'Arthur Christmas: Operación Regalo' - Navidad, Navidad... ¡dulce Navidad!
Hay filmes que se aconseja ver en el entorno adecuado. No es que este pueda hacer de una película algo mejor o peor, al menos no desde un punto de vista ético, pero si puede servirnos para hacer de la experiencia algo más gratificante. Y de la misma manera que no es lo mismo ver un clásico en la soledad de tu reducida fortaleza vital que rodeado de 1.000 personas envalentonadas cantando al unísono ¡Ghostbusters! allá donde procede, no es lo mismo ver una producción eminentemente familiar rodeado de adultos a cada cual más rancio que de 1.000 chavales con ganas de juerga capaces de estallar a la conclusión en una sonora ovación que ni los fans de Crepúsculo... aunque haya algunos que no sepan ni por qué. Es el milagro de la Navidad, es la magia del séptimo arte.
Todos los años por estas fechas en las que no son pocas las regiones del hemisferio norte en las que ya se respira un ambiente (comercialmente) navideño, siempre suele llegar a los cines alguna que otra producción que se vale de la blanca Navidad para sacar tajada a costa de la idílica estampa de paz y amor que reina en unas fechas en las que a veces parece que según algunos la maldad se toma vacaciones. 'Arthur Christmas: Operación Regalo' es una de las muchas producciones que evidencian la existencia de un sistema de producción premeditado, de un plan de algún ente superior que además de dispersar con alevosía filmes a lo largo del calendario se encarga de fabricarlos en función de la época y con objetivos más que concretos, tanto que en casos como el que nos ocupa podemos hablar con franqueza de un instinto comercial transformado en pura sinceridad halagüeña.'Arthur Christmas: Operación Regalo' es una producción plenamente navideña y eminentemente familiar, con lo que todo eso significa, y cuyo argumento no le será complicado desenmarañar a quien ya esté curtido en estas lides. Pero como todo padre sabrá perfectamente estamos en una de esas ocasiones en las que no es el qué sino el cómo, en donde el suspense reside en ver cómo se hunde el Titanic (ya sea en dos, tres o las dimensiones que hagan falta). Y en ese sentido esta especie de versión alternativa de 'Pesadilla antes de Navidad' en formato '24' y sin un score como el de Danny Elfman es un filme muy entretenido, técnicamente notable como ya es costumbre en toda obra de alto standing y sobre todo simpático, cualidad esta última fundamental para que aquellos con según qué ambiciones artísticas puedan dejarlas correr para una ocasión que requiera un mayor nivel de exigencia por más que esté muy bien contada, tanto que en un año en que Pixar "ha pinchado" uno sospeche será una virtual candidata al premio gordo.
La emblemática Aardman vuelve al ruedo tras su ruptura con DreamWorks en esta su primera y muy ejemplar asociación con Sony Animation que podríamos equiparar a una primera relación íntima entre polluelos enamorados con ganas de cumplir con el trámite sin defraudar, con mucho mimo pero poca valentía y siempre con un ojo pendiente de no salirse del sendero trazado por el cine comercial. Desigual a la hora de ser a ratos una producción de Aardman (la notable 'Wallace & Gromit') y a ratos de Sony (la notable 'Lluvia de albóndigas'), y sin la descerebrada y alocada magia de ninguna de estas dos, el filme no obstante cumple ante el público de la plaza que ha decidido torear salpicando además un metraje tan predecible como una de James Bond de impredecibles y sorpresivos detalles sin desperdicio alguno que animan, y mucho, a que los adultos podamos aun creer que la Navidad también puede seguir siendo maravillosa, aunque sólo sea en la pantalla de cine, y a que su edulcorado happy end (¿acaso alguien lo duda?) cumpla su misión de enternecer como es debido.
Puede que 'Arthur Christmas: Operación Regalo' no presente mayor candidatura que la oportunidad de convertirse en lo que la ya mítica 'S.O.S. Ya es Navidad' de Chevy Chase fue en tiempos para TVE, un clásico a lo 'Qué bello es vivir' a programar con alevosía en fechas y momentos oportunistas, pero a juzgar por el recibimiento por parte de un ejército de niños entregados a la causa pocos peros le podemos extraer a un filme que hará las delicias de los más pequeños sin desagradar ni un ápice a sus padres. Sirva de ejemplo la estampa de mi jovencísimo sobrino e incipiente cinéfilo de ni dos años que terminó la proyección aplaudiendo. Puede que no supiera por qué, puede que no hubiera entendido nada, puede que hubiera que sobornarle con panchitos para retenerle en la butaca, puede que estuviese mirando a la pantalla sin las supuestamente necesarias gafas 3D puestas... puede sí, pero aun así sabía que debía de aplaudir. Porque los niños se lo pasaron en grande mientras que los papas se lo pasaron como niños. ¿Se le puede pedir más a la Navidad... cinematográficamente hablando? Si es así... a 'Arthur Christmas: Operación Regalo' no.
Nota: 6.7
Por Juan Pairet Iglesias
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