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'Septiembre 5' - El día más largo

Vía El Séptimo Arte por 01 de diciembre de 2024
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Mientras veía 'Septiembre 5' no podía dejar de pensar en 'Saturday Night', en una comparación en la que la película dirigida por Tim Fehlbaum es la que sale perdiendo. Por algo las comparaciones son odiosas... y a menudo injustas.

Ambas parten de un mismo concepto enmarcado en los años 70 y con la televisión como catalizador, en una retransmisión en directo que marcaría un antes y un después; en el caso que nos ocupa, la del secuestro en Múnich de once miembros de la delegación israelí durante los Juegos Olímpicos de 1972. La mencionada (y estupenda) película de Jason Reitman se centraba en el previo, mientras que 'Septiembre 5' lo hace en el durante. Durante la propia retransmisión, de principio a fin, si bien, lo dicho, la idea es la misma: Recoger y plasmar el momento y la situación con la menor interferencia posible.

¿Qué quiere decir esto? Que los personajes pasan a un claro segundo plano, aunque en el caso de 'Septiembre 5' no sea tan acusado como en el de 'Saturday Night'. Lo importante es la retransmisión, el hecho en sí mismo. Los personajes a los que interpretan Peter Sarsgaard, John Magaro, Ben Chaplin o Leonie Benesch son peones a su servicio, definidos con las indispensables pinceladas para que la idea, o el concepto pueda salir adelante. Porque al igual que delante de las cámaras, los que hay detrás también son personas. Y al igual que la audiencia, ellos también se enfrentaban a algo inaúdito.

Pero la historia no les recuerda a ellos, ni ellos son la historia... aunque en 'Septiembre 5' sean indispensables para contarla de una manera diferente, aunque no novedosa: Y es que la sombra de 'United 93' siempre será alargada. Precisamente Paul Greengrass se podía permitir algo que 'Septiembre 5', encorsetada conceptualmente, no se puede permitir: Estar siempre en donde está la acción. La película (casi) siempre permanece en el estudio de televisión, siendo que sus protas ven la acción de igual modo que en su momento la vieron casi 1.000 millones de personas: A través de un monitor de televisión.

Esto no es un problema per se, pero sí crea una barrera que la película no acierta a compensar. Una película ágil y fluida, concisa y directa que cuenta con naturalidad una historia interesante y relevante a la que despoja de todo misticismo y adorno superfluo. Pero a la que le falta pegada en su tercio final, cuando tras un logrado in crescendo se estanca a consecuencia de un problema estructural derivado de su planteamiento y teórica fidelidad a la realidad. Sigue dejando buen sabor de boca, pero también con la sensación de que le falta la contundencia y constancia que por ejemplo sí tiene 'Saturday Night'.

De ahí que película dirigida por Tim Fehlbaum se la que salga perdiendo en la comparación, por más que no deje de ser una buena película; además, para quien esto suscribe, adornada por el encanto setentero y analógico de la época.

Más, 'Septiembre 5' no termina de rematar la jugada. Y es que lo que acontece en el estudio de televisión, aunque siempre interesante es tan comedido y sucinto que le falta fuerza para adueñarse de la pelota cuando la HISTORIA abandona la villa olímpica en helicóptero. Además, su "teletípico" final fuera de plano carece de la potencia e impacto dramático de sin ir más lejos el de 'United 93'. Sin embargo 'Septiembre 5', tras una gran primera mitad, termina sin más. Como si fuera ese equipo que juega bien al fútbol pero al que le falta alguien que las meta y ponga en valor sus indiscutibles buenas maneras.

 

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

 

 

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