Entrevista a David Pulido, coguionista de 'Tarde para la ira'
"Ha sido muy interesante, muy bonito. De hecho yo no quería que acabara". Hablamos con David Pulido, autor junto a Raúl Arévalo del guión de 'Tarde para la ira', ópera prima del protagonista de 'La gran familia española', 'La isla mínima' o 'Cien años de perdón' que, tras triunfar a su paso por el Festival de Venecia, se ha estrenado en los cines de toda España este pasado viernes 9 de septiembre de la mano de eOne Films Spain.
Este es tu primer trabajo como guionista. Siendo que no te dedicas al mundo del cine, ¿cómo surge lo de colaborar con alguien tan establecido en la industria como Raúl Arévalo?
Yo conozco a Raúl en una fiesta de cumpleaños por una amiga común. Estuvimos bromeando con temas de psicología, le caí bien y al día siguiente le pidió el teléfono a nuestra amiga en común, que me quería preguntar unas cosas sobre otro trabajo que estaba haciendo. Y entonces empezamos a quedar. Poco a poco, y cada vez para hablar de más cosas. Y entonces él me dijo un día que quería escribir un largometraje, que tenía una idea y que que me la iba a leer a ver que me parecía. A los tres días me dijo que ese guión era de los dos. O sea, mi amistad con Raúl y la construcción del guión es absolutamente paralela, nos fuimos haciendo amigos mientras escribíamos el guión, y escribíamos el guión mientras nos hacíamos amigos.
¿Habías escrito algo antes?
Nada, nada. Pero a él le gustó mucho mi perfil, soy psicólogo y en esta historia era importante la psicología de los personajes, y él a lo mejor al principio quería un referente. También le gusta mi manera de contar las cosas. Y conectamos mucho con qué tipo de películas nos gustan, de hecho empezamos a ir juntos al cine. En un primer momento, cuando es una idea loca y no un proyecto, das tu confianza mucho más rápido. Todavía no era un proyecto, ni Raúl Arévalo era director, sólo un actor con una idea. Él confió mucho en mí, cosa que le agradeceré siempre porque ha sido la puerta a conocer toda esta maravilla, y luego ya éramos tan amigos, estábamos los dos tan implicados desde el principio, que ya éramos parte del proyecto.
¿Cuando comenzó todo?
Hablo del año 2007. Hasta que en el 2014 ya finalmente conseguimos la financiación, en este caso una apuesta personal de la productora, de Beatriz Bodegas, que confió en nosotros y nos dio todo su apoyo. Siempre decía "Yo sé que lo vamos a sacar, no hables de cuando pero lo vamos a sacar". Y a partir de ahí todo ha ido más rápido ya. Pero fueron 7 años de Raúl y yo hablando del guión, de revisarlo -hicimos como 9 o 10 versiones "oficiales"-. El guión fue cambiando, a veces lo apartábamos más otras veces menos. Lo bueno de ser dos es que uno tira del otro, y viceversa. Además, que no fuera la profesión de ninguno de los dos creo que ha jugado a favor. No teníamos ninguna prisa por hacerlo a cualquier coste. Ni él ni yo vivimos de esto, con lo que si se hacía como Raúl quería y tenía en la cabeza, bien, si no seguiríamos esperando. O sea, que nunca hubo ansiedad por cumplir con un plazo o con un contrato. Eso nos ha permitido disfrutar mucho. El proceso de hacerlo ha sido muy interesante, muy bonito. De hecho yo no quería que acabara. Para mí ha sido muy especial. O sea, empezó siendo escribir un guión con Raúl Arévalo, el actor, y luego era como una excusa para quedar dos amigos.
Cuando pasó digamos "la fase de tonteo" y se convirtió en un proyecto en firme, ¿cómo fue lo de compaginarlo con "otra vida"?
Cuando ves que ya va hacia un lado y adquieres algo de conciencia, da un poco de canguelo. Mi vida es esta, y ya ves dónde estamos. Siempre he dicho que para mí la escritura es un lujo. Todo el mundo me ha tratado muy bien. Pero si me preguntas yo soy psicólogo clínico, algo que además me encanta y que nunca quiero dejar. También me encanta el cine y siempre he sido muy friqui, muy de ir a ciclos de películas y cosas así. Pero yo era un espectador que no tenía ninguna relación con la industria. Y la verdad es que el proceso ha sido muy gradual, han pasado siete años desde "esto es una ilusión" a "esto es una realidad", no ha sido una lotería ni de la noche a la mañana y he tenido tiempo, nueve años en total, para asimilarlo. No ha habido ningún momento de vértigo. Pero evidentemente cuando he visto mi nombre en la pantalla he llorado. Cualquier aficionado al cine que esté en mi situación lo comprenderá. De pronto haces una película, se proyecta y además parece que gusta.
¿En Venecia fue la primera vez que viste la película?
La primera vez terminada del todo, sí. Pero aparte de ser coguionista soy amigo de Raúl, y he estado en todo el proceso. Por ejemplo en el rodaje, que he estado cuando normalmente un guionista no está y he estado formando parte del equipo. Y durante el montaje me ha estado consultando cosas, también sobre el cartel o la banda sonora, un poco de todo. Pero ya como amigo, no en calidad de guionista.
¿Cómo ha sido el proceso?
Nos obligábamos a quedar, sobre todo el primer año. El segundo año ya fue más en serio, cuando nos empezamos a poner plazos y a hacerlo un poco más profesional. Pero sin dejar nuestros trabajos, dedicarle muchas horas pero teniendo claro que nuestro trabajo era otro, en plan hobby. La lotería ha sido conocer a Raúl, y que contara conmigo. Y luego la suerte de contar con el equipo y la productora, con todo el mundo que se ha volcado con el proyecto.
El proyecto se hace realidad en 2014, ¿pero antes hubo más intentos?
Sí, ha habido varios intentos. El guión está ya acabado en 2009 o 2010 creo recordar. Ahí ya es cuando se empieza a mover y a buscar financiación, a través de subvenciones, de concursos o de productoras. Pero no surgía. Era tiempo de crisis y no es una película comercial. Con el éxito de películas como 'Ocho apellidos vascos' todos querían comedias, películas de buen rollo y no duras, que te dejen tristes o te hagan pensar. Apostaban por un cine diferente. Y yo como novato muchas veces no entendía las cosas. ¿Y ya está, no hay otras puertas a las que llamar? Pero es muy complicado, tiene que haber una gran cadena de televisión o una gran productora. Pero nada. Por eso también la suerte de que aparezca La Canica Films, una pequeña productora que de pronto sí quiera hacerla, y además como tú quieres hacerla. Si lo quieres hacer en Súper-16, que es el formato de la película y se ha tenido que llevar hasta Rumanía para revelar los rollos de película, que esto no es digital, vale. Que si quieres a estos actores, porque en el año 2007 tú ya has pensado en Antonio de la Torre y Luis Calleja, vale.
¿Los dos han sido la primera y única opción?
Sí, los dos están desde el principio. De hecho están desde antes de que, por ejemplo Antonio, con los años, se haya convertido en uno de los actores más solicitados de España, lo que ha condicionado la agenda claro está. Pero desde el principio ya se contaba con él, no se trataba de meter a un tío de renombre de protagonista. Desde el 2007 que José es Antonio de la Torre, y que Curro es Luis Callejo. Los demás personajes o actores si que han entrado más adelante. Muchas productoras te imponían a su propio reparto televisivo, o te pedían que bajases la edad de los protagonistas. También nos preguntaban que por qué queríamos hacer la película "fea". Siempre buscaban algo más juvenil, otro tipo de película, y Raúl decía que no. Entre que era difícil y que además es muy difícil levantar una película, y que Raúl no quería perder nada de su libertad creativa... pues han pasado muchos años, muchos intentos. Y después de cada intento el guión dormía un mes, o dos, y luego volvíamos y a lo mejor se nos ocurría algo nuevo, algún cambio. Porque claro, el David y el Raúl que escriben en 2007 no son los mismos que escriben en el 2014.
En ese sentido, ¿como ha evolucionado la historia a lo largo de todos estos años?
Ha habido cambios, si. La película al principio se ambientaba en los 90, es decir, en una época mucho anterior. Pero eso se fue cayendo porque a nivel de producción encarecía todo el proceso, es una película en la que la cámara va al hombro siguiendo a los personajes, no hay decorado y quieres ser muy realista, y eso era muy complicado de rodar. La época cambio, algunos detalles, pero la estructura y los acontecimientos, lo que sucede, eso siempre se ha mantenido. Cambiaba algo de ambientación. Ese giro entre el drama social y el thriller ya estaba planteado. Lo que sí había cosas que se desvelaban más tarde. Es una de esas cosas que vas aprendiendo, que en el guión hay cosas que te interesan pero que cuando vas a rodarlas no las ves igual. Cambian los tiempos, se re-ajustan, se alteran el orden o la manera de algunos acontecimientos y es algo que tienes que aprender. El público ahora es más impaciente, tienes que adelantar algunas cosas.
La película tiene mucho de los años 70, con un argumento sencillo que se desarrolla con tranquilidad, sin prisa. ¿Eran algún tipo de referencia?
Si. La película es bastante tensa, bastante trepidante pero se ha huido de efectismos. O sea, si esto es una historia de venganza no puede ser Tarantino. No podía ser una historia de tiros, de esquivar balas o de vísceras en dónde la música aumenta de volumen y el protagonista se gira hacia cámara. Eso es lo contrario a lo que queríamos hacer. Queríamos una película muy de aquella época, super realista, super naturalista, que diera esa verdad pero con contención, sin excesos. Y a partir de ahí ya si añadir algo de cine, algo de juego con el espectador pero desde un plano muy real.
Como guionista, ¿has visto reflejado el guión en la pantalla?
Sí, el guionista no deja de ser también el director. De hecho cuando Raúl y yo nos peleábamos por el guión era una batalla perdida para mí, él además de guionista era director y luego iba a hacer lo que quisiera [risas]. Por eso yo me lo tenía que currar de verdad, justificar y hablar mucho las cosas, porque si no convencía a mi compañero tampoco convencía al director. Evidentemente del papel al resultado final siempre hay cambios, en el rodaje se ha pulido más. En lenguaje cinematográfico igual un diálogo lo condensas en un juego de miradas, no dices el texto pero lo transmites de otra manera. Es algo que también queríamos, que ya desde el guión trabajamos. No decir que una persona está nerviosa si puedes mostrar que está nerviosa. Esa sutileza dentro de nuestra inexperiencia es lo que queríamos lograr. Esa sutileza es la que nos gusta en el cine, es la que nos gusta escribir y es la que buscábamos, repito, desde nuestra inexperiencia. Y este proceso en el rodaje se ha pulido más, sobre todo con los diálogos. Antonio hablaba poco en el guión, y ahora habla menos, los diálogos son más cortos. De hecho los diálogos en la película son un instrumento para crear tensión. En las escenas que más se habla es dónde hay más tensión por dentro. También creo que es una de las cosas más bonitas que hay de un guión, que el diálogo tenga una función distinta a la de describir la acción, que no sea tan evidente. Y eso se ha ido puliendo hasta quedar una cosa muy cruda, muy seca. Sucia en algunos momentos, sin remachar en algún momento para que parezca más sucia. Y yo estoy muy contento con el resultado incluso con cosas que defendía como guionista que ahora ya no defiendo tanto [risas].
¿Estáis dispuestos a intentarlo de nuevo, ya con algo más de presión eso sí?
Raúl y yo ya estamos barajando, ideando un nuevo guión. Pero fíjate como es esto, que incluso antes de comprobar el resultado del primero ya teníamos ganas de repetir, desde hace unos meses y antes de que nadie nos dijera nada. Que teníamos que seguir escribiendo porque lo hemos disfrutado mucho y ya teníamos la dinámica pillada. Ahora lo que no queremos caer es en el error de la segunda película, lo que ahora nos va a suponer una dificultad enorme. Es una ópera prima que hemos podido hacer de manera tranquila, a nuestra manera, que ha gustado, y mucho, y que además ha sorprendido, veremos a ver si también tiene éxito comercial, esperemos. Pero tendremos que afrontarlo. La segunda película va a ser menos difícil de hacer a la hora de levantar el proyecto, pero ya sí que nos la van a mirar con lupa, ya habrá unas expectativas y nos van a dar mucha más caña. Pero no nos vamos a comer la cabeza, vamos a seguir haciendo algo que nos guste, a nuestro ritmo, y algo que disfrutemos haciendo como hemos disfrutado esta primera vez. De eso se trata.
¿Siempre con Raúl?
Yo querría trabajar siempre con Raúl. Otra cosa es que en un momento dado surja otra cosa mientras estoy trabajando con Raúl y lo pueda compaginar.
¿Estarías abierto a otros proyectos? ¿A dedicarte plenamente a ser guionista?
No, porque me encanta mi trabajo. Es algo que me encanta y he podido hacer, y disfrutar, y ahí está como un hobby. No sé en que medida si dejase de escuchar a la gente, de escuchar durante todo el día realidades y me dedicase sólo a ser guionista, no sé si sabría hacerlo bien. Sé que hay gente que se dedica a esto, que está 8 horas al día y te escribe películas, series, lo que sea y que además lo hacen muy bien, que son magníficos y me pongo a sus pies. Pero yo no podría, para mi proceso creativo necesito tranquilidad y beber de la realidad. Aparte de eso es que me encanta, es a lo que me dedico desde hace muchos años y lo que más me gusta. ¿Yo, escribir? Firmo escribir una película con Raúl cada año, cada dos años o cada siete años. Con Raúl por eso mismo, porque no sólo es trabajo. Es una manera de disfrutar con un amigo. Y eso es algo que no quiero dejar escapar.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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