'El francotirador' - Momentos de una vida
... de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas con sus pantuflos de lo mismo, los días de entre semana se honraba con su vellori de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro...
Cuando se trata de una película como 'El francotirador' parece de obligado cumplimiento recurrir un poco a lo mismo de siempre, algo que a base de repetirse una y otra vez termina por cansar. Por aburrir. Especialmente cuando todo parece reducirse a eso, al uniforme que cada uno pueda llevar puesto y todo lo demás pasa a ser una anécdota circunstancial. Como si nos quedásemos en la primera frase de El Quijote y en lo que nos han dicho de siempre que es (lo que sigue). Y películas como 'El francotirador' ponen en evidencia la inutilidad manifiesta de buena parte de estas conversaciones: como pueden hacerlo 'Birdman', 'Whiplash', 'Alma salvaje', 'Foxcatcher' o 'Boyhood' con mayor o menor vehemencia o acierto, 'El francotirador' es una más a la hora de retratar a un compatriota en el intento por desempeñar cualesquiera que sean sus tareas.
Minucias al margen, el gran acierto de 'El francotirador' viene a ser el mismo que el de 'En tierra hostil', con la que comparte parte de su alma (aunque con mucho más calado emocional), retratar a un soldado como lo que es, una persona y su circunstancia. Que más allá de su persona exista un determinado contexto... ahí, como siempre, ya es cuestión de lo fino que se quiera hilar. Eastwood al igual que Bigelow ni emite un juicio de valor ni se posiciona claramente salvo en aquello que ambos dominan, la narrativa, a la que ambos dotan de una perpetua sensación de tensión. Y al igual que Bigelow en su oscarizada cinta (...) lo que le interesa a Eastwood es el retrato de un personaje y no de una bandera, un conflicto o un ideal (de ahí, en parte, la llamativa ausencia de música en el campo de batalla, un 75% del metraje, o durante los créditos finales).
O lo que es lo mismo: 'El francotirador' tiene más en común con 'Cartas desde Iwo Jima' que con 'Banderas de nuestros padres'. Una suma entre el constante trasiego bélico de 'Black Hawk derribado' con el suspense de 'Enemigo a las puertas' al encomendar al protagonista el objetivo, como leitmotiv argumental, de acabar con un tirador enemigo que, como si fuera un esbirro de una película de James Bond, se reduce a cumplir con su cometido como simple "enemigo". Todo ello por supuesto sazonado con el claro matiz melodramático que aporta Sienna Miller, con una mayor relevancia en la trama de la que tenía Evangeline Lilly en el citado filme de Bigelow (o la propia Miller en 'Foxcatcher'...) y que viene a ser lo que, en resumen, justifica dramáticamente la presencia de todo un Eastwood tras las cámaras.
Eastwood, solvente como pocos, entrega a sus 84 años lo que en él es una constante: un trabajo intemporal de una eficacia militar en dónde todas las escenas representan un suma y sigue desde el punto de vista dramático (y no de los efectos especiales). Una suma de instantes, de escenas, de momentos de una vida personificados por un excelente Bradley Cooper cada vez más consolidado como todoterreno que fluyen hacia una dimensión común. Héroe o villano, soldado o simplemente una persona. La vida de Chris Kyle pasa ante nuestros ojos, a pesar de todo, de la misma manera que la de Maya en 'La noche más oscura': Como la de una persona aplicada a una labor despojada de todo glamour que, en última instancia, pone de manifiesto la universalidad del "yo y mi circunstancia". Del si sangra entonces puede morir (como cualquier otro).
Nota: 8,0
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Bienvenida a mi mundo :)
Toda la película se pierde entre idas y venidas, entre el "conflicto interno" del personaje (que en mi opinión está mal desarrollado)y la relación con su mujer. Hasta tal punto es así que uno se queda pensando qué es lo que pretende, si una obra biográfica de este francotirador, una especie de crítica a algo que vete a saber qué será, un retrato de las secuelas mentales de la guerra o un mero panfleto propagandístico más de lo buenos que son los militares estadounidenses.
Si no fuera por "Banderas de nuestros padres" (con la que además creo que se podría establecer cierto paralelismo), diría que es la peor película que he visto de Clint Eastwood.
6
Lo de la película sigue siendo LAMENTABLE.