'Un pequeño favor' - La chica del vlog
La versión oficial, al menos una de ellas, describe a 'Un pequeño favor' como "un elegante thriller repleto de giros y traiciones, secretos y revelaciones, amor y lealtad, asesinato y venganza en la línea de best-sellers internacionales de gran éxito como 'La chica del tren', 'Perdida' o 'La pareja de al lado'".
La cuestión a desvelar parece obvia: Su correspondiente adaptación cinematográfica a cuál se parece más, ¿a la adaptación cinematográfica de 'La chica del tren', o la adaptación cinematográfica de 'Perdida'? Veamos: A favor, que Paul Feig no es Tate Taylor; en contra, que tampoco es David Fincher.
Esto es, 'Un pequeño favor' se queda más o menos entre ambas de las dos; más concretamente, o hilando algo más fino, juega a ser más como la de Fincher pero al final, en el momento de la verdad, acaba pareciéndose más a la de Taylor... lo que en cierto sentido, hace que parezca aún peor de lo que realmente es.
Y es la que adaptación de la novela de Paula Hawkins, al menos en pantalla grande, nunca llegó a despegar como para que la decepción, entendida desde el principio hasta el final de la película, no fuera sino el estado natural de su visionado. Con la adaptación de la novela de Darcey Bell sin embargo, la decepción es algo tangible.
Tangible, por cuanto se presenta a última hora, en el último tercio. Cuando hay que dar la cara, en ese clímax en el que un chasquido puede mandar todo a la mierda. Pero no es un chasquido, no temáis. Tampoco es como el final de la adaptación de la novela de Gillian Flynn. De héroe a villano en lugar de a superhéroe, si se me entiende.
Feig se defiende muy dignamente en campo ajeno y, como marca su Currículum, permite que Anna Kendrick y Blake Lively también se defiendan muy dignamente (ya en campo propio). Pero el final, ese final, como todo fallido final cuando el suspense procede de la trampa y el cartón, viene a ser como dar gato por liebre.
La trampa y el cartón, y no la magia del cine, de haber sucumbido ante el poder de una buena historia. Eso, y no otra cosa era lo que transmitía el final de 'Perdida'. 'Un pequeño favor' sin embargo, finalmente, aunque elegante, coqueta y distraída, no consigue escapar a la decepción de quién te la ha jugado en lugar de jugar contigo.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La película tiene una calidad técnica por encima del tipo de producción al que pertenece, un reparto que está francamente bien y una atmósfera de intriga y misterio que consigue atraparte e incluso llega a intimidarte en algún momento. Viene a ser lo mismo que fue en su momento 'Contratiempo', una película con un giro de guion tras otro que basa su narrativa en eso. Luego si que tienes un poco de crítica social, pero es totalmente secundario. Aquí todo se basa en los giros de guion disparatados y el humor característico de Paul Feig, que aquí funciona muy bien.
Pero es inevitable pensar que con 30 minutos menos, habría sido mejor. Al final Feig se motiva demasiado y acaba haciendo que tanto cambio drástico acabe incluso cansando y resultando, no solo ridículo, también irrelevante para el espectador que acaba algo exhausto tras esa saturación.
Tiene personalidad, y eso ya es mucho hoy en día. Un 6.
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