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'Slow Horses' - La unidad

Vía El Séptimo Arte por 03 de abril de 2022
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Hay producciones que lo tienen todo para triunfar. Y que triunfan. Producciones que parece que sólo pueden salir bien porque hacen que todo parezca tan, tan, tan sencillo que lo verdaderamente difícil sería cagarla de alguna manera.

'Slow Horses' nos sitúa en la llamada Casa de la Ciénaga, un vertedero al que van a parar los miembros del MI5 que, precisamente, la han cagado. Son los parientes pobres del espionaje británico. Los "caballos lentos" a los que hace referencia su título. Y el jefe de todos estos parias es Jackson Lamb, un irreverente y sarcástico tocapelotas de vuelta de todo cuya puesta de largo no tiene desperdicio alguno.

Es sólo un instante. Un pedo. Pero ya sabemos que estos espías no son de la quinta de James Bond. Y que el citado Jackson Lamb bien podría ser un George Smiley caído en desgracia. El que interpretaba Gary Oldman en 'El topo', película en la que es imposible no pensar pero con la que guarda las debidas distancias 'Slow Horses', un sólido y adictivo relato de espías británico con tintes de comedia negra.

Una producción de virtud intachable a todos los niveles que bajo un modelo de conducta clásico parece no brillar porque, al igual que cuando vemos un puzle ya terminado, todo parece estar y encajar en su sitio con naturalidad. Así de fácil. Porque lo difícil parece que hubiera sido cagarla, una impresión que da buena cuenta del nervio de una serie que va a más, y que coge fuerza con cada nuevo paso que da.

Una serie que encaja en el mismo patrón espiritual de tensión narrativa sin ambages que 'Line of Duty', 'Bodyguard', 'The Capture', 'Vigil: Conspiración nuclear' o por qué no, también 'La unidad'. Seis episodios que sin darnos cuenta se tornan en trepidantes; que nos cogen por las pelotas para no soltarnos hasta el final; que saben a poco y nos dejan con ganas de más, aunque duren lo justo y adecuado.

Puede que al final 'Slow Horses' sea algo menos densa y más ligera de lo que podría parecer por la envoltura de una Apple que suma y sigue. Como si fuera un problema. Lo que funciona, funciona. Un sobrio relato de intriga terrenal con espías a pie de calle bien planteado, desarrollado y ejecutado. Lo que se dice una serie hecha y derecha marcada por la sucia figura sin glamour de Gary Oldman.


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex



Slow Horses

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