'Wonder Woman' tiene un problema, y es que es una mujer. Es broma. Comienzo de nuevo.

'Wonder Woman' tiene un problema, un problema que comparte además con muchos otros superhéroes: Y es que es tremendamente poderosa. Aunque el problema puede ser tanto suyo como lo puede ser mío a la hora de preferir héroes más humanos. Como por ejemplo Batman, quién no deja de ser un tío cuyo único y auténtico poder es ser inmensamente rico... circunstancia que por cierto, hoy en día, daríamos por sentado que Bruce Wayne no ha logrado de manera honrada, honesta y todo eso.

En fin, que 'Wonder Woman' tiene un problema, y más cuando estamos en la época de la I Guerra Mundial. ¿Quién en su sano juicio se enfrentaría con alguien así? ¿Quién sería capaz de aguantar en pie más de un par de segundos? 'Wonder Woman', lo dicho, es tremendamente poderosa, y como bien me señalan por la otra línea, tiene que llegar un momento en el que demuestre lo poderosa que es... o de lo contrario, no sería 'Wonder Woman'. O de lo contrario, no sería la 'Wonder Woman' que conocemos.

Y no hagas cabrear a los pobres fans. Dicho momento llega cómo no, al final de la película. Y casualidades de la vida, dicho momento vendría a ser el problema de la película, en un clímax que para entendernos, remite al de 'Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia'. Porque claro, hoy en día alguien tan poderoso sólo puede ser mostrado en su esplendor mediante una ingente cantidad de CGI que por acumulación, abuso, júbilo o una planificación demasiado confiada termina por "estar" demasiado presente. O cuando más es menos.

Por si había dudas, Gal Gadot ES 'Wonder Woman'. Lo mismo que Robert Downey Jr. ES Iron Man. La actriz se apropia del personaje desde fuera, con un físico imponente para ambos sexos; pero sobre todo desde dentro, con una sonrisa -entre otras cosas- de la que emana ese aura de sanísima autenticidad que ni se aprende en las escuelas ni necesita de un Óscar para ser refrendada. Y la película se beneficia muchísimo de tener a su heroína (y ahora ya, la de todos) al frente de la batalla.

Por lo tanto, ¿qué pasa cuando sustituyes a tu heroína de carne y hueso por un efecto digital, que por muy bien hecho que esté, no deja de ser un (evidente) efecto digital? Cuando Diana es de carne y hueso la película mola mil. Pero cuando es digital, pues ya no tanto. Y eso ocurre principalmente al final, en lo que sería el minuto 85 de partido, lo que le resta parte de esa sanísima simpatía así como el entusiasmo a un balance, por otro lado muy positivo. Claro que el problema podría ser sólo mío...

... o el problema podría ser que dicho tramo final no muestra la misma alegre brillantez y estilizado dinamismo de lo anterior, en su mayor parte de una física tan tangible como para ser imposible confundirla con la de un videojuego. Incluso habrá que piense que dicho clímax está dirigido por Zack Snyder, y con eso se medio dice todo... por lo ya dicho y por lo que no: Todo lo que llevamos para hablar del único "pero" de una película, por lo demás, tremendamente satisfactoria.

Porque lo es llevando a el 'Capitán América: El primer vengador' un poco más allá. Por ese sol radiante llamado Gal Gadot o un Chris Pine muy a lo Capitán Kirk. Por lo bien que combina lo serio con lo festivo, con mucho ritmo y aportando empaque a lo que eleva como blockbuster. Por su inteligencia por ejemplo en el uso del tema de Hans Zimmer, cuya presencia crece junto a la figura de 'Wonder Woman'. Y sobre todo, por ser antes una película con entidad propia que un capítulo de una franquicia.

Una película que además recupera en manos de Patty Jenkins una sensación que, ante la avalancha de superhéroes, hacia tiempo que no sentíamos y supone una de las claves de su éxito: La aparición de 'Wonder Woman' como tal es verdaderamente... maravillosa. Se siente esa emoción casi infantil del "héroe que irrumpe" tan poco trabajada últimamente. Una construcción in crescendo de su alma máter que evidencia la labor de "dar cera, pulir cera" que se ha realizado tras las cámaras.

Lástima de esos últimos minutos donde el CGI "engulle" buena parte de ese amor hacia el personaje, la película y el espectador. Claro que yo no soy un fan... aunque ahora esta película, al menos lo que acontece antes de aquello, me haya convertido en fan de Gal Gadot (y de su Wonder Woman). Es lo que tiene las buenas películas, o las películas que funcionan, o las películas que molan; lo que prefieran, que sigue siendo como espectador, en resumen, lo mismo: La emoción de la gran pantalla.

¿La otra clave de su éxito? Que es la primera película de DC Films que un seguidor de Marvel Studios posiblemente acepte sin vergüenza alguna como si fuera una de las suyas. No porque lo sea, pretenda serlo o parezca serlo. Sino porque es la primera película de DC que salvo por el abuso del CGI, algo que al fin y al cabo sucede en prácticamente todas las casas, se disfruta sin necesidad de otra consideración y/o partidismo. Por instinto. Y porque se hace querer. Ya seas mujer, hombre, animal o mineral.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex