'Vicios ocultos' - Sólo una ficción

No me acuerdo de 'Ahí os quedáis', salvo porque en su momento la describí como "una versión light y buenrollera de 'Agosto' a estrenar en una época en la que no repartan premios, no vaya a ser que alguien la confunda con alguna otra". O sea, me acuerdo de su existencia pero no de la película. Del mismo modo que por alguna extraña razón, me acuerdo de que su guionista es el también autor de la novela en la que está inspirada, Jonathan Tropper.
¿Quién? Jonathan Tropper, no por casualidad el también creador de 'Vicios ocultos', cuya posterior carrera, me sorprendo al comprobar ahora, no se ha desarrollado por los derroteros que esperaba; aún menos, como para que le recuerde por ser el guionista de 'Ahí os quedáis'... película que a bote pronto me recuerda mucho a 'Vicios ocultos', y que a su vez también me recuerda mucho a otra serie de Apple TV+, 'Palm Royale'.
La carrera de Tropper incluye tres series tan rematadamente resultonas como son 'Banshee', 'Warrior' y sobre todo 'See'. Lo que también es 'Vicios ocultos', una serie rematadamente resultona... aunque eso sí, muchísimo más cercana al estilo y tono de 'Ahí os quedáis' que al de sus anteriores series. Mucho más cercana, también, a la mencionada 'Palm Royale', siendo como es que ambas encajan a la perfección en la plantilla de Apple TV+.
Porque 'Vicios ocultos' es, a grandes rasgos, el tipo de serie que uno espera de Apple: Sólida y bien hecha, impoluta en lo formal, agradablemente mordaz y con un puntito pijo muy de clase media acomodada. El tipo de serie muy resultona, elegante y amable a la que cuesta (querer) ponerle un pero; más aún, cuando está liderada por el carisma de un Jon Hamm al que hacer de un Don Draper le sienta tan bien como tan bien le sienta un traje.
Una muy buena serie, en resumen, de apariencia más que notable a la que cuesta (querer o no) ponerle un pero... salvo quizá uno solo: El de su propia apariencia inmaculada. El peso de la aparente perfección cultivada y no genuina. No es un pero propiamente dicho, pero 'Vicios ocultos' es una de esas series, ya sean de Apple, BBC o HBO tan distinguidas, ingeniosas e inteligentes como llegado el momento, quizá, un tanto impostadas.
Se tiene, o no se tiene. Y Jonathan Tropper se comporta como si lo tuviera... aunque no lo tenga. 'Vicios ocultos' es una serie que va un tanto a lo seguro, y aunque no sea tan pronunciado como en 'Palm Royale', su magia como ficción televisiva tan resultona como eficaz, agradable, refinada y atractiva parece proceder de algo tan tangible como el trabajo. El duro y esforzado trabajo de hacer una buena serie que ofrezca lo que promete.
Tanto a la propia Apple, como al propio Tropper como creador, a Hamm como actor o a nosotros como espectadores. Es algo demasiado controvertible, lo sé, pero 'Vicios ocultos' da la sensación de ser una muy buena y satisfactoria versión light y buenrollera de sí misma. Una serie comedidamente rebelde y gamberra que coquetea con fregaos en los que sin embargo no se quiere meter, no vaya a morder la mano que le da de comer.
Esto es, la aparente perfección cultivada y no genuina: El discurso reconfortante y animoso de aquel político que da lecciones de moralidad mientras mira para otro lado. O algo que se le pueda parecer. Un discurso muy bien trabajado, casi redondo y no por ello menos altamente satisfactorio que sin embargo sentimos, de alguna manera, que no es real y auténtico. Que no es más que una ficción. Una muy buena ficción. Pero sólo una ficción.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex