'Crazy, Stupid, Love' - Agilipollados
Vía El Séptimo Arte
por wanchope 06 de octubre de 2011
¿Qué es el amor? Hasta 14 son las acepciones que la RAE le otorga a la palabra "amor": 1. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser; 2. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear; 3. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo; 4. Tendencia a la unión sexual; 5. Blandura, suavidad; 6. Persona amada; 7. Esmero con que se trabaja una obra deleitándose en ella; 8. Apetito sexual de los animales; 9. Voluntad, consentimiento; 10. Convenio o ajuste; 11. Relaciones amorosas; 12. Objeto de cariño especial para alguien; 13. Expresiones de amor, caricias, requiebros; 14. Cadillo (planta umbelífera). ¿Añade 'Crazy, Stupid, Love' algo más que decir al respecto...? No mucho más si tenemos en cuenta que, a excepción de la última, tantea con todas estas posibles definiciones en algún momento si acaso tan sólo aportando una nueva posible variante algo más soez que ya de paso da título a esta crítica, pero lo suficiente como para llevarse de calle el título a la mejor comedia romántica del año. Y es que ni es "crazy" ni es "stupid", y eso ya es más de lo que pueden decir muchas otras.
El hecho de que lo primero que veamos de Steve Carell y Julianne Moore sean sus pies entre los de todos los clientes de un restaurante, y que esto sirva perfectamente para describirlos a ambos y a su relación, es bastante sintomático de lo que viene a ser 'Crazy, Stupid, Love', una película a la que si bien se le puede tener en consideración como una especie de comedia romántica -aunque no lo sea- ante todo, y de partida, cabe considerarla primero como una película. Guste más o guste menos, ya sea mejor o peor considerada, pero con todo lo que eso conlleva pues, lejos de ser un mero producto comercial como bien puede ser la reciente 'Con derecho a roce', parte de un concepto similar al que con tanta ilusión defendía Auguste Gusteau, el de que toda producción puede ser capaz además de ser también una película. Ambas se pueden disfrutar, no cabe duda si la dicha es buena, pero a la hora de hablar de cine una nos vale y la otra no, que no es lo mismo.
¿Y eso que quiere decir? 'Crazy, Stupid, Love' tiene una historia y unos personajes, todo ello recogido en esa gran Biblia que debería de ser un guión para cualquier producción. Además tiene tras las cámaras un director (o directores) interesado en hacerlo funcionar, y con recursos y multitud de CDs para así al menos aparentarlo. Y por si fuera poco unos actores de verdad, con ganas y dispuestos a interpretarlo, y que además de quedar bien en cámara son capaces de hacer creíbles sus personajes. Sí, la respalda un gran estudio y algo de producto tiene, para qué omitirlo, y además es tan norteamericana en algunos aspectos que por momentos uno puede bajar la guardia un poco; pero lo uno no quita lo otro, y entre todos para uno y uno para todos logran que la venta al por mayor de la propuesta no arruine del todo un pedacito de esa alma necesaria para que toda película, además, pueda también ser digna de formar parte del séptimo arte.
Suena fácil, y la teoría es sencilla, pero muchas otras llamadas películas, comedias románticas o ambas cosas a la vez han demostrado que no es ni lo uno ni lo otro, y eso que calificar de comedia romántica a 'Crazy, Stupid, Love' es limitar las posibilidades de un filme que, al igual que ya ocurriera con 'Phillip Morris, ¡Te quiero!' de los mismos directores -a los que habrá que seguir la pista-, navega por entre medias de la comedia y el drama sin ser decididamente ni graciosa ni melodramática, apostando antes por la media sonrisa que por la carcajada o las lágrimas. Y al igual que el filme protagonizado por Jim Carrey esta nueva propuesta de sonrisa fina tampoco es redonda ni en ella todo es bueno por más que, tampoco, haya nada particularmente malo que podamos señalar con verdadera y malsana acritud, donde sus altibajos se ven enmascarados por la simpatía de sus aciertos que sin ser muchos tampoco son pocos, y por el buen trabajo en general de un reparto de lo más acertado y agradable, algunos con más minutos otros con menos, pero que en conjunto dotan de solidez a una propuesta por demás solvente por encima de la media, no digamos ya dentro de su especie.
'Crazy, Stupid, Love' ni es tan buena como parece ni es tan buena como nuestra memoria nos la trae de vuelta, pero resulta tan simpática en sus hechos y tan bienintencionada en sus maneras que no ser tan grande como podía y/o prometía no quita para que resulte igualmente satisfactoria. Puede que no de forma trascendente ni encarecidamente recomendable, pero sí lo suficiente como para ser una opción con la que pasar un buen rato distraído sin que la molesta cara de tonto de tantas y tantas producciones pretendidamente románticas haga acto de aparición, ni mucho menos que sea una locura como opción ni una estupidez como gasto. Puede que el tiempo, implacable, no vaya a otorgarle mayor bendición que la de ser un déjà vu cuando la tele nos la devuelva en alguna sobremesa de dentro de algunos años, pero ese mismo tiempo que a la larga será cruel con un buen film a secas sera magnánimo durante su siempre agradable visionado. Carpe diem.
Nota: 6.8
Por Juan Pairet
Lo mejor de esta película son que da risas con algunas escenas (Cal intentando ligarse a la profesora maciza, por ejemplo) y los giros de guión de la parte romántica con algunas sorpresas y la escena del jardín como punto culminante. A pesar de la presencia de Steve Carrell, que es uno de los que mejores comedias pueden dar, destacan los personajes de Ryan Gosling y el hijo de Cal que son los que aportan más comedia.
Lo peor es que termina siendo otra típica comedia romántica lo que le quita el potencial que podría haber tenido.
Esa escena es caviar puro, de lo mejorcito que ha dado el género en los últimos años.
Lo mejor:
-para mi es la mejor actuación de Carell, está divertido cuando hay que estarlo y consigue transmitir cuando está triste.
-tres o cuatro escenas muy buenas de comedia
-el hijo de Carell
Lo peor:
-le sobra clarisimamente el discursito a las masas del final
-la supuesta sorpresa del guión a mi no me lo pareció tanto, lo vi venir rápido
Spoiler
Le iba a empezar a regatear decimas y ponerle un 6.6 o un 6.8, pero qué cojones, un 7, creo que se lo merece aunque posiblemente lo pierda al segundo visionado.