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Glenn Close enamora. 'Albert Nobbs' y 'Take This Waltz' decepcionan

Vía Festival de San Sebastián por 19 de septiembre de 2011
Si ayer fue el nombre de José Coronado el que más se pronunció en San Sebastián, con permiso de Enrique Urbizu y su 'No habrá paz para los malvados', sólidos candidatos todos ellos para no irse de vacío en la edición de este año, sin lugar a dudas el nombre del día ha sido el de la actriz norteamericana Glenn Close, de 64 años, quien ha recibido el premio honorífico Donostia a toda una carrera que se extiende a lo largo de más 30 años, que se dicen pronto, tomando así el relevo a su compatriota Julia Roberts galardonada en la edición del pasado año.

Pero la veterana acriz, nominada hasta en cinco ocasiones a los Oscar, no ha venido a San Sebastián sólo para recibir este reconocimiento y demostrar su (radiante) saber estar ante la prensa, sino también para empezar el que espera sea el camino hacia su sexta y definitiva candidatura a los Oscar, ese premio que se le resiste a la hora de hacer compañía a los tres Emmys, tres Tonys y dos Globos de Oro que ya tienen su nombre grabado. Close ha presentado en sociedad (fuera de concurso) 'Albert Nobbs', lo nuevo de un Rodrigo García con el que ya había trabajado 'Cosas que diría con sólo mirarla' y en 'Nueve Vidas', una adaptación del relato breve de George Moore 'The Singular Life Of Albert Nobbs' que la propia Close, productora y coguionista de esta versión para la gran pantalla, ya había interpretado hacia años sobre los escenarios. Y al igual que el año pasado pasó con Roberts y su 'Come, reza, ama', el homenaje no se ha visto acompañado de un filme que vaya a pasar ni a la historia ni vaya a ser digno de mención, si acaso, como el peor trabajo de García. Hay quien nisiquiera la considera digna a secas. Decepción no, lo siguiente.

Las mejores opiniones en torno al filme del hasta ahora infalible cineasta hablan de un filme correcto y sólido, pero tremendamente convencional, plano y previsible, donde no hay nada que moleste pero nada que entusiasme lo más mínimo. Ni tan siquiera las interpretaciones, el punto fuerte de García, son dignas de ser destacadas salvo el papel de una Glenn Close que, no obstante, en muchas otras ocasiones ha merecido más y mejores aplausos. Y decimos las mejores. Las peores convierten a la palabra decepción en un simple eufemismo, y básicamente y sin entrar en terrenos verdaderamente hostiles, nos quedaremos con aquello que de que viene de ninguna parte para ir a ninguna parte sin contarnos nada por el camino, o lo que es lo mismo, un filme imprescindiblemente prescindible.

Por suerte, o por desgracia, la providencia ha querido que la musa del cine indie Sarah Polley presentase ya en la sección oficial y en el mismo día su segunda película como realizadora, 'Take This Waltz', para que así el "pinchazo" del dúo Close & García fuese compartido cuanto menos. Porque si con 'Lejos de ella' Polley enamoró a propios y extraños, con esta nueva tentativa la actriz e incipiente cineasta ha pinchado en hueso con un relato largo, pretencioso y cuyo interesante planteamiento se ve mermado por un pésimo desarrollo repleto de lugares comunes. O al menos este es el resultado para una buena mayoría cuyo veredicto ha sido implacable para con una comedia romántica de la que, no obstante, queda rescatar a la siempre rescatable Michelle Williams y que, bien mirado al menos por parte de unos pocos, no es sino una comedia con aires indies, uno de esos filmes que tal vez no es que sean flojos sino simplemente impropios de un escenario tan exigente como San Sebastián. Mañana más, y nunca mejor dicho, esperemos que mejor.

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Por Juan Pairet

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