'La chica del tren' - La chica, el tren, y no mucho más
Hay una predisposición orgánica a comparar 'La chica del tren' con 'Perdida'.
Pero no, ni 'La chica del tren' es 'Perdida' ni Tate Taylor es David Fincher. De hecho la comparación le hace un flaco favor a la primera (y a su director), por más que también sirva para engrandecer (un poco más) a la segunda (y a su director).
Por más que sea inevitable pensar en la influencia del éxito de la segunda sobre la que ahora nos ocupa, al menos como proyecto cinematográfico que adapta otro best seller al que muchos conocemos gracias a esos irreductibles héroes, lectores empedernidos que aún prefieren entretenerse en el Metro con el tacto del papel antes que meterle mano a un teléfono móvil. Desconozco que hay más allá de dicha portada, igualmente convencido desde que se anunció el proyecto de que estábamos ante un film del que saber cuanto menos mejor.
'Perdida' juega en su contra porque 'Perdida' es la gran película que 'La chica del tren' nunca ha optado a ser. Desconozco, lo dicho, si es porque no hay más de dónde rascar, o si en su traslación a la gran pantalla ha sufrido de algún tipo de lifting similar al de aquellas 'Cincuenta sombras' con la misma capacidad de provocación que Pocoyó. Pensar en 'Perdida' como referencia es poner el listón tan alto que prácticamente garantiza esa sensación de decepción capaz de arramplar con todo (salvo con una como siempre creíble Emily Blunt).
"Es como un telefilme de Antena 3" se oye a la salida del cine, y no sólo una vez en lo que parece un pensamiento compartido a lo mente colmena. Ni si ni no... tan sólo casi, casi. Mientras que 'Perdida' envolvía al misterio planteado con un aura que iba mucho más allá de la resolución de mismo misterio, 'La chica del tren' apenas llega a salir de la estación, sin que la energía del misterio planteado o de su muy interesante reparto sean suficientes para mover un tren que carece de esa personalidad que la empuje al límite de sus posibilidades.
Pero no se trata de comparar, porque no se trata de eso. Como tampoco se trata de mencionar a las referencias habituales de Alfred Hitchcock, Agatha Christie, etc. Se trata de dar un volumen a una historia filmada son solvencia pero que carece de pulso, resuelta con mucho oficio pero a la vez con ese pragmatismo tan poco dado a las pasiones. Salvo el personaje de Rachel o su estupenda banda sonora (obra de un recuperado Danny Elfman), en 'La chica del tren' todo resulta lo suficientemente plano como para poder ser resuelto con una sencilla operación matemática.
Es ahí en dónde radica el problema de la película, en no dar la debida cobertura a una historia que afloja ante el acoso inmisericorde del espectador. Las idas y venidas de sus primeros compases se transforman en rutina, aquellos personajes llamados a ser importantes en meros recursos de guión, y los giros de guión una excusa cualquiera con la que rellenar el debido metraje. Ni hay nervio ni tampoco un estilo que llame la atención, ni hay escena alguna que impacte ni momentos que podamos sumar a la colección. No hay nada en particular, solo Rachel.
O lo que es lo mismo, poco más que una Emily Blunt que se ratifica como una notable actriz todoterreno. El proyecto, le venga de herencia o no, tampoco parece abierto a ofrecer mayores posibilidades o a posibilitar una relectura entre líneas, muriendo con su primer visionado como aquel pasatiempo competente, educado y llegado el caso, resultón que con una vez tenemos de sobra. Como aquel misterio que nos engatusa por quién nos lo cuenta, no por cómo cuenta aquello que cuenta lo que sea que nos esté contando.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Mantiene esa perspectiva en primera persona ( con su protagonista definida) y la historia es la que es. Decir que la vi de resaca, predispuesto a ver un tropiezo una vez leidas vuestras opiniones.
Es alucinante la "extraña" belleza de Haley Bennett.
Le doy un 6.
En los premios pesa mucho la imagen que se tenga de la película. Y en 'La chica del tren' se podría decir que Blunt es un oasis en medio del desierto. Lo hace bien, pero no tanto como para que merezca la pena incluir una película tan poco estimulante en un listado de esos.
Desconocía que se basaba en una novela, así que no puedo decir si la película es mejor que el libro o viceversa. En lo que respecta a la opinión de la propia peli, pasable con muchos peros.
El mayor defecto que he encontrado es que marea demasiado la narración de las desventuras de Emily Blunt; se supone que es la alcohólica de la historia y con tantas idas y venidas parece que quien este viendo el filme es el que se ha bebido hasta el agua de los floreros y terminando piripi y viendo cosas raras.
El segundo defecto (en honor a la verdad la he tenido que ver doblada al castellano, así que no puedo hablar con una fiabilidad del 100%, pero sí bastante) es que, salvo la propia Blunt, los demás nombres no están a su altura. Justin Theroux meh, Rebecca Ferguson no roba la escena como en Misión Imposible o en 'Doctor Sueño', Luke Evans otro que tal baila y la que más se acerca es Haley Bennett.
Repito que no he leído la obra en la que se basa y no puedo decir si es una buena adaptación o, por el contrario, la guionista se ha pasado de frenada. Por lo menos cobra sentido al final y mantiene más o menos enganchado.
En resumen, a Emily Blunt y compañía no los recordaré por este filme y bebed con moderación.
5