Difícil ejercicio el que se propuso Rodrigo Cortés en su 2º largo. Entretener a la platea durante 95 minutos con la única visión en pantalla de un hombre atrapado en una caja de madera se plantea harto complicado dado lo escaso que parece el material a utilizar, un sólo actor que ocupará el 98% del tiempo en pantalla y una caja de madera en la que este se encuentra encerrado, una caja de dimensiones escalofriantemente pequeñas. A cualquiera se le antoja una locura, aunque ahí no acaba la apuesta, sino que sube el montante de la misma porfiando a que no sólo va a ser entretenida, sino que el suspense va a ser tal que poco descanso va a tener el espectador. A esto se le llama tener arrestos o como diría el académico Reverte, “tener los cojones cuadrados”.
Hete aquí que no es una apuesta cualquiera, es una apuesta por la que ha luchado desde el primer momento que leyó lo que a su entender era un extraordinario guión, un guión en el que nadie creía, un guión que llevaba varios años dando tumbos y que todo el mundo pensaba imposible de rodar, un guión “de locos”. Pero de locos que creen en sus ideas se ha cimentado el mundo y más aun el mundo cinematográfico. A nadie se le escapa que George Lucas fue llamado loco cuando hizo 'Star Wars', que algo parecido le ocurrió a Spielberg con 'Tiburón'. Aunque a veces los locos con el tiempo son admitidos como genios, aún no sabemos si éste nuestro loco llegará a ser tenido en cuenta como tal. Pero salvando las distancias si hay algo que los tres tienen en común es el haber creído en si mismo y en lo que hacían. El resultado de los dos primeros fue ampliamente aplaudido por crítica y público... Pero realmente ¿que hay detrás de esos 95 minutos para que tanto revuelo se vaya armando por donde quiera que pasa?. Pues señoras y señores lo que hay detrás es cine en estado puro.
1º.- Una película que bebe de las fuentes de los maestros del suspense, que rememora los tempos y las sensaciones transmitidas en obras maestras como Psicosis o El Diablo sobre Ruedas. Películas con poco “escenario” y mucha “psicología” que hoy en día son clásicos del cine de suspense, porque el suspense está realmente en eso, en hacer que el público use la imaginación para ver aquello que no se muestra y sin embargo asusta, los peores miedos son los creados por uno mismo. No sólo mantener la tensión 90 minutos se hace complicado, lo es más todavía cuando se está rodando una película en tiempo real. ¿De verdad puede haber tensión durante tanto tiempo cuando sólo hay una persona y sus respiraciones?. Creedme, lo consigue.
2º.- Un montaje milimétrico a cargo del propio director que le da ese ritmo frenético que te hace estar pegado a la butaca. Un vaivén de calma y frenesí continuo, un estado de nervios y silencio, un tira y afloja que hace que un simple intento de alcanzar el móvil, se convierta en una aventura digna de la destrucción de la estrella de la muerte o el planeo del avión tras Cary Grant.
3º.- Una fotografía que nos traslada perfectamente la atmósfera de claustrofobia y terror que se vive dentro de esa caja (y fuera, en la sala de cine). Que nos enseña que un mechero puede ser tanto la luz que sirve para iluminar la esperanza, como la llama que poco a poco se apaga cuando esta escasea. Que el brillo de la pantalla de un teléfono puede ser la único que se necesita para dotar dotar de maldad unos ojos acechando. Que realmente a veces menos es más.
4º.- Una historia aterradora que no pretende ser real en todos sus aspectos, pero que podría serlo sin lugar a dudas, donde el protagonismo de la situación supera totalmente al protagonista, que en este caso se convierte simplemente en el instrumento utilizado para contarnos como se desarrolla. Da igual si el protagonista se llama Paul Conroy, Piotr Chejov, Luca Mazzeri o Ángel Ramírez, porque lo importante es lo que le ha ocurrido y cómo va a salir de aquello. Claro que te pones en su situación, ¡es que no te queda otra!
Realmente hay mucho que decir sobre esta película y más que se dirá tras su estreno, pero todo esto sólo hace subir las expectativas del público en general lo que posiblemente haga que mucha más gente de lo que sería normal salga totalmente desilusionada del cine, siempre ocurre en casos como este y seguirá ocurriendo mientras el cine siga siendo cine, de eso no hay duda. Para todos aquellos a los que les ocurra esto, les haré una simple pregunta. Si tan mala te ha parecido ¿por qué la has comentado más de 30 minutos tras salir de la sala?
Nota:
7,5 / 10
por elbombardero