En pleno Londres, un grupo de chavales tendrá que enfrentarse a una invasión de alienígenas. Todo empieza cuando los adolescentes asaltan a una enfermera, a la que dejan en paz, cuando un extraño objeto aterriza sobre un coche. Al acercarse al vehículo, de su interior sale una extraña criatura que no será más que el preludio de una guerra sin cuartel entre los atemorizados habitantes de la capital inglesa y una raza extraterrestre con pocas ganas de hacer amigos y con una insaciable sed de sangre humana.
Una de las críticas que más veces ha sufrido a lo largo de los últimos años la dirección del Festival de Cine Fantástico de Sitges es la saturación en su programa. Por mucho que se alargue el certamen, es humanamente imposible ver todos los filmes que en él se proyectan. Así no es de extrañar que las neuronas de los espectadores no sean las únicas resentidas al final de cada trayecto, pues las propias películas presentadas rivalizan las unas con las otras para hacerse un hueco en la apretadísima parrilla, y así darse a conocer. Muchas se dejan ver una sola vez (no hay tiempo para más), sin embargo lo normal es que los programadores concedan al público dos oportunidades para acercarse a sus títulos a priori predilectos.
Sin embargo en la última edición nos topamos con una película que los organizadores ya nos habían dado a entender de forma indirecta que no debíamos perdérnosla, al haber programadas tres proyecciones de ésta (de nuevo, nótese que no es habitual que un filme se proyecte más de dos veces, y mucho menos en un certamen tan cargado como este). A la primera no pudo ser; tampoco a la segunda, pero a la tercera fue la vencida. No fue en vano la persecución a la que la sometimos, ya que los rumores no mentían: 'Attack the Block' efectivamente tiene derecho a considerarse como uno de los filmes de culto de la temporada... y en un ambiente tan propicio como el que siempre ofrece Sitges, la propuesta simplemente se creció. Cuidado, no es tan espectacular como la reacción del público podría dar a entender, pero sin duda merece nuestro aprecio.
El debut cinematográfico de Joe Cornish podría definirse como una prima hermana de la spielbergiana 'Super 8', de J.J. Abrams. Eso sí, vendría a ser aquel relativo que en las comidas familiares avergüenza y pone de los nervios al patriarca... pero divierte -¡y de qué manera!- a los más jóvenes comensales. A saber si fueron ellos los que originaron los disturbios del pasado verano que por poco no incendian Londres por completo (todo puede ser). Es decir, toda la nostalgia puesta por Abrams se transforma en un macarrismo desternillante (muy en la línea de la todavía a día de hoy influyente 'Zombies party', de Edgar Wright). 'Attack the Block' es puro desenfreno, y a los cinco minutos ya está servida una delirante invasión alienígena que se mueve a ritmo de hip-hop y música electrónica, en un típico fish tank británico en el que para más inri, convive un iracundo mafioso y su orondo secuaz (siempre es más que bienvenida la presencia de Nick Frost, aunque sea en forma de semi-cameo).
Los protagonistas de la función son unos chavales tan maleducados como entrañables, que vendrían a ser la respuesta brit a los incombustibles mocosos de South Park. Estos niños que se atribuyen demasiada precocidad son los típicos a los que nadie invitaría a su casa (por miedo a los posibles destrozos) pero que de buen seguro todos seguirían sus pasos de bien cerca, sólo para ver qué pasa. Lo que pasa aquí es una batalla sin cuartel que nunca decae en intensidad, simpatía, ingenioso referencialismo pop y si la ocasión lo requiere, crueldad. Elementos que bien removidos, como es el caso, causaron en su día el éxtasis generalizado en el Garraf: colas kilométricas para estar en alguna de las proyecciones, Premio Especial del Jurado...
Logros todos ellos merecidos, ideales no sólo para presentar a uno de los sleepers del año, sino también para abrirle la puerta del éxito al principal responsable de dicho proyecto: Joe Cornish, cuyo talento ya cotiza en la Meca del cine, y de he hecho ya ha empezado a ser utilizado (suyo es en parte el guión de la excelente 'Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio'). Y suyo es también el mérito de que esta revisión gamberra del género, suerte de actualización destroyer de las películas de gente como Joe Dante, que en la década de los ochenta encandilaban a los más jóvenes de la casa, se haya con el corazón de tantos espectadores en todo el mundo. Los escépticos no tienen más que hacer la prueba... y dejarse contagiar por este torrente de humor irreverente, deliciosamente terrenal.
Nota:
6,4 / 10
Por Víctor Esquirol Molinas