'Venom: El último baile' - A la mierda
'Venom: Habrá Matanza' me dejó con ganas de una tercera entrega de 'Venom'. La primera por lo que leo parece que no me disgustó, mientras que con la segunda, vista sin ninguna expectativa, recuerdo que me lo pasé teta durante sus primeros 45-50 minutos; no tanto durante el caótico revoltijo de efectos digitales poco emocionante, logrado e inspirado que daba forma a su extenso clímax.
'Venom: El último baile', sin embargo, me ha decepcionado porque, a diferencia de esos primeros 45-50 minutos de la segunda parte, no termina de abrazar y estrujar su condición de mala y tonta serie B. No termina de ser esa mala, o muy mala pero disfrutona y desvergonzada película con la que uno puede disfrutar a un módico precio. Ya se sabe: para lo que me queda en el convento... voy y me cago dentro.
Coquetean con la posibilidad, y al principio parece que sí, que van a dejarse llevar porque total, ha quedado probado que el Universo Marvel de Sony es de por sí una mierda. ¿A quién le importa? ¿A Sony? ¿En serio? Pero no, al final no se atreven a dejarse llevar, y sus responsables prefieren guardar las apariencias y ofrecer la misma mierda, pero sin la alegría desbocada y juguetona de una película sin prejuicios.
Todo sea dicho de forma muy relativa, porque dada la deriva de la franquicia y el planteamiento de esta tercera parte, ni un milagro podría salvarla de su destino. Un destino del que sus responsables tampoco se esfuerzan en evitar, en una de esas producciones que evidencian uno de los grandes problemas de industrias como la de Hollywood: 'Venom: El último baile' ha costado más de 100 putos millones de dólares.
Tanto dinero tirado al servicio de una naderia sin más propósito, apuesto por ello, que la de cumplir con una serie de contratos. El sudapollismo es tan evidente que apenas cinco minutos después uno ya no recuerda nada de este "producto" planteado y resuelto con evidente desgana rutinaria. Hasta el punto de que ni sus (de)efectos especiales pueden servir como un clavo ardiendo al que agarrarse.
Y es que 'Venom: El último baile' se podría considerar un fraude, no ya sólo como película... que eso ya lo dábamos por sentado a estas alturas. Lo es como "blockbuster", lo es como "producto comercial", lo es como el capítulo final de una trilogía, y lo es incluso como "una película mala pero disfrutable". 'Venom: El último baile' no es que sea mala; es que es una mierda a la que le importa una mierda serlo.
Esto es lo que realmente molesta. Una película, cualquiera, tiene derecho a ser mala. Son cosas que pasan y que, de hecho, suelen pasar. A la mitad de las películas que vemos les cuesta dar la talla. Porque hacer una película parece fácil pero no lo es. Y hacer una buena película es aún más jodido. Pero si ni siquiera le pones ganas, te esfuerzas o lo intentas lo más mínimo, ya es una auténtica misión imposible.
Y sí, un fraude.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex