Sí, y resulta evidente hasta para los que no tienen el gusto de conocer su referente. 'MS1: Máxima Seguridad' viene a ser una especie de remedo moderno del popular 'Rescate en Nueva York' que llevó a cabo Plissken en 1997, y cuyo emblemático cartel con la imagen de la cabeza de la Estatua de la Libertad tirada por los suelos, amén de servir como inspiración inicial para el 'Monstruoso' de Matt Reeves, es uno de los recuerdos más icónicos que ha dado el cine de los años 80. Lejos de las intenciones con las que John Carpenter revistió el filme que convirtió en estrella a Kurt Russell, el productor y guionista Luc Besson fiel a su costumbre ha reutilizado la misma premisa para elaborar uno de esos pasatiempos sin aspiraciones que tanto le gustan, si bien en esta ocasión la excesiva simpleza, torpeza y estupidez del conjunto terminan por perder a una producción que no es capaz de salvar ni Guy Pearce jugando a ser el Serpiente.'MS1: Máxima Seguridad' bien podría valer como ese anunciado (y temido) remake del clásico de John Carpenter, por más que una vez la premisa deja paso a la acción el parecido razonable se diluye tanto como el interés en una historia harto cotidiana e irrelevante, siendo el desarrollo de ambos filmes tan distintos como las intenciones de quienes los impulsan, y quizá un poco más aún. Podría valer, sí, y de hecho encontramos en ella la mayor parte de las características que podemos encontrar, o que nos gusta decir que solemos encontrar, en los remakes actuales en relación a sus originales cuando empleamos dicho término con acritud y firme convicción de que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor. No, en tal caso no sería como las nuevas versiones de 'Millennium' o 'Déjame entrar', por citar dos de las "remakes" que más bocas han cerrado, sino una de las muchas que le han labrado muy mala fama al término.

Los antecedentes, malditos antecedentes. Mi defensa en su momento de las dos producciones auspiciadas por Luc Besson que me ha tocado criticar, 'Desde París con amor' y 'Colombiana', puede jugar ahora en mi contra a la hora de emplear los mismos argumentos en contra de, eso sí, este producto en concreto, que no de la siempre bienvenida y sincera intención de quien es uno de los grandes defensores del "placer culpable", siempre predispuesto a rendir tributo a cualquier precio a la principal y más imprescindible obligación moral de toda película, entretener, algo que en ocasiones tiene demasiado presente... como es el caso. Porque una cosa es entretener con una película, y otra muy distinta es hacerlo a costa de la película. Y si 'MS1: Máxima Seguridad' puede llegar a ser, en un mal día, considerada como una producción vagamente pasable como lo que en tiempos hubiera sido una serie B directa a vídeo, quien sabe si incluso simpática, su apuesta por entretener es tan descarnada que reduce cualquier atisbo de credibilidad o emoción a la mínima expresión.

Puede que sea que en esta ocasión Besson no ha sabido mantener la humildad del proyecto con los pies sobre la Tierra. O sea la ausencia de Robert Mark Kamen compartiendo crédito como guionista. O por qué no, tal vez sea por la rutinaria e impersonal puesta en escena de Stephen Leger & James Mather, quienes al fin y al cabo son los teóricos directores de una cinta que parece hecha en modo automático. O puede ser que el entusiasmo de Guy Pearce no se haya visto refrendado por unos chistes con gracia... algo alarmante cuando su personaje sufre del complejo de Jack Sparrow, ese que obliga a acabar toda escena con un comentario presuntamente jocoso. O puede ser culpa de un muy ajustado presupuesto que requería algo más artesanal que unos CGI en ocasiones muy paupérrimos (la persecución en moto del prólogo es lamentable...), y que rompen su posible encanto como serie B cachonda a lo 'Space Truckers'. No sé, el caso es que lo que en otras producciones de Besson mejor funcionaba, su simpleza conceptual totalmente lúdica, aquí se transforma en un juguete simple, caprichoso e impulsivo cuyo guión está formado por intenciones, no por palabras, y cuya lógica interna llega a ser incluso insultante ante la torpeza con la que se muestra a través de un montaje muy poco inspirado incapaz de tapar los agujeros de su planteamiento.

Del Besson productor seguiré admirando su dedicación a la hora de intentar satisfacer los instintos más básicos de su público. No está de más, una vez más, reconocer que la insustancialidad alimenticia y ligereza de las propuestas auspiciadas al amparo de su nombre son tan inocuas, premeditadas y sinceras que juzgarlas con dureza resulta incómodo, especialmente cuando incluso en sus peores momentos suelen superar los méritos de cualquier película protagonizada por la peor versión de un Nicolas Cage de nuevo en forma en 'El pacto'. Y quizá sólo con ese argumento podemos salvar 'MS1: Máxima Seguridad', una producción escasa de recursos y carente de encanto cuya falta de expectativas puede ser su vía de escape. Decepciona aún siendo conscientes de que su poca ambición, aún en el caso de que el resultado hubiera merecido la pena, no habría dado mucho más de sí que un vacuo y prescindible pasatiempo aparentemente pensado para todos aquellos trabajadores cuyas labores les permiten pasar parte de su jornada laboral en compañía de una película. La diferencia, si acaso, es que 'MS1: Máxima Seguridad' invita más a seguir trabajando que a lo contrario, algo que hablando de lo que se supone “una de acción” nunca es buena señal.

Nota: 2.5

Por Juan Pairet Iglesias