Los que hayan estado siguiendo regularmente los repasos a las jornadas de la 67ª edición del Festival de Cine de Venecia, se habrán dado cuenta de la alarmante irregularidad del programa. Si un día la sala de proyecciones se llenaba de aplausos, al siguiente dominaban más los bostezos... incluso los abucheos. Si ayer el respetable abandonó más que satisfecho las lujosas instalaciones del Lido, esa comentada alternancia hacía que hoy nos temiéramos lo peor. Afortunadamente no ha sido así. Todo lo contrario.

La jornada cinéfila ha empezado hoy muy pronto, a las ocho y media de la mañana, para uno de los rituales favoritos del director del certamen, Marco Müller. La llaman la ''proyección sorpresa''. En otras palabras, una película no anunciada en el programa que directamente va a competir por el León de Oro. Hay que tener en cuenta que pocas semanas antes del pistoletazo de salida de esta edición, la rumorología apuntaba a que no había que descartar el poder ver la nueva película de Clint Eastwood, de modo que era mucha la expectación concerniendo dicho pase.

Al final no apareció ''tito Clint'', pero el premio de consolación fue más que satisfactorio, sobretodo para el público más asiduo a este tipo de citas. De modo que se apagan las luces y en la pantalla se ven unos títulos de crédito que anuncian que el autor de lo que se estaba apunto de ver era Wang Bing, reputadísimo cineasta chino, que lleva en los altares del cine de autor desde el año 2003, cuando presentara un documental sobre la repentina transformación de su país, de más de nueve horas de duración. En esta ocasión se ha pasado a la ficción, pero su nuevo trabajo, 'The Ditch' (El foso), rezuma verismo por todos los poros.

La acción se centra en el desierto del Gobi, en un centro de reeducación del gobierno chino, para todos aquellos que se han desviado del camino marcado por el régimen comunista. Precisamente el título es una referencia del sitio donde les tocaba vivir a esas ''ovejas descarriadas'' a lo largo del inhumano proceso de rehabilitación al que fueron sometidos a lo largo de la década de los 50. La brutalidad y la barbarie como el pan de cada día; como el arma de Wang Bing hacia el patio de butacas... e irónicamente hacia sus mandatarios, claro está. Primer éxito del día.

El segundo trae cola... y más que traerá. Antes de ir al meollo, un breve repaso cronológico. A principios del 2009, y después de haber rodado 'Two Lovers', el actor Joaquin Phoenix anunciaba su retirada como actor para probar suerte en el mundo de la música (concretamente como cantante de hip-hop). A partir de ahí, el mundo sólo le vio en contadas ocasiones, y mostrando siempre un aspecto -y maneras- descuidadísimo... como si se tratara de la sombra de lo que un día llegó a ser. Hace pocos meses, el asunto dio un giro de ciento ochenta grados, al desvelarse que todo había sido un gran montaje; una excusa para que Casey Affleck (cuñado de Phoenix), debutara en la dirección con un documental que iba a contar las vivencias del ex-actor a lo largo del último año. Había nacido 'I'm Still Here: The Lost Year of Joaquin Phoenix', es decir, "Sigo aquí: El año de perdido de Joaquin Phoenix".

Enigma resuelto... o tal vez no. Y es que a medida que se iba acercando la fecha de presentación, fue tomando cuerpo la idea de que aquello de montaje tenía más bien poco. Casey Affleck efectivamente se había puesto de acuerdo con su cuñado para seguirle cámara en mano... pero que todo lo que se iba a ver era la pura realidad. ¿Pero qué es lo que se ha visto en Venecia? El más terrible de los descensos a los infiernos de una estrella de Hollywood. Tal cual. No hay más que ver el trailer de la polémica cinta para darse cuenta de que vamos a empaparnos -en el peor sentido de la expresión- con uno de los espectáculos más viscerales jamás vistos. Lo mejor (o lo peor, según cómo se mire) es que después de ver la cinta, sigue quedando en el aire la pregunta del millón ¿es mentira o no? No se sabe si viene o si va... si se ha ido o si sigue aquí. Ni Affleck ni Phoenix lo han desvelado, es más, con su actitud totalmente hermética durante la presentación del documental, no han hecho más que alimentar la duda. Puñetera y bendita duda. La lástima es que se presentaran fuera de competición, pero ahí ha quedado el segundo éxito del día.

Y todavía había tiempo para más. Hoy la Mostra ha rematado su trío de ases con el ex-guionista de cabecera de Roman Polanski, el también polaco Jerzy Skolimowski. Con 'Essential Killing' se nos sitúa en los gélidos paisajes rusos, en los que un preso político acusado de ser un terrorista (interpretado por un Vincent Gallo que ha dejado sin aliento al público) huye de las autoridades, eliminando a todo aquel que se cruce en su camino. La esencia del mejor Werner Herzog (personajes extremos, casi dementes, en una naturaleza igualmente extrema y hostil) se ha apoderado de la Sala Grande durante la proyección, lo cual supone una excelente carta de presentación para la cinta. Sí, ha habido pleno. Tercer éxito del día.

Y no nos olvidamos de los nuestros, y menos cuando traen tanta polémica. Hoy el producto nacional lo hemos visto en la película 'Vallanzasca - Gli angeli del male', dirigida por Michele Placido y presentada fuera de competición. En ella ha participado la actriz Paz Vega (que ha acudido al Festival tras su maternidad), en el que supone su segundo trabajo en una producción transalpina. Pero su pequeño papel ha quedado eclipsado por la ira que ha producido el filme en el público, al entender que éste glorificaba la vida de uno de los criminales más peligrosos de la historia reciente de Italia. ¿Qué sería de los festivales sin un poco de polémica?

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