'Clan salvaje': Gipsy & Furious
Es más fácil (al menos en España) ver programas y realities televisivos sobre la cultura gitana que alguna película que se acerque a la misma. De carácter frívolo y circense, dando una imagen que sigue imponiéndose a las tímidas campañas de búsqueda de integración y de dejar atrás la marginalidad. Realmente lo que esta película francesa nos cuenta, no está muy alejado de lo que vemos en esos programas, pero está contado con mucha más sensibilidad y buen gusto.
Concretamente nos traslada a un poblado gitano que vive en paz y rehuye de la delincuencia, abrazando su fe cristiana, a la que de forma inminente se va a bautizar Jason, un chico de 18 años. La paz de su familia y del poblado se ven trastocadas por la salida de prisión de su hermano mayor, que se vanagloria ante el orgullo del pequeño del clan de que gracias a sus robos comían todos y cuyo primer pensamiento tras salir de estar entre rejas, es ir a atracar algún sitio. Declarado non grato por los mayores del lugar, empieza la aventura de una noche en coche que no pinta a final feliz.
El film, lo que es cosas a destacar no es que tenga muchas. Dejando a un lado la falta de riqueza en los diálogos, lo cual es parte del realismo de unos personajes que no saben leer en su mayoría, su relato puede resultar superficial, sin profundizar en casi nada, pero aún así es equilibrado en su conjunto y en general, bien ejecutado. Una road movie que alcanza su clímax en la parte final, con sus carreras y persecuciones y con un debate constante en el joven protagonista de seguir los consejos de bautizarse y seguir una vida recta o el derrotero de su admirado hermano, con lemas que recuerdan a películas de corsarios y que pueden llevar a una vida tan impredecible como corta, sea en años de duración o de libertad.
Nota: 5,5
Por Abrahán Guirao, AKA Calderilla