'The Head' - La cabeza sobre el agua
He visto las dos temporadas de 'The Head' prácticamente del tirón, una detrás de la otra. Me atraía sobre todo el trasfondo nevado de la primera, con evidentes reminiscencias a 'La cosa' de John Carpenter (hacia la que hay un homenaje directo). Sobre el papel, era, para mí, sobre todo, una cuestión de planteamiento: un grupo de personas aisladas en una estación de la Antártida. Sobre el papel, para mí, es un planteamiento difícilmente resistible.
Sin embargo, 'The Head' tiene una segunda temporada ambientada en un barco en alta mar, lo que en cierto sentido evidencia su condición como una serie ante todo, escapista. Y casi por definición, también tramposa... aunque sea por una buena causa. Algo que funciona bastante bien durante su primera temporada, altamente eficaz y entretenida. No exprime ni de lejos sus posibilidades pero al menos te mantiene a la expectativa, giro tras giro, hasta el último capítulo.
O sea, cumple con lo que se propone, y con lo que cabe esperar de lo dicho, una serie escapista muy apañada que coquetea con el género aunque sólo sea por un interés tangencial. Funciona. No tanto en su segunda temporada, a la que le pesa en contra lo que no le pesaba a lo que igual debería de haber sido una única temporada (más ambiciosa y mejor aprovechada): ser una consecuencia forzada. Si la primera era tramposa, la segunda se siente artificiosa.
Como si el tiempo de descuento se extendiese durante otros 45 minutos. Sigue resultando bastante ágil y distraída, pero a diferencia de la primera no resulta ni tan enigmática ni tan verosímil (dentro de sus propios términos televisivos). Sobre un patrón parecido la historia no se expande, se alarga de manera resultona pero no particularmente estimulante. Entretenimiento que entretiene hasta que llega el último episodio y el último giro. Y se acaba. Sin más.
Que es al fin y al cabo de lo que se trata, de entretener jugando al despiste durante seis episodios. Ahora bien, se echa en falta encanto, refinamiento y una narrativa más plausible. Primero la Antártida; ahora, el barco. Nos puede valer como nos vale un pedazo de pan cuando tenemos hambre. Pero a ese pan le falta algo que además de cubrir una necesidad, le de gusto al paladar. Que nos permita recordarla como recordamos series como 'Fortitude' o 'Atrapados'.
La segunda temporada de 'The Head' viene a ser un consecuencia de la primera, una consecuencia forzada a través de elementos como el personaje de Hovik Keuchkerian, de dudosa solvencia operativa. Se deja ver como ya lo hacía la primera, pero de forma más efectista que efectiva y sobre todo, sin ese halo de misterio que envolvía una anterior temporada no necesariamente mejor, pero sí al menos más entonada y dentro de lo que cabe, también, más orgánica.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex