Partir de una idea tan curiosa como explicar quién inventó “el vibrador” es una buena baza para ir animado/a a ver la película. Salir de ella con una sonrisa en los labios puede parecer un tópico, pero es la verdad. Hasta contar su historia puede ser divertido. Y aviso para navegantes, los créditos finales merecen la pena. El Dr. Mortimer Granville (Hugh Dancy) es un médico que a finales del siglo XIX está dispuesto a mejorar la medicina. Por caminos que el destino le tiene preparado, llegará a la consulta de un médico experto en curar la “histeria femenina”. Allí descubrirá la forma de paliar los síntomas que padecen muchas mujeres como el insomnio, retención de líquidos, espasmos musculares, irritabilidad, entre otros, a través de un artilugio eléctrico: el vibrador.De una directora parcialmente novata y desconocida (sólo ha hecho dos películas anteriores), Tanya Wexler, y con un guión escrito por Stephen Dyer y Jonah Lisa Dyer, “Hysteria” es una película situada en la parrilla de salida para triunfar gracias al boca a boca. Características: es inglesa, cuenta la historia verídica de un artilugio conocido, es divertida al estilo refinado inglés aunque se acerca mucho al estilo americano y nadie sabrá de ella hasta que alguien le cuente de qué va. Toda una demostración de que hay películas que es mejor que alguien te hable de ellas que conocerlas de antemano. Vas sobre seguro.

Todos tienen un papel fundamental, como buena película inglesa. Hugh Dancy (“Black Hawk Derribado”) encaja a la perfección con una de las hijas del Dr. Robert Dalrymple (Jonathan Pryce), interpretada por Maggie Gyllenhaal, (“El Caballero Oscuro”). Ambos con un toque cómico que hace disfrutar al espectador. Pero sin ayuda de los demás, una historia como esta no vale nada. Destacar a dos que merecen ser nombrados: Rupert Everett (“La boda de mi mejor amigo”), espléndido como siempre y Sheridan Smith, quien ha trabajado en numerosas series de televisión. Dos personajes claves para la película y para la historia.

Puede que a alguna le salga su espíritu feminista y sienta ganas de levantarse y marcharse indignada porque a la mujer, en el siglo XIX, se le diagnosticase como “histérica”. Recomiendo respirar hondo y olvidar ese pequeño malentendido. Lo importante es disfrutar de una película con un buen trabajo detrás, tanto de guión, como artístico, fotográfico y puesta en escena. Todo milimétricamente medido (como película inglesa que es) para sorprender. “Hysteria” es como esos pequeños objetos que están al final del baúl y a los que nadie da valor, pero que esconden un gran tesoro.

Ya lo dice su cartel: “una comedia romántica con muy buenas vibraciones”. Pues eso es, una buena comedia romántica (al estilo inglés, no olvidarlo), que te dejará con una sonrisa en la boca. Ay, si algunos hubiesen conocido antes esta historia, mirarían al vibrador con otra cara.

Nota: 7

Por Rocío Campos