sabes que podría haberte dado más, haberse dejado llevar y haberse desatado, porque cuando lo hace es cuando más te recuerda lo que podría haber molado y cuando se pone en plan loco veloz y sangrienta es la leche.
Con mi primera reflexión para nada quiero ni encumbrar al género ni mucho menos a las dos citadas películas. Sabemos a lo que vamos. Pero por citar alguna reciente como "Dos buenos tipos", sin realmente estar a mucha distancia y ser irregular, me gusto un pelín más que la que nos ocupa.
Nota: 5'7