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'100 metros' - Pero ni uno más, que nos entran agujetas

Vía El Séptimo Arte por 04 de noviembre de 2016
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Debo admitir que '100 metros' me da mucha pereza. En todos los sentidos que uno pueda imaginar, puede que alguno más, aunque eso no tenga por qué ser necesariamente negativo... como tampoco tiene por qué ser necesariamente negativo asegurar que acaba siendo más divertida que 'Ocho apellidos catalanes'. O al menos no es necesario interpretarlo como tal, porque esto tampoco es así: Para entendernos, '100 metros' podría ser tildada perfectamente como el intento español por reeditar el éxito de 'Intocable'. O algo que se le parezca.

En estos casos resulta muy cómodo recurrir a otros títulos que han conseguido llegar allí dónde '100 metros' no consigue llegar. Por ejemplo, por dejar a los franceses en paz y no salir de España, 'Planta 4ª', con la que Antonio Mercero consiguió una de las cosas más difíciles de hacer, probablemente, que es disfrazar de comedia a lo que en teoría es un drama sin caer en el artificio. En teoría, que no en una práctica donde se trata de poner buena cara al mal tiempo. Mercero lo conseguía con una naturalidad pasmosa, Marcel Barrena ni con ella... ni sin ella.

En parte, o en gran parte, por esa misma falta de naturalidad: A Barrena se le ve la técnica, especialmente a la hora de disfrazar de drama doliente lo que debería ser una comedia amable. No es cuestión de comparar, que tampoco es que se parezcan, pero en la cinta de Barrena no existe ese vamos a llamar deambular orgánico que si hace acto de presencia en 'Planta 4ª'. Un factor en apariencia trivial que no lo es, por cuanto nos arrebata aquello que resulta más primordial en cualquier película: Esa suspensión de la incredulidad que hasta un basado en hechos reales requiere.

A pesar de que logra lo más difícil, aceptar a Dani Rovira como sujeto, '100 metros' no traspasa del artificio evidente de estar viendo una historia prefabricada en la que los elementos han sido aviesamente dispuestos a lo largo de su guión, ya sea una cuerda en el sofá, unos capullos en el trabajo o una Maria De Medeiros en la playa. Esta premeditación, unida a la disposición irregular de unos elementos cómicos y dramáticos que se alternan chocando no pocas veces entre sí, la ponen en evidencia cual película de J. A. Bayona sin efectos especiales.

Sirva de ejemplo el contraste que supone al final enfrentar la ficción con la realidad, algo que causa el efecto contrario al que se busca por pura evidencia manipuladora, la de la imitación pro-emoción en lugar de la imitación pro-historia (justo lo contrario de 'Sully', vaya, y justo el saldo opuesto). El resultado, lo dicho al principio, transmite la misma pereza que la versión más sosa de ese cine americano de superación al que remite. En todos los sentidos que uno pueda imaginar, puede que alguno más, aunque eso no tenga por qué ser necesariamente negativo...

... porque esto tampoco es así: Para entendernos, el problema de '100 metros' es que no logra ensamblar todas sus piezas para que nosotros, como espectadores y desde la distancia, la veamos como un todo fortuito como la vida misma. Por separado hay cosas que hacen que su visionado no resulte nada molesto, incluso llevadero, pero vista en su conjunto es incapaz de igualmente molestarnos con algo que la sitúe por delante de unos 100 metros que resultan una distancia demasiado justa como para merecer medalla alguna.

 

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

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Comentarios

  • Avatar de Turbolover1984
    Turbolover1984 06 de Marzo de 2017, 06:59:19 PM
    La visibilidad es vital

    Cuando un film te toca de cerca por su temática, es difícil ser objetivo. Aunque no tiene porque significar emocionarse facilmente, sino que también se puede ser excesivamente crítico y mirar todo con lupa. Personalmente me parece por un lado una magnífica herramienta para dar visibilidad a la Esclerosis Múltiple y está muy bien llevado el tema en todos los sentidos. Por otro además me parece buena película y es que, aunque su estructura sea bastante predecible y esquematizada y que en la fase final tira demasiado de "flashback motivacional", me esperaba algo mucho más superficial, mucho más estomagante, de motivación barata o taza de Mr.Wonderful.

    Y muy bien su elenco, con una, como siempre, notable Alexandra Jiménez y con la pareja de moda (Rovira y Ejalde) demostrando que también saben hacer drama. Aunque muchas fases tire de comedia y se note especialmente su complicidad. De hecho, el film agradece no ser un melodrama que te deje seco y su tono "Feel-Good Movie".

    Nota: 6'2
  • Avatar de ~&#931;DU~
    ~ΣDU~ 07 de Marzo de 2017, 05:30:46 PM
    Las escenas de Maria de Medeiros son totalmente ridículas... en cambio la del rodillo es preciosa.