Sobre adaptaciones y fantasmas
Ayer la Berlinale dejó claro que todo festival de cine que se precie no puede darle la espalda a las películas más “comerciales”. Y ponemos comillas porque al fin y al cabo hablamos del nuevo trabajo de uno de los cineastas más venerados, Martin Scorsese. No nos alejamos pues del cine de muchos kilates, pero la voluntad de hacer primar al autor parece diluirse con el glamour de los flashes desatados por la presencia de estrellas como Leonardo DiCaprio. En efecto, con 'Shutter Island', presentada fuera de concurso, llegó la locura fanboy a Berlín, y la crítica dio el visto bueno a una película algo excesiva, pero que ha sabido transmitir la tensión y el magnetismo de la novela de Dennis Lehane.
Hoy el celuloide oriental ha vuelto a estar entre lo más destacado de la jornada. Zhang Yimou, que ya ganó el Oso de Oro en el año 1988, ha vuelto a la carga en la sección Oficial con 'San Qiang Pai an Jing Qi -A Woman, a Gun and a Noodle Shop', muy en la línea estéticamente preciosista de sus últimos trabajos, pero argumentalmente chocante, al tratarse de ni más ni menos que de un remake chino de la célebre película 'Sangre fácil' de los hermanos Coen. El resultado obviamente ha dividido al público entre los que han disfrutado con la tarantiniana concepción de la violencia más cómica, y los ya agotados por los juegos visuales del veterano cineasta.
Otro filme que no ha conseguido el apoyo unánime del respetable ha sido otra especie de adaptación. En esta ocasión hablamos de 'Greenberg', que por concepto podría parecer el último ataque neurótico de Woody Allen, pero que en realidad está firmado por Noah Baumbach, colaborador habitual de Wes Anderson. En su quinto proyecto como director nos habla de Roger Greenberg, un cuarentón que no ha conseguido nada destacable en su vida, pero que está apunto de conocer el verdadero amor. El notable trabajo interpretativo de Ben Stiller no ha podido borrar la sensación de que en realidad Baumbach no es más que una sombra del genio neoyorquino.
Por último, una de esas rarezas que aparecen muy de vez en cuando. Se trata de 'Exit through the gift shop' del universal graffitero “anónimo” Banksy, que propone un juego irresoluble que mezcla continuamente realidad y ficción; verdad y mentira. Cómo no, la polémica se ha adueñado otra vez del certamen. Al fin y al cabo, esto es la Berlinale.
- Turquía rompe la hegemonía suramericana en Berlín.
Ya está arreglado. +1
"Cuando le he dicho que era una pena que no estuviera con nosotros, me ha dicho que aunque hubiera podido no hubiera venido, ya que la última vez que fue a un festival a recoger un premio, acabó en prisión".
No he seguido esta Berlinale como quería pero al menos un poquito más que otros años. Ahora a esperar a Cannes y felicitar a reporter