Otro año más, la cinematografía nacional preseleccionada por la
Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas AC, se dio cita este 31 de marzo de 2009 para hacer entrega a los ganadores de esta 51 edición de los
Premios Ariel, premio todavía representable a pesar de su poca difusión y de varias opiniones en contra, de nuestro apenas identificable cine mexicano.
Desde luego que lo poco que es elegible cada año en las nominaciones, no deja lugar a dudas acerca de lo poco que hay para nominar, aún cuando se pueda presumir que nuestra cinematografía está y sigue latente. Lo cierto es que los
Premios Ariel sólo sirven como un estímulo más para los ganadores y quizá para algunos nominados; pero a estos, les falta mucho más de lo que a simple vista se puede captar; y los problemas vienen desde la misma
Academia.
Muchas disparidades quedan al descubierto en esta ocasión, por parte de los académicos que eligieron a los nominados de este año, y aunque es un hecho que como todo arte, el cine es subjetivo, por lo menos la selección debe ser un poco idónea a lo que uno espera se puede ver nominado. El criterio de selección pues, por principio de cuentas queda burlado al no haber una línea particular para la implantación de las ternas por parte de los miembros de la
Academia.
Es bien sabido, que en una selección previa, este año, enviaron a competir a la mexicana
Arráncame la vida, para hacerse de una nominación en los premios de la
Academia Estadounidense de este año; entonces habría de suponerse que en esta entrega tendría demasiadas posibilidades ¿no creen?
Arráncame la vida no es una gran cinta, pero verla totalmente desplazada en estos premios, sólo da como significado una torpe labor por parte de los académicos acerca de cómo hacen su labor de depuración para armar ternas y entregar premios.
A juzgar por los nominados y ganadores, hay razones obvias, y es que el cine nacional, desde luego que no se puede dar preponderantes gustos en la producción de su cine, pues hay bastantes limitaciones de carácter económico en la cuasi industria. Con ello por delante, hemos de pasar cada año, con producciones comerciales y otras que rayan en el extremo de lo experimental. Es aquí donde notamos cierta aversión y decantamiento por parte de los miembros de la
Academia.
Juzgar lo comercial con un canon distinto al que se usa para juzgar lo experimental es muy desconcertante. Parece que entre más adeptos tienen las cintas con un público que abarrota las salas, las hace encaminarse hacia un destino mercantil que no puede ser aceptado por lo miembros de la tan prestigiada
Academia y a la vez tan de doble discernimiento; mientras que las cintas experimentales y artísticas ganadoras de cantidad de premios a nivel internacional si pueden darse a la tarea de ganar con creces aún cuando su respuesta en taquilla y con el público sea fría e incluso no se haya exhibido en cartelera.
Ganadores entre los nominados
Para mejor película,
Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo, del
Centro de Capacitación Cinematográfica;
Lake Tahoe, de
Cine Pantera –ganadora-;
Los herederos, de
Tecolote Films; y
Voy a explotar, de
Canana Films. En la mejor dirección estuvieron Eugenio Polgovsky por
Los herederos; Gerardo Naranjo por
Voy a explotar; y Fernando Eimbcke por
Lake Tahoe –quien finalmente resultó ganador-.
Para mejor actriz, la española Ariadna Gil por
Sólo quiero caminar; María Deschamps por
Voy a explotar; e Irene Azuela por
Bajo la sal –ganadora-. Para mejor actor, Diego Luna por
Rudo y cursi; Mario Zaragoza por
Desierto adentro –ganador-; y Juan Pablo Hernández por
Voy a explotar. En la mejor coactuación femenina, Adriana Paz por
Rudo y cursi; Eileen Yáñez por
Desierto adentro –ganadora-; y Daniela Valentine por
Lake Tahoe. En la mejor coactuación masculina, el argentino Guillermo Francella por
Rudo y cursi; Tenoch Huerta por
Nesio; Héctor Herrera por
Lake Tahoe –ganador-.
En mejor guión original, Laura Santullo y Rodrigo Plá por
Desierto adentro –ganadores-; Gerardo Naranjo por
Voy a explotar; y Fernando Eimbcke y Paula Markovitch por
Lake Tahoe. En mejor guión adaptado, Roberto Sneider y Ángeles Mastretta por
Arráncame la vida –ganadores-. Para la mejor fotografía, Alexis Zabé por
Lake Tahoe; Serguei Saldivar Tanaka por
Desierto adentro –ganador-; y Eugenio Polgovsky por
Los herederos. En mejor edición, Yulene Olaizola por
Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo; Eugenio Polgovsky por
Los herederos –ganador-; Mariana Rodríguez por
Lake Tahoe; y Yibrán Asuad Mújica por
Voy a explotar.
En música original, Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman por
Desierto adentro –ganadores-; Felipe Pérez Santiago por
Rudo y cursi; y Luis Leñero por
Nesio. En mejor sonido, Mario Martínez, Miguel Hernández, Marco Hernández y Antonio Diego por
Desierto adentro –ganadores-; Martín Hernández, Jaime Baksht, Santiago Núñez y Alberto Castro por
Rudo y cursi; y Cristian Manzutto y Camille Tauss por
Los herederos.
En mejor diseño de arte, Salvador Parra, Rafael Mandujano, Miguel ángel Jiménez y Luisa Guala por
Arráncame la vida –ganadores-; Gloria Carrasco y Antonio Plá por
Desierto adentro; Eugenio Caballero, Jon Solaun y Bárbara Enríquez por
Rudo y cursi. En mejor vestuario, Gilda Navarro y Mónica Neumaier por
Arráncame la vida –ganadoras-; Adela Cortázar y Malena de la Riva por
Desierto adentro; y Annaí Ramos y Amanda Cárcamo por
Voy a explotar. En el mejor maquillaje Regina Reyes y David Gameros por
Arráncame la vida –ganadores-; Jorge Siller y Ruth Bermudo por
Desierto adentro; y Marisa Amenta y David Gameros por
Rudo y cursi.
En los mejores efectos visuales, Henrik Fett por
Arráncame la vida; John Reid, Juan Medina y Rita Basulto por
Desierto adentro –ganadores-; Max Blásquez y René Castillo por
Bajo la sal. En mejores efectos especiales, Alejandro Vázquez y Roberto Ortiz por
Bajo la sal; Alejandro Vázquez por
Sólo quiero caminar; José Ángel Cordero por
Desierto adentro –ganador-.
En la mejor ópera prima,
Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo de Yulene Olaizola –ganadora-;
Siete instantes de Diana Cardozo; y
Rudo y cursi de Carlos Cuarón. Para mejor largometraje documental,
Siete instantes de Cardozo; Los herederos de Polgovsky –ganador-;
Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo de Olaizola.
En el de mejor cortometraje ficción,
Café paraíso de Alonso Ruiz Palacios -ganador-;
Trabalenguas para una casa vacía de Gabriel Herrera;
Roma de Elisa Miller;
Reality show de Federico Schmucler. En mejor cortometraje documental,
Cine a mano de Agustín Tapia;
Susurros de luz de Alberto Reséndiz; y
Su mercé de Isabel Muñoz –ganador-. En el mejor cortometraje animación,
Fuera de control de Sofía Carrillo;
Niño de mis ojos de Guadalupe Sánchez Sosa; y Jacinta de Karla Castañeda –ganador-. En la mejor película iberoamericana,
Leonera de Pablo Trapero (Argentina) –ganadora-;
Tony Manero de Pablo Larraín (Chile);
Perro come perro de Carlos Moreno (Colombia).
Ariel sin efecto blanqueador
Esta entrega 51 del
Ariel, se realizó por primera vez en el
Auditorio Nacional, bajo la conducción del actor Andrés Bustamante; y en ella se entregaron dos
Ariel de Oro, uno para Famie Kauffman "
Vitola” quien falleció el pasado 21 de febrero. Sin duda, una entrega llena de discordias por parte de nominados, ganadores, no nominados y no ganadores, que pone al descubierto las irregularidades en un manto de incongruencias por parte de los que integran dicha
Academia que no tienen un criterio definido para poder hacer de este un evento cinematográfico del mismo nivel que antaño. En 2009, el
Ariel ya no quita las manchas.