'Toy Story 4' - Eternamente agradecido
Cuando en noviembre de 2014 se anunció que Pixar produciría una nueva película de 'Toy Story 4', la emoción y el júbilo de volver a encontrarse con Woody, Buzz y todos los demás se mezclo claramente con una sensación de miedo e incertidumbre. La trilogía existente no sólo era excelente y un círculo casi perfecto, sino que además había logrado que cada nueva película fuera aún mejor y más completa y satisfactoria que la anterior.
Todo un reto estar a la altura de un legado tan grande, sobre todo a nivel espiritual y emocional, que parte de la clara intención de recuperar a Bo Peep, personaje que ahora sí que ha encontrado su lugar en el mundo. Un lugar en el mundo que como el de la propia película, no es el de un adorno sobre una mesilla de noche ni tampoco, ni mucho menos, ser lo que es cualquier secuela de 'Shrek' para con la primera (y para mí, única) 'Shrek'.
Lo más importante, y casi lo único que tiene que responder cualquier texto sobre esta nueva entrega de la saga con la que comenzó la leyenda de Pixar hace casi 25 años: 'Toy Story 4' está a la altura de las circunstancias, de la imagen de la citada Pixar y de la propia trilogía. Tranquilos, no tengáis miedo: No va a destrozar ninguna infancia o adolescencia. Un epílogo tan bienvenido y disfrutable como lo pueden ser cualquiera de las otras tres películas.
Un epílogo, porque esta vez sí que parece que será la última vez. Porque a pesar de los pesares el (abrumador y emotivo) final de la tercera sigue siendo un cierre perfecto. Porque a pesar de que sus responsables han sabido reconducir la franquicia de forma muy natural y orgánica, el prólogo de esta cuarta entrega debía haber formado parte de la tercera para alejar de la ecuación cualquier posible sensación de oportuno oportunismo.
Pecata minuta, en cualquier caso: Casi cualquier cosa que podamos criticar mínimamente de 'Toy Story 4', procede de esa parte de nosotros que se siente demasiado adulto como para recordar que una vez fue un niño que, simplemente, se sentaba delante de la tele a disfrutar. Llegue a ver la trilogía de Toy Story con mi sobrino un montón de veces, indistintamente, y no recuerdo que se quejase de nada, ni una sola vez, de ninguna de ellas.
Ahora serán cuatro, y no tres. Personalmente, sigo pensando, creyendo o sintiendo que la tercera sigue siendo la mejor. Porque sigo pensando, creyendo o sintiendo que es prácticamente perfecta. Tras un solo visionado 'Toy Story 4' no me lo parece, como tampoco me lo parecen las dos primeras (que si he visto más de una vez...). Quiero decir, que la cuestión es tan irrelevante como preguntarse qué triunfo en Roland Garros ha disfrutado más Rafael Nadal.
'Toy Story 4' es un nuevo triunfo de Pixar, el último por cierto al amparo de un John Lasseter cuya leyenda, envuelta en camisetas hawaianas por supuesto, seguirá siendo más grande que cualquiera de sus meteduras de mano en la vida real. Es una más de Toy Story en el buen sentido, y si por algún casual no lo fuera o la tercera aún fuera la mejor, se disfruta, espiritual y emocionalmente, como si fuera una película de Toy Story. Indistintamente.
Compro con mucha y sobrada gratitud. Eternamente agradecido.
Pd. Esta vez, no hay cortometraje antes de la película.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Mucha gente tuvo que esperar nueve años, pero un servidor solo ha tenido que esperar un día para saber cual iba a ser el siguiente paso de los juguetes que llevan haciendo las delicias del público desde 1995. Parecía que con la conclusión de 'Toy Story 3' ya iba a ser suficiente: pues no. Resulta que en Disney aún no han tenido bastante y quedaba una película más en la recámara.
Cuando se sacan secuelas de sagas en las que, teóricamente, no había nada más que rascar siempre está el peligro de que sean secuelas que se podían haber evitado (la saga Terminator, ni más ni menos), pero, para alegría del personal, esta 'Toy Story 4' aún tenían cosas que contar. ¿Significa eso que vuelve a estar a nivel top una vez más? No esta vez; aunque se nota que han pensado muy bien qué narrar para que no sea una pérdida de tiempo.
El personaje de Bo Peep regresa tras la ausencia en la tercera entrega y será colmada la pregunta de donde carajo estaba, además de volver a ser relevante en la trama. Una trama en la que atan cabos sueltos, como la de la misma Bo Peep, y, sin embargo, no cuenta ninguna lección más ni hay nada destacable a nivel de historia, salvo el tramo final con Woody. En resumen, esta cuarta parte se palpa como una especie de expansión más que una trama importante, donde ya se ve que el nivel está empezando a flaquear. A pesar de todo, los personajes (los veteranos y los nuevos) mantienen su carisma, aún hay corazón y se ha creado una nueva trama que se sigue con interés. El único pero que realmente le pondría es que con la misma Bo Peep han pasado de 0 a 100 sin tener una evolución que lo justifique con el paso de las películas; como lo han sabido justificar en esta, consigue escurrir el bulto.
Una secuela de nuevo bastante entretenida y hecha con buen gusto en el que pierde fuelle respecto a la trilogía, pero se mantiene a rebufo de las entregas anteriores, y eso con una película que, aparentemente, no tenía mucho más que contar, tiene mérito. Eso sí, mejor quedarse aquí antes de que una 'Toy Story 5' pueda ser peor. Una retirada a tiempo es una victoria.
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