Desde los tiempos de ese clásico, convertido en película de culto, que fue Un Hombre Lobo Americano en Londres y su bastante peor y aun así más que decente secuela Un Hombre Lobo Americano en París, nadie había vuelto a hacer algo parecido, y no me refiero a hacer una película sobre hombres lobo, sino a simplemente buscar lo que John Landis conseguía sin apenas esfuerzo y es llevar el género de terror a los limites de la comedia, sin llegar al ridículo, moviéndose siempre en esa fina línea y resolviendo de manera soberbia momentos de auténtico terror junto a otros de la más pura chanza haciendo que ambos convivan juntos pero no revueltos. El listón esta muy alto, ya que directamente la primera de ellas redefinió el canon de lo que desde ese instante iban a ser los hombres lobo, con unas transformaciones realizadas a base de maquillaje, prótesis y partes mecánicas tan realistas para la época que no sólo a partir de ese momento todas las películas en las que algún humano se transformaba en algo se basaban en el trabajo de Landis, sino que la propia Academia de Cine creo el Oscar a los mejores Efectos Especiales ese año, que hasta entonces no existía, para concedérselo a la película (el primero de los siete que tiene Rick Baker en su poder).Como decía, dos son los factores fundamentales de estas películas, las transformaciones y el mezclar terror y comedia con esa sabiduría. Del primero hay muchos ejemplos de películas que siguen directamente los pasos de Landis, de hecho todo lo filmado después se sigue comparando con ella, pero de la otra característica tan solo recuerdo en estos momentos otro clásico (que no de hombres lobo sino de Vampiros) que mezclara ambos géneros con bastante buen acierto aunque no con tanta maestría y de la que recientemente hemos tenido remake, Noche de Miedo.
Es precisamente por esa segunda característica, por la que mejor se mueve esta Lobos de Arga que nos ocupa, pero ojo, no es que mezcle terror con comedia con gran acierto (eso sigue siendo muy muy complicado) sino que pasando de largo y olímpicamente del terror, se basa en la comedia más absoluta sin llegar al ridículo, cosa más difícil de lo que parece. Y es que si algo tiene de especial esta película es el ser un homenaje patrio al hombre lobo más famoso de la historia del cine, nuestro recientemente fallecido Jacinto Molina Álvarez, más conocido como Paul Naschy.
Y es que si en este país se peca en exceso, es de no saber valorar lo que tenemos o hemos tenido cinematográficamente hablando, porque si más allá de nuestras fronteras la figura de Paul Naschy y de su cine son admirados, ¿porqué aquí nos empeñamos en no querer ver?, ¿en permanecer ausentes ante lo obvio?. Gracias a Dios en este país de ciegos, ha aparecido un tuerto (para mí hasta ahora desconocido) llamado Juan Martínez Moreno que ha tenido a bien iluminar esa figura que nos empeñábamos en olvidar cual instrumento silencioso y cubierto de polvo en un ángulo oscuro del salón y no sin poco esfuerzo mostrarnos su más sentido homenaje al género de los hombres lobo a la antigua usanza, léase sin ordenadores, cromas, digitalizaciones y todo tipo de tecnologías a la orden del día, de esos que se hacen a base de maquillaje y que destilan un encanto especial como esos viejos westerns que se pueden ver a media tarde en casi cualquier canal de televisión regional, pero que no por ello dejan de ser cine del que construyó las bases de lo que actualmente es esta industria. Y reitero lo del esfuerzo, porque a todo aquel que acuda a verla le va a parecer al menos, poco comprensible, como todos los años nos quejamos de que el cine español no salimos de estereotipos a lo Mentiras y Gordas (guaperas, tetas y guiones huecos) y en cambio esta ha costado muchísimo poder estrenarla en salas comerciales, pese a triunfar llamando la atención del público de numerosos festivales desde hace más de un año.
Poco favor se hace a nuestro cine, esquivando productos tan entretenidos y bien tratados como Lobos de Arga, llena a rebosar de ganas de divertir, con un cariñoso recuerdo a esa supersticiosa y profunda España no tan lejana en el tiempo, plagada de mitos y leyendas, con Galicia como su mayor exponente que bien merece ser el lugar elegido para la narración de lo que se podría denominar un cuento de terror al más puro estilo caperucita y el lobo, sólo que en este caso la ingenua caperucita es un Gorka Otxoa que tampoco estará solo ante el peligro y que como cazador para defenderle, tendrá a un Carlos Areces en estado de gracia, acompañado de un Secun de la Rosa en un papel de editor/vividor a su medida y de un guardia civil inteligente como pocos (como pocos se ven en el cine, quiero decir) interpretado por el más que polifacético Luis Zahera. Para colmo de secundarios de LUJO, la abuela del desdichado y conocedora a fondo de la maldición del pueblo no es otra que Mabel Rivera y como colofón final y jefe supremo de los malos del cuento, es decir los lobos, Manuel Manquiña al que sólo le falta decir “aquí va a haber andanadas de hostias” para recordarnos que el es el Mourinho de la pantalla, o como diría Guardiola, el p*** amo.
Y es que el cine como el de antes, se puede seguir haciendo sin que llegue a parecer rancio o anticuado, basta unas pequeñas dosis de cotidianeidad en la historia y de tener ganas de hacerlo bien, para que el producto resultante esté fresco y nos proporcione esos momentos de diversión y nostalgia que a veces tanto se echa en falta en el cine, sea este de donde sea.
Nota:
6.8
Por elbombardero
peli española de hombres lobos, intenta ser mitad comedia mitad terror, pero claramente se queda en el intento
en ambos casos, salvo escenas muy puntuales ( los guardias civiles).El actor principal claramente superpasado de rosca y carlos areces salvando el tipo
4/10
'Lobos de arga', a pesar de contar con dos de los rostros más reconocidos de la comedia española como son Gorka Otxoa -de la factoría de 'Vaya semanita'- y Carlos Areces, tiene sus partes de sustos y sorpresas terroríficas, pero, también como se promete, tiene comedia. Todo esto está mezclado en un producto bastante interesante que puede pasar por una buena propuesta para cualquier momento -especialmente por la noche- con el que te puedes reír mucho (la escena de los guardias civiles, la escena del dedo o las historias de zoofilia son de descojone) o llevar un susto inesperado; vamos de terror como Dios manda.
Es más, hasta en este caso -viendo lo que pasa en el final- hasta no vería mal una secuela, porque de ahí hay otra historia para contar.
Lástima que, después de tantos retrasos, pasase tan desapercibida por la cartelera y para el gran público...
2 veces contadas me he reído y tampoco gran cosa la verdad...
Un 4, y decepcionado porque me esperaba bastante más la verdad