Sayles, a la cuarta fue la fallida
Vía Festival de San Sebastián
por reporter 23 de septiembre de 2010
Aquellas sospechas de que la cosecha de este año en San Sebastián era de perfil bajo se están confirmado. A falta de una jornada (es decir, de dos películas) para que se dé por finalizada la presentación de todos los aspirantes a la Concha de Oro, las sensaciones no están siendo las mejores. Quizás las fechas en las que se celebra el festival no son las más propicias para hacerse con los frutos más apetecibles (en este sentido, antes van Berlín, Cannes y Venecia, por citar sólo a los pesos pesados), o quizás simplemente es otra constatación de que el séptimo arte conoció años -mucho- mejores que este pobre 2010.
Hoy estaba programada una doble “A”, es decir, 'Amigo', de John Sayles y 'Aita', de José María de Orbe. “A” mayúscula que, si algo nos han enseñado las películas americanas es que se trata de la letra que corresponde a la máxima calificación en un examen. Buen presagio... pero al fin y al cabo poco más que humo, ya que definitivamente hoy se ha vivido la mayor decepción del certamen, cortesía de la primera “A” citada. Cortesía de una de las vacas sagradas en Zabaltegui.
Tres eran las apariciones que tenía en su haber John Sayles (uno de los grandes tótems del cine indie americano de las últimas décadas) en este escenario. Tres participaciones en las que dejó siempre muy buen sabor de boca. Sin embargo a la cuarta fue la fallida. El éxito antaño cosechado por filmes como 'Hombres armados' o 'Silver City' no se ha repetido con 'Amigo', drama histórico centrado en el conflicto entre los Estados Unidos y Filipinas en el que ninguna pieza parece encajar. Actores desubicados, guión confuso en sus intenciones y una dirección mediocre han hecho que el personal se preguntara por dónde andaría el verdadero Sayles durante el rodaje. Donde casi seguro que no va a estar será recogiendo premios en el último día de festival.
Por suerte la otra “A” (de 'Aita') ha subido un poco el nivel, que ya le tocaba al Zinemaldia. El cine español se sitúa pues una jornada más en la cresta de la ola del Festival de Cine San Sebastián. La nueva cinta de José María de Orbe viene a seguir la línea hipnótica de su carrera, presentándonos a un anciano encerrado en un caserón, con la única compañía de sus fantasmas. Cuidado, para nada se trata de una película de terror, es más correcto decir que es un filme que se sirve de elementos fantásticos (en el sentido más metafórico de la palabra) para configurar un retrato íntimo del protagonista. Experimento metafílmico difícil de digerir (lo que cabía esperar de una película financiada por Luís Miñarro) es la típica ocasión en la que público -en contra- y crítica -a favor- difieren por completo. Habrá que ver qué posición toma el jurado presidido por Goran Paskaljevic.
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