Extraña sorpresa. Y extraña decepción. Es curioso como las expectativas o lo que dicen por ahí pueden influir en la percepción de una película que en otras circunstancias podría haber sido recibida de forma diametralmente opuesta, de ahí que a la hora de analizar cualquier producción se aconseje una consulta con la almohada que permita dar algo de margen a la primera impresión. También influye, cómo no, una campaña promocional que no siempre es sincera con el espectador o de fiar a la hora de vender un producto al que no siempre parece servir. Estas manipulables percepciones se dan cita de forma clarividente en 'Detrás de las paredes', un filme que por una parte y a ratos sorprende porque no es la película que parece que es... pero por otro lado y en no menos cuantía decepciona en los momentos más importantes, ahí en donde debía haber entrado a matar fuera cual fuera la víctima, al caer de lleno en lo que parece que es, muriendo así sin oficio ni beneficio... ni mucho menos interés.En muchas ocasiones no es lo que se nos vende sino cómo se nos vende. Una vez vista 'Detrás de las paredes' uno intuye perfectamente el por qué un thriller de este estilo que, por lo que general, tiende a ser de perfil bajo y meramente consumista, ha podido atraer la atención de un director de prestigio como Jim Sheridan y de un reparto formado por tres nombres más o menos ilustres con la capacidad para escoger proyectos potencialmente más interesantes sin tener en cuenta la cuantía de la guita que les puedan haber pagado (y por más que a dos de ellos les haya salido bien la jugada a nivel sentimental...). Porque en realidad 'Detrás de las paredes', un tanto absurdo título castellano para el que el 'Dream House' original viene ni que impreso en la portada de un libro, es un drama con apariencia de thriller, o mejor dicho, un filme con un fuerte concepto dramático apoyado en una serie de recursos más propios de un thriller de corte sobrenatural.
Pero una vez vista 'Detrás de las paredes' uno a su vez e igualmente intuye de forma más o menos evidente que este es de esa clase de filmes cuyo resultado final no se corresponde ni con las intenciones del director ni con las intenciones del productor, si bien quedan rastros de ambas en un metraje final salpicado de ciertas irregularidades e inconsistencias que hacen de ella un filme negativamente impredecible. Lo dicho, y el dicen por ahí puede influir para sugestionar nuestra percepción al incitarnos ineludiblemente a creer que "detrás del celuloide" hubo algo más que las clásicas discrepancias artísticas entre unos y otros, discrepancias que por lo general tienen que ver con las ganas artísticas por arriesgar en favor de un resultado distinto y las ganas comerciales por abstenerse en favor de un resultado convencional. Esta es la dicotomía aparente de este filme fallido tanto en su propuesta dramática, sin duda la más interesante, como en su vertiente de suspense y/o terror, donde su argumento se queda sin más argumentos. En ambos sentidos no obstante regala algún que otro detalle que si bien no justifica el beneplácito tampoco una condena unánime, pero la intermitencia y la sensación de que el filme oscila de forma un tanto brusca, aleatoria y gratuita entre uno y otro descompensan un visionado que funciona a arreones sin nunca terminar de verse encarrilado en favor de la causa.
Me voy a morder la lengua. Me gustaría poder entrar de forma mucho más aguda en algunos aspectos cercanos al spoiler, pero me tengo que morder la lengua si no quiero medio chafar lo que ya de por sí puede haberle medio chafado al lector de estas líneas interesado en un tráiler para variar demasiado revelador, y todo ello a pesar de que el escaso potencial de la propuesta no será benévolamente tratado por una audiencia que me juego el dedo más preciado de mi mano derecha, el meñique, se verá decepcionada al por mayor, no sin cierta razón aunque su represalia en forma de voraz crítica probablemente sea excesiva ante un filme que cuanto menos insinúa la posibilidad de que quizá no hubiera podido ser necesariamente mejor, que nunca se sabe, pero sí al menos algo más interesante. No diría que 'Detrás de las paredes' es una mala película... sin dejar de serlo; tampoco diría, ni mucho menos, que es buena... diría más bien que es un filme caracterizado por su intención de dotar de un entramado dramático a lo que los productores han querido vestir como un thriller, una apuesta en favor de los espectadores del primer fin de semana en vez de a las audiencias de largo recorrido que se queda en tierra de nadie, sin vida útil más allá del impacto que pueda suscitar una campaña promocional.
Dentro de un género que acostumbra a caer en el ridículo en esta ocasión 'Detrás de las paredes' podríamos decir que lo bordea pero sin caer en él, no al menos de forma evidente y estrepitosa salvo por su muy cuestionable, torpe y manido clímax... entre otros detalles sueltos, lo aceptamos. Puede que haya sido por la aportación de las personas involucradas, que el talento siempre hace que aun siendo lo mismo parezca que no lo es... puede que haya sido porque las expectativas han jugado a su favor, que de esperar tan poco a poco que ha mostrado el filme me ha causado un leve simpatía... o puede que haya sido porque me ha mantenido más despierto e interesado de lo previsto, y aun a pesar del escandaloso déficit de sueño que un servidor arrastraba en aquel momento... quién sabe, pero lo cierto es que 'Detrás de las paredes' es un filme que sin ser interesante resulta algo más interesante de lo que parece. No es mucho en favor de un filme que no parece ni creerse ni tener fe en sí mismo, incapaz en sus esfuerzos, irregular en su narrativa, indeciso a la hora de decantarse por un género y manipulador en su discurso... pero al menos cabe reconocerle una intención, que ya es más de lo que parece. Otra cosa es que por un motivo u otro esas intenciones no se hayan visto ratificadas, que al final sea el típico thriller con un desenlace bastante cuestionable y más propio de una tv movie que del reparto que lo interpreta. Lástima que no podamos mirar "Detrás del celuloide", en este caso y probablemente, nos hubiera salido una experiencia más interesante...
Nota:
5.0
Por Juan Pairet Iglesias
Will Atenton (Daniel Craig) decide dejar su exitoso trabajo como editor en Nueva York para trasladarse junto a su mujer y sus dos hijas a un pequeño pueblo. Pero pronto descubrirá que la casa a la que acaban de mudarse fue el escenario de un horrible asesinato. Cuando Atenton se ponga a investigar qué es lo ocurrió dentro de esas paredes encontrará algo que desde luego no es lo que esperaba encontrarse.
Detrás de las paredes es un auténtico desmadre, la película no logra mantener la tensión en ningún momento y tiene abusar de tirar de golpes de efecto para intentar conseguir alguna reacción en un espectador que se muestra totalmente indiferente ante lo que está viendo en pantalla y ante unos personajes tan faltos de carisma que ni el trabajo de un reparto a priori bastante interesante formado por Daniel Craig, Rachel Weisz y Naomi Watts es capaz de levantar. Con todo este panorama, no es de extrañar que la hora y media de la película resulte eterna e incluso se escape alguna risilla por lo que estamos viendo en pantalla.
Facepalm de Daniel Craig al darse cuenta de en dónde se había metido.
Este intento de mezcla entre Los Otros y El Resplandor es incapaz de sostenerse ya desde su arranque, la primera parte de la película resulta pesada, un lento divagar hasta un destino que el espectador de sobra conoce desde el principio y que es imposible no intuir, el intento de meter algo de intríngulis sólo consigue sumar un poco más de estupidez a la película, tan mal llevado está todo esto que es inevitable preguntarse si no hubiera sido mejor poner las cartas sobre la mesa desde el principio y dejarse de juegos de detectives que podrían ser resueltos por el mismísimo Pocoyo. La desesperación del personaje de Craig llega a resultar ridícula y bochornosa y la incapacidad e incongruencia de sus personajes no hacen más que desesperar a un espectador con ganas de ver algo con la más mínima emoción en la pantalla.
Cuando por fin la tapa queda bien abierta y ni siquiera al espectador que lleva todo el metraje durmiendo le cabe ninguna duda de lo que ahí está pasando, empieza el verdadero terremoto de la película. La incursión de un personaje tan nefasto como el que tiene la desgracia de interpretar Naomi Watts, sumado al banal intento de crear algún tipo de conexión con los personajes y de meter la duda al espectador de quién es el malo de la función tampoco consigue funcionar. Si es cierto que en esta parte de la cinta nos encontramos con un puzle algo más complicado de resolver, pero el estúpido intento de meter una trama ligeramente retorcida para tratar de sorprender al espectador no consigue más que resultar ridícula por lo forzada de la misma. Pero cuando además te topas con un clímax final tan terrorífico (y desde luego que no en el sentido de que inquiete lo más mínimo) es difícil llegar a admirar lo más mínimo. Lo grotesco que resulta la revelación de lo que realmente sucedió no es más que un pequeño adelanto del tan burlesco final que vamos a presenciar, un intento bastante penoso de convertir a los buenos en muy buenos y a los malos en terribles malvados, sazonado con unas picas del mayor y más asqueroso pasteleo que pudieron sacar de Ghost.
No sabemos si Sheridan, un realizador bastante capaz y firmante de obras tan fascinantes como Mi pie Izquierdo, En el nombre del Padre o The Boxer, sólo busco una treta para limpiarse las manos después de ver el desaguisado final, o si bien el realizador irlandés tenía razón y sin saber muy bien en qué demonios Warner Bros estaba pensando decidió machacar del todo una historia que siendo justos sobre el papel tampoco tenía nada que sobresaliese demasiado. El resultado final es bochornoso, una película que peca en exceso de tonta y ridícula, e incapaz de crear absolutamente nada de tensión ni de despertar el más mínimo interés.
Lo mejor: Su poster
Lo peor: No saber a quién hay que escupir por esto.
Nota: 2,5