'Moonlight' - Dicen por ahí... muchas cosas, demasiadas
Dicen por ahí... muchas cosas, demasiadas. Todos las decimos. Y sobre 'Moonlight' también se pueden decir, si bien es uno de esos filmes de los que casi mejor hablar poco. Desde luego, mucho menos que de 'El nacimiento de una nación', la fallida respuesta al aburridísimo "Oscar so White" con la que le metieron un gol a Fox Searchlight en aquel McDonalds indie en el que se ha convertido ahora Sundance, si es que no fue siempre así. Pero aunque lo pueda parecer, no es del todo así... aunque lo sea: 'Moonlight' no es su reemplazo como "aspirante de color" con el que aparentar que la realidad es un brillante e inmenso arco iris multirracial en el que reina la paz y la armonía... aunque lo primero lo sea, lo segundo no tanto.
Dicen por ahí... muchas cosas, demasiadas. Todos las decimos, la mayor parte de ellas chorradas sin relevancia ni trascendencia. Porque las cosas que las tienen son escasas, aunque no tanto vistas desde lo cotidiano del día a día de nuestras por lo general insignificantes existencias para la mayor parte del mundo, y de la historia. Insignificantes, pero a la vez relevantes... vistas por supuesto desde nuestra mísera existencia, propia e intransferible, porque no tenemos otra desde la que observar este mundo que nos da cobijo. En esta especie de emulación inteligente de la no tan inteligente 'Boyhood', Barry Jenkins no escoge tanto al negro, como escoge aquello en lo que tanto nos insistía Mark Renton, la vida.
Dicen por ahí... muchas cosas, demasiadas. Todos las decimos aunque sólo sea para poder oírnos y sentirnos vivos, desde fuera. Y que los demás lo puedan ver, que lo que no existe de cara a los demás... o no existe, o parece que no merece la pena ser vivido. La vida es algo insignificante desde fuera, pero algo potencialmente grande desde dentro. Jenkins altera el canon para restarle color a su diatriba sobre lo que es ser negro, pobre y homosexual en lo que podríamos destacar su mejor cualidad: Una colorida exposición que universaliza la historia de una persona que bien podría ser la de cualquiera, porque cualquiera tiene una historia que contar. Que sea más o menos interesante depende de la mano que nos la cuente.
Dicen por ahí... muchas cosas, demasiadas. Y todos las decimos aunque no siempre bien, aunque no siempre se entiendan; o aunque lo que queramos decir sea algo tan etéreo como para no poder ser descrito. La cualidad de 'Moonlight', su valor diferencial, es que no es una historia que contar... es una historia que experimentar, capaz de transcender de aquello que se pueda decir. Tan pequeña, tan irrelevante como la vida misma de un cualquier otro que no sea uno mismo, del color que sea y/o quiera ser, y en cierta manera tan insignificante como lo puede ser un premio, el Óscar, en no pocas ocasiones un cincel para opiniones de todo tipo, color e interés bienintencionados y no tan bienintencionados.
Dicen por ahí... muchas cosas, demasiadas. Todos las decimos aunque ni siempre merezcan la pena ser dichas, ni siempre lleguen a manos de las personas indicadas. 'Moonlight' ni es ni deja de ser una gran película, ni es ni deja de ser una película "importante", "necesaria" o cuantos calificativos con los que queramos "marcarla" para su fácil y rápido consumo. Ahí, y no en ninguna otra parte, es dónde la cinta de Barry Jenkins encuentra la valía que tiene, sea cual sea dentro de su condición de "rareza" a reposar convenientemente. Allí es dónde se erige en un filme que merece la pena ver por cuanto se escapa de la apariencia de lo habitual, por cuanto se diferencia de cualquier cosa que pueda decirse de ella que no sea verla, simplemente.
Tan sencillo, estimulante y banal como eso.
Porque la vida no es sino una suma de momentos al final de la cual no hay una IMDb que nos la catalogue ni un Óscar que tiña de satisfacción o no lo que, sencillamente, es una cuestión emocional de cada cual. Eso es 'Moonlight'. O algo que se le parezca.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Para más inri, lo que cuenta ya lo hemos visto muchas veces y no tiene nada que la haga especial. Bullying, homofobia, relación tóxico entre hijo-madre... Hay muchas películas que tratan todo esto junto y algunas que se centran solo en uno de ellos. Pero 'Moonlight', sin hacer las cosas mal, tampoco las hace tan brillantemente como algunos se empeñan en decir. Las hace, con sus muy buenos momentos (todos los que aparece la madre son los mejores del film) y otros que simplemente están ahí. Sin duda, la infancia es la parte con mejores momentos. Que cuente con Mahershala Ali influye, pues es de lo mejorcito del film. Su última aparición en pantalla es muy buena.
Es buena, y tengo ganas de volver a verla. Pero no veo la maravilla por ningún lado. 'La Llegada', 'Animales Nocturnos', 'Hacksaw Ridge' o 'La La Land' me parecen muy superiores.
Un 6.
Le doy un 7.
Un 6.