De contagiados, zombies, almas... y otros accidentes
Vía El Séptimo Arte
por reporter 10 de octubre de 2009
Ya lo dejé ir ayer y hoy me reafirmo en lo dicho: no hay quien se quite de encima la sensación de que ya estamos en plena recta final del Festival de Sitges. Cada vez falta menos para que se rompa el idilio con el Garraf, pero es alentador saber que hasta el último día, van a haber películas de sobra, y para todos los gustos. En serio les digo que estar en el noveno día del certamen preocupándome aún de cómo demonios voy a hacer cuadrar los horarios, es un gran alivio. Pero para verdadero consuelo, la superpoblada parrilla que los organizadores han preparado para hoy.
Pronto, muy pronto hemos empezado a empaparnos de cine. La primera parada del trayecto ha sido al otro lado del charco, con la compañía de dos directores españoles debutantes. Tras dejar constancia de su talento en diversos cortos, los hermanos Pastor dan el gran salto y ruedan su primer largometraje en Estados Unidos. Se trata de 'Infectados', película que describe un futuro no muy lejano en el que el mundo ha sido devastado por un virus letal y de fácil transmisión. Debido al continuo riesgo de contagio, un grupo de cuatro jóvenes que se dirigen al mar, tomará todas las medidas necesarias para evitar caer enfermos, aunque ello implique enfrentarse directamente a otros supervivientes. Antes de la proyección, aún había dudas al respecto, pero debe quedar claro que no estamos ante de una cinta de zombies (aunque en el algún momento haya indicios de ello).
Lo que han querido Álex y David Pastor es hacer un crudo retrato del instinto de supervivencia del ser humano. Un instinto que le lleva más de una vez a tomar decisiones que chocan frontalmente con los códigos morales establecidos en tiempos menos dramáticos. Con buen pulso, la pareja de cineastas catalanes lleva una historia incómoda en la que el mayor enemigo puede ser el prójimo. La lástima es que no acaben de rematar la faena a la hora de dar profundidad a unos personajes poco carismáticos, que se quedan encallados en los tópicos más juveniles. Revés que adquiere gran trascendencia debido a que los protagonistas en cuestión son el motor de la función. A pesar de ello, hay que aplaudir la labor de los Pastor tanto en tareas de guión como de dirección, de modo que estaremos atentos a sus prometedores pasos.
Donde sí hay muertos vivientes es en 'Colin', de Marc Price. Si antes hablábamos de unos Estados Unidos arrasados, ahora hacemos lo propio con la capital del Reino Unido. La historia se centra exclusivamente en Colin, un zombie recién convertido que arrastra sus pies por las calles de Londres, siendo asaltado por sus recuerdos, huyendo de partidas de caza... y buscando carne fresca humana con la que saciar su apetito. Dos son las singularidades de esta cinta. La primera es el ya comentado zombie-centrismo de la trama. La segunda es su presupuesto. No en vano se la conoce como “la película de las 45 libras”. Personalmente soy un poco reticente con respecto a esta irrisoria cifra, pero a la vez salta a la vista que estamos ante un producto de los llamados “de cuatro duros”. Con una más que evidente -pero al final no tan flagrante- falta de medios, el debutante Price describe con terror y algo de ironía las andanzas de su criatura, y la verdad es que el resultado no es tan horrible como las cifras presagiaban. Aunque el ritmo de la película emule a veces la marcha de un zombie, apuesto a que los más acérrimos de este tipo de productos se sentirán cómodos con esta demostración de puro amor y entrega total a la artesanía cinematográfica. Además, en lo que va de Festival, se han visto películas mucho peores, que duplicaban/triplicaban/cuadruplicaban/quintuplicaban... a esta en lo que a soporte económico se refiere.
Con mucho más presupuesto ha contado 'Cold Souls'. Otra principiante, Sophie Barthes, ha hallado la solución a los problemas existenciales de Paul Giamatti. No tiene más que acudir al Dr. Flintstein para que le saque literalmente de encima el peso de su atormentada alma... y si la ocasión lo requiere, sustituirla por cualquier otra más adecuada a las circunstancias del momento. Un actor interpretándose a sí mismo y cambios de personalidad a la carta... ¿podríamos añadirle el subtítulo de 'Cómo ser Paul Giamatti'? No, por aquello de los derechos de autor, pero por ahí van los tiros. 'Cold Souls' toma prestados muchos de los elementos de aquella obra bizarra dirigida por Spike Jonze, pero le da a todo un aire menos pretencioso... y menos consistente. La podríamos definir como una película de Charlie Kaufman, pero sin Charlie Kaufman. Hay innegablemente un buen punto de partida, pero el resto avanza casi por inercia. Así, a pesar de tener ante sí un mar de posibilidades (reflexionar sobre una sociedad materialista, que es capaz de enlatar y hasta comercializar con su propia alma), la cinta se conforma con la categoría de curiosa comedieta, ideada para mayor lucimiento de un Giamatti algo repetitivo en sus formas, pero no por ello menos efectivo. Hay risas -sobretodo por el trato serio a algo tan surrealista- pero no hay poso.
A Hong Kong y a Johnnie To -que ahora ejerce de productor- hemos tenido que acudir de nuevo para hallar el producto más interesante de la jornada. Se trata de 'Accident', filme en el que se nos presenta a un grupo de asesinos que tiene una curiosa manera de llevar a cabo sus encargos: hacer ver que las muertes son debidas a accidentes. El problema será cuando, una vez disuelta la banda, el ex-jefe empiece a ver en las pequeñas casualidades cotidianas, perversas maquinaciones que persiguen su muerte. Sólo para aclarar ideas... ¿recuerdan aquellas coreografías macabras que trenzaba la muerte para liquidar a los insoportables adolescente de 'Destino final'? Es lo mismo, sólo que ahora está detrás de estos efectos en cadena un equipo humano perfectamente coordinado. En este aspecto, el director Pou-Soi Cheang describe de forma precisa y entendedora ese curioso modus operandi, y hace que estas misiones imposibles resulten realistas y trepidantes... una gozada. Aunque el relato se haga algo confuso en el nudo, nunca pierde fuerza a la hora de describir a su protagonista, un hombre cuya obsesión por el trabajo perfecto le va hundiendo poco a poco en una paranoia auto-destructiva. Líos aparte, la trama avanza por lo general con paso firme, y se cierra de forma algo previsible, pero satisfactoria, con lo que pocas pegas puedo ponerle a este notable thriller.
Lo mismo que a 'Paranormal Activity', uno de estos invitados al Festival casi de última de hora, debido a la agitación que ha levantado en Estados Unidos. ¿Han oído alguna vez ruidos extraños en casa? ¿Pasos en lugares donde no debería haber nadie? ¿Misteriosas voces susurrando en la oscuridad? Ya nadie le tachará de loco si responde que sí, ya que por suerte, ahí están las cámaras de video para dejar constancia de esas actividades paranormales. Oren Peli no ha descubierto la penicilina (no hay que machacar demasiado la memoria para que nos asalten títulos como 'El proyecto de la bruja de Blair' o la más reciente franquicia '[REC]'), pero está claro que ha sabido sacarle jugo a esta fórmula de terror directo. Lo cierto es que no sucede gran cosa hasta la recta final, pero la veracidad que transmite este formato transmite continuamente malas vibraciones al espectador. No hay sustos baratos ni agotadora pirotecnia digital. Sólo dos pobres idiotas enfrentándose a algo que escapa a su lógica. Puede que 'Paranormal Activity' no sea tan aterradora como aquel falso documental de Myrick y Sánchez; puede que no sea tan divertida como las gamberradas de Balagueró y Plaza, pero es una de las desgraciadamente cada vez más escasas demostraciones que, sin necesidad de trampear, pueden crearse espectáculos que ponen los pelos de punta.
Y por último, otra de almas; otra de las cintas más esperadas de la temporada. Después de triunfar con su excelente cortometraje, Shane Acker vuelve a la carga para profundizar en el universo de '9'. Apadrinada por Tim Burton y Timur Bekmambetov (y con las participaciones estelares de Elijah Wood, Jennifer Connely, , Crispin Glover, John C. Reilly, Christopher Plummer y Martin Landau), el filme habla de cómo el ser humano, en su insaciable hambre de conocimiento, fue aplastado por el progreso tecnológico del que tanto se vanagloriaba. La última esperanza en este mundo post-apocalíptico se concentra en unos muñequitos con personalidad propia. '9' es uno de estos casos en los que el cortometraje supera a la posterior “versión extendida”. La sencillez y perfección técnica de aquellos diez minutos puede con el formidable diseño artístico pero flojo desarrollo de la historia de su hermana mayor (o menor, según como se mire). Me atrae este futuro desolador, en el que el hombre ha recibido un castigo divino por su maldad y vanidad, pero no acabo de conectar con esos pequeños detalles que se dejan en el aire, y que no son capaces de dar todo el sentido deseable a una historia algo imprecisa. Aún así, su dinamismo y sus poderosas imágenes hacen que estemos ante una película de muy fácil digestión.
Mañana más.
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por Víctor Esquirol Molinas
Jaja, hace mucho lo hablamos tú y yo xD y sería épico la verdad
Además, con mi hermano y Erendil... corte ninguno
No me lo digas dos veces eh, q como buen catalán q soy, puedo sacar mi faceta gorrona .