Día 6: Una de cal y una de arena
El Festival de Cine Europeo de Sevilla sigue su curso, habiendo alcanzado ya su 6º día de programación. Con la lectura de las nominadas a los European Film Awards (premios del cine europeo) el pasado martes 9 de noviembre, el SEFF se encamina en proyectar los últimos títulos que buscan conformar el palmarés del próximo sábado, así como de presentar las proyecciones especiales de películas tan sonadas como el último trabajo de Rodrigo Cortés (en estreno mundial aquí en Sevilla) o la 'Belfast' de Kenneth Branagh.
Entre uno de esos filmes que optan a rascar algún premio se encuentra el último trabajo de Nanni Moretti, una de las voces consagradas del cine europeo que ya ha pisado el SEFF en años anteriores, como cuando vino con 'Mia Madre' en el año 2015. Si aquella usaba el cine como vehículo para medir la tragedia de un núcleo familiar, su nueva película, 'Tres pisos', se mueve entre tangos, rencillas del pasado y perdones para hablar de curar el pasado. Una película de historias cruzadas con forma novelesca y con un cambio de género radical en el ecuador del relato que redondea la obra.
La vida en su manifestación más cruel apoderándose de la primera parte del relato (el prólogo es de un punch narrativo bestial), para luego volverse noble, benevolente y redentora, terminando de contornear unos personajes con los que el espectador carga la culpa de sus viajes. La escritura de la película es simplemente brillante, y el reparto está elegido con mucho criterio para desempeñar cada rol dentro de una estructura muy coral. Qué año a nivel productivo para Italia, todo lo hace bien.
Pero como el SEFF, como casi todo en la vida, no se libra de ese viejo tópico de "una de cal y otra de arena", la siguiente película después de la italiana iba a contrastar de lo lindo con la misma. Agustí Villaronga, director de esa preciosidad llamada 'Pa Negre' (y al que desde aquí se le manda un abrazo enorme junto a toda la fuerza del mundo al estar luchando contra una grave enfermedad), traía al SEFF su último trabajo, titulado 'El vientre del mar', una adaptación catalana de un texto capitular de la novela 'Océano Mar', obra del dramaturgo italiano Alessandro Baricco, y que venía de arrasar con 6 premios (Biznaga de Oro incluida) en el Festival de Málaga el pasado verano.
La película es como ese amigo intenso que habla de la vida, de la verdad, de que somos gotas en un océano y de que guardamos bestias en nuestra mente, pero dándote golpecitos constantes e insoportables en el brazo. Es su agobiante necesidad de trascender existencialmente y su escalofriante criterio estético lo que hacen desconectar de una experiencia que busca la inmersión. Queda muy claro que la obra está criada en el teatro y que se mece bajo una nana autoral, algo que le da personalidad, pero nunca consigue estimular el interés en el espectador, que asiste indiferente a su inoperante autorreflexión. Ojalá hubiese sido mucho más social que lírica.
Recta final del SEFF con los últimos 3 días de competición, o lo que es lo mismo, la víspera del segundo fin de semana del festival, ese que ya suena a despedida, que huele a cierre de edición y que se siente como la última oportunidad de recuperar películas perdidas o recuadrar horarios para los compañeros de prensa y para el público abonado al festival. Esto se acaba y parece que apenas se ha saboreado. Qué triste tuvo que estar aquel que dijo por primera vez aquellas palabras de "qué poco dura siempre lo bueno".
That's what I say.
Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_
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