Y al fin, la Guerra Civil
Vía Festival de San Sebastián
por reporter 22 de septiembre de 2010
En un festival en el que el cine español tiene un protagonismo tan marcado, era cuestión de tiempo que la temática de la Guerra Civil hiciera acto de presencia. Un clásico. Podríamos forzar un poco y alargar el patrón comentado ayer, pero lo mejor es no jugar demasiado con el tema de la “memoria histórica”... quizás otro día. Lo importante es que hoy el director Agustí Villaronga ha roto su silencio de ocho años para presentar 'Pan negro', película basada en dos novelas de Emili Teixidor, que nos dan una peculiar visión de la Cataluña rural de posguerra.
Aunque durante la rueda de prensa el realizador (que estuvo acompañado por el reparto de actores casi al completo, entre los que han destacado Sergi López, Eduard Fernández o Laia Marull) haya intentado todo el rato desmarcarse de la ya mítica 'El laberinto del Fauno', la verdad es que su cinta guarda alguna que otra similitud con la de Guillermo del Toro, sobretodo en su voluntad de cruzar la más cruda y desagradable realidad con el mundo de lo fantástico. Un punto de conexión que viene servido con la excusa de retratar dicha época a través de los ojos de un niño.
La película, que está en la lucha por la Concha de Oro, no ha acabado de conseguir el consenso deseado, aunque haciendo balance, sale de la cita por lo menos con un aprobado justo. Los detractores han apuntado que, pese a los esfuerzos de Villaronga, la cinta no consigue desmarcarse demasiado de una línea fílmica que, en esta temática en concreto, a estas alturas ya produce cierta sensación de agotamiento en el espectador. En el otro extremo, hay que rescatar los intentos de no caer en el tan cansino y sobado maniqueísmo que suele marcar el transcurrir de estos productos, además del buen aprovechamiento de un escenario para reflexionar sobre temas de lo más diversos, que no es poco.
La que parece que no tendrá tanta gente a su favor es la japonesa Naomi Kawase, que con 'Genpin' ha protagonizado una de las desilusiones más grandes en los que llevamos de certamen. Documental con aires de grandeza sobre el embarazo, se convierte en una divagación vulgar sobre la vida y la muerte. Un panfleto filosófico pretencioso y confuso que no ha convencido a casi nadie, y que ha encontrada en su breve duración su mayor virtud. Parece que los premios van a resistírsele a Kawase.
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