'Batman: La LEGO película' - Ya me tenías con el "negro"
La comparación con 'La LEGO película', o simplemente con su recuerdo, es inevitable. Es el reto al que se enfrentan todas las segundas partes aunque no lo sean, como es el caso de esta que, en realidad, es otra película ambientada en un mismo universo... o un varios mismos universos: En teoría el de LEGO, pero en la práctica también el no menos reconocible universo de DC Comics. A favor, la rápida identificación de todos sus elementos; en contra, esa misma e instintiva identificación de la mayor parte de sus elementos, un bloque de doble filo que juega en contra o a favor dependiendo del momento.
Del momento, este momento. La comparación y el recuerdo son, lo dicho, inevitables... pero también necesarios, y entre medias de ese pro y contra nos encontramos ahora, dudando en qué medida la hemos disfrutado. Necesaria, pero no imprescindible o del todo condicionante, que en este caso la palabra clave es disfrutar. Ya sea más o menos, si no somos innecesariamente fulleros, es una cuestión que puede quedar al margen. Porque aunque 'Batman: La LEGO película' no sea taaaan como 'La LEGO película', sigue molaaaando y brillando como réplica, o como spin-off, o casi como si fueran primas hermanas muy cercanas.
Porque la sombra es alargada, tanto como para que el recuerdo pese, ya sea a ella o ya sea a nosotros, ya sea aposta o sin querer. Y porque el término spin-off puede ser importante para describirla; por más que Lego Batman sea un personaje que, como protagonista o secundario, sea capaz de cargar sobre sus hombros no una, sino varias películas; por más que Lego Batman protagonice esta primera película, un enorme pasatiempo no obstante ni tan pulido ni tan aprovechado como debiera, y que podría haber dado un poco más de si, al menos, sin necesidad de una de esas versiones extendidas de a dos duros el kilo de deuvedes...
La película es igualmente alocada, igualmente absurda... igualmente gañán y muy suya, tanto como su predecesora de la que es una buena réplica. Y casi casi tan efectiva. Casi, porque a diferencia de la primera vez, y quién sabe si a causa de la pérdida del factor sorpresa, la sensación es que todo resulta más trepidante que gracioso, lo que no quiere decir que no sea graciosa durante muchos buenos bloques... y que todo resulta más frenético y arrollador que verdaderamente ingenioso, en una especie de rodillo que nos convence mediante una intimidación que deja poco tiempo para responder que no sea por inercia.
Cumple por encima de la media, trae consigo una personalidad muy sugerente y satisface con un moderado entusiasmo. Y por supuesto, su grado de arrebatadora imbecilidad es un enorme gancho como para que los detalles, sus grandes detalles, resten valor o importancia a sus pequeñas irregularidades, ya sea un doblaje no tan afinado en esta ocasión o unos excelentes tráilers que lo son a costa de la película. Qué importa. 100 minutos para que grandes y pequeños se sientan como niños jugando con sus muñecos con el único y auténtico pero que supone, o pueda suponer, nuestra propia imaginación.
Y eso es lo más importante que al fin y al cabo nos enseño 'La LEGO película'. Que en el fondo todo lo que merece la pena es como un juego de niños. Que nunca hay que perder esa actitud se tenga la edad que se tenga. Y a eso, de nuevo, remite con éxito una 'Batman: La LEGO película' que ya nos tenía solo con decir "negro".
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Pero eso si, sigue cumpliendo casi igual de bien. Y las referencias aquí a cualquier cosa relacionada con el mundo de Batman son innumerables.
-Batman va a bailar. ¡Que no baile!
7.25
Por lo demás, muy recomendable como gran parodia del cine de héroes-villanos en general y del universo DC en particular. Es curioso que supere ampliamente en calidad de película y entretenimiento a las dos últimas películas oficiales de la franquicia.
7
Y en algo tienen mucha razón: IronMan apesta!
8
El boom sorpresa de la primera le ha jugado una "mala" pasada a Batman me parece a mí.
Esta cinta no ha estado nada mal. Bastante autoparódica, graciosa a ratos y con toques de drama que no esperaba ver. No es la mejor película de animación de la historia, ni una de las mejores, pero es una propuesta que ha merecido la pena.