Se nos vende como una especie de 'Call of Duty' aunque en su cartel se pueda leer aquello de que "esto no es un juego", pero lo cierto es que 'Acto de valor' no es muy distinta de las típicas producciones de acción de las que tanto abusó el cine norteamericano en la era Reagan, especialmente a través de esa emblemática Cannon que Dios tenga en su gloria sin la cual aquella época nunca hubiera podido ser aquella maravillosa e irreverente época, según el canon actual, en la que entre otras cosas un servidor era joven y más impresionable. Lo que sí es cierto es que a diferencia de los filmes protagonizados por Bronson, Norris, Van Damme & compañía 'Acto de valor' es relativamente más realista, si bien no se valga de esta sensación para valer al cambio como algo más que el simple y ultraligero pasatiempo fiel al tío Sam digno de Menahem Golan y Yoran Goblus.'Acto de valor', dejando al margen su argumento -el cual no deja de ser un constante marear la perdiz hasta que se produzca el "acto de valor" de su título-, reposa su excusa dramática en los hombros de dos SEAL de la Marina de Estados Unidos que lo son también en la vida real, contratados para la ocasión por los realizadores Mike McCoy y Scott Waugh porque, según ellos, no existen actores capaces de expresar la valentía de sus acciones... Saltándonos este comentario que, espero, de mucho juego en el último párrafo, no por casualidad la idea de este filme bélico "algo distinto" a lo habitual les surgió a la dupla de directores durante la grabación de un vídeo de promoción de las fuerzas armadas norteamericanas. Uno más uno son dos, y no cabe omitir el carácter netamente promocional de la cinta si bien, en honor a la verdad y dado un terreno tan abonado para que a más de uno le salga la bilis por la boca, si contásemos el número de banderas que aparecen en pantalla cualquier película de Michael Bay gana con la superioridad con la que esperemos hoy España aplaste a Irlanda... y al menos 'Acto de valor', al final, le dedica la película a los que se han dejado la vida por su país, punto, sin concretar barras y estrellas, un detalle más importante de lo que parece ante la perspectiva de un filme cuyo discurso le puede parecer más molesto de lo debido a según que sensibilidades perrofláuticas.

Rebobinemos. El aguijón promocional de 'Acto de valor' se basa en el concepto "real". Héroes, tácticas y acción. Así pues, 'Acto de valor' trata de convencer a través de un planteamiento semidocumental en el que, para entendernos, se sigue a un comando de élite durante el transcurso de un importante operativo que amenaza la seguridad de Estados Unidos. Y si atendemos a este concepto de "realidad", esta no se puede obtener, no al menos a un precio razonable, si no se cuenta con la propia participación de quiénes ejercen como tales, efectivamente, los propios comandos de élite. Pongamos por caso el cine de Michael Bay a quien el ejército norteamericano le presta toda clase de juguetes, medios y personal para que sus películas luzcan como por ejemplo no lucen los soldaditos de 'Independence Day', por citar uno de los claros ejemplos donde el ejército visto en pantalla fue reclutado, a lo Bowfinger, de entre los inmigrantes que cruzaban la frontera con USA (comentario jocoso que no ha de ser interpretado con acritud, por favor). ¿Y alguien ha visto en cualquier película de Michael Bay algún elemento subersivo en contra de tal institución? Es más, tras ver películas como 'Pearl Harbor' a uno aún le queda incluso la decepción de saber que nunca se podrá ser tan buen americano. Es el precio, si, pero como decía a grosso modo el personaje de Guy Pearce en 'Reglas de compromiso' (en este caso una cinta con un final que sí tiene un tufillo muy rancio...), "defenderé el caso si creo que hay caso".

Sí, evidentemente 'Acto de valor' es un loa a un institución como el ejército -en general- en la que no encontraremos ninguna cuestión sediciosa, algo similar a lo que pueden ser producciones como ese 'Never Say Never' rendidas a los pies de quien les da de comer. ¿Es eso inexorablemente maligno? ¿Una producción sólo para fans? No y no, una película para gente abierta y cuya capacidad de comprensión sea capaz de extenderse más allá de sus prejuicios, primero, y un pasable pasatiempo muy digno, que no espectacular, para todo aquel que guste del cine bélico y/o de acción como una opción a tener en cuenta, segundo. Si bien hay quien encontrará reprobable lo que se puede interpretar como su postulado propagandístico, hay que entender de dónde viene y por donde se mueve la cinta de la misma manera que muchos son los que, de forma estúpida añado a título personal, tachan a 'Starship Troopers' de fascistoide sin darle un ápice de margen a sus neuronas a prestar la debida atención. ¿Acaso no vemos con naturalidad que el protagonista de una cinta, pongamos por caso John McClane, se cargue a todo aquel que se le ponga por delante incluso con la chulería del yipi ka yei? No es cuestión de ensalzar ni de lo contrario, sino de ser realista y entender que de la misma forma que el beisbol, el fútbol americano o el golf pueden ser lo más de lo más según el protagonista del drama deportivo de turno, cuando se trata de un soldado el mundo puede ser visto a través de sus mismos ojos, si bien otra cosa es que le concedamos más o menos recorrido a lo que se nos cuenta (de la misma manera que el béisbol siempre será aburrido, diga lo que diga Brad Pitt...).

Aceptando esto, especialmente para todo aquel que le niega a un soldado la posibilidad de ser igual o más importante que un grupo de personas acampadas en una plaza, 'Acto de valor' es como he comentado antes una pasable y entretenida cinta de acción en la que, incluso, sorprende su relativa humildad y sutileza a la hora de ensalzar en todo caso la institución, que no la bandera. El pero, si acaso, y más allá de la evidente simpleza conceptual de un argumento que es utilizado como mera excusa de la misma forma que si fuera una película de Van Damme, es que el pretendido realismo que se le quiere dar a la cinta, ya sea por su realización y/o montaje efectistas carentes de ese joystick al servicio del jugador que encontramos en la Play, brilla por su ausencia y palidece ante lo logrado sin ir más lejos por entre otros Paul Greengrass en la estupenda 'Green Zone'. Y es que al apostar por auténticos marines como protagonistas, y ahora es cuando recuperamos el comentario del principio sobre el por qué de la elección de auténticos especialistas en la materia, se pierde algo esencial en todo relato mínimamente dramático, el alma. Y es que a pesar de que estamos en un caso de esos en que el doblaje ayuda considerablemente, queda patente que al igual que suele ocurrir con los futbolistas a los soldados les cuesta ser capaces de expresar las emociones de las que dicen ser dueños sus personajes... de ahí que 'Acto de valor' se quede en pasable y entretenido, en un correcto espectáculo de feria sin alma ni corazón que nos hace preguntarnos que igual no hacía falta tanto realismo presuntamente verdadero, sino un realismo algo más "cinematográfico". En fin, que seguro que las aventuras de Bond o Bourne siguen siendo más interesantes que la de los agentes secretos de verdad...

Nota: 5.5

Por Juan Pairet Iglesias