'Sala de profesores' - Para la profe, con cariño
Lo que pasa en la sala de profesores, ¿se queda en la sala de profesores?
Alguien roba en un instituto. O para el caso, ponte que alguien roba en tu trabajo. O en la comunidad en la que vives. O en el gimnasio al que sueles ir. Todos ellos lugares repleto de caras tan conocidas como en realidad desconocidas. ¿De quién sospecharías?
¿Es que nadie va a pensar en los niños?
'Sala de profesores' es un estupendo thriller dilemático ambientado entre los cuatro muros de un instituto ¿público? alemán. En la misma línea que los incisivos relatos médicos de Thomas Lilti, Ilker Çatak le busca las cosquillas (y se las encuentra) al sistema educativo y al espectador con esta descripción certera y mordaz del llamado efecto "bola de nieve".
O como un pequeño conflicto de importancia relativa puede escapar a nuestro control y al de cualquiera a través de pequeñas bienintencionadas e incluso inocentes decisiones que sin querer (¿queriendo?) no hacen sino enredarlo todo un poquito más. Porque claro, no hay problema sencillo sin complicada solución. Y cada acción tiene su reacción.
Más aún en esta era en la que las redes sociales, la corrección política, la piel fina, el populismo programático o las noticias falsas están redefiniendo las relaciones y convenciones sociales, institucionales y humanas.
Todo ello servido, por descontado, con una fría, calculada y sobre todo temible y realista cercanía y credibilidad en la que no hay escena sin conflicto, ni conflicto sin resolver. 'Sala de profesores' plantea preguntas pero no proporciona respuestas, ni fáciles ni difíciles, jugando con los límites de la privacidad, de las jerarquías institucionales y el respeto al prójimo en un conflicto escolar que bien puede simbolizar el mundo. El nuestro, el de cualquiera.
En el recuerdo y también para el recuerdo, 'La lección' de Kristina Grozeva y Petar Valchanov.
Al igual que aquella, 'Sala de profesores' es un híbrido entre drama y thriller que funciona a las mil maravillas por su capacidad para fusionar con armonía y naturalidad ambos géneros en uno solo, prácticamente indivisible. Ni se trata de golpear al espectador moralmente, ni se trata de distraerle con giros argumentales continuos, sino de ambas cosas a la vez y a la vez hacer suyo el "Consejos vendo que para mí no tengo".
Bendita duda cuando nos permite dudar para bien, en otro estupendo filme que sabe identificar la duda de su protagonista con la duda del espectador. Y así, siempre, es más fácil (no saber qué) creer.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La película explora con nitidez la desconfianza e incomprensión que pueden generar este tipo de conflictos, es un ejercicio psicológico metódico que tal vez nos lanza más preguntas que respuestas pero que sin duda invita a la reflexión porque no hay una solución fácil al dilema que plantea, lo importante no es tanto el culpable como las consecuencias y ahí es dónde se muestra la fortaleza de su guión logrando una propuesta de lo más satisfactoria en todos los sentidos.
Pero al leer que tenía parte de thriller, la nominación y alemana, me ha llamado la atención. Y ha valido la pena.
Es una película que, nada más empezar, ya resulta inquietante. La protagonista transmite la sensación de estar fuera de lugar, en territorio hostil, sobre todo con sus compañeros. Con los alumnos no tanto. Pero cuando ya se pone en marcha el conflicto, poco a poco se va enredando y la sensación de impotencia va aumentando. Y ahí es cuando uno piensa en qué haría en esa situación. Puedes aguantar, buscar una solución rápida pero contraria a tus principios, quebrarte, rendirte...
Refleja muy bien el aislamiento y rechazo, la hipocresía, los prejuicios, lo fácil que es manipular la opinión pública sin tener certezas. Por desgracia, algo cada vez más frecuente.
Una película que te hace reflexionar más que tenerte en vilo para ver cómo se soluciona.
Nota: 7.5
Te atrapa, te hace vivirla intensamente y hacerte pensar sobre cómo actuarías tú, sobre cómo has actuado en tu vida en situaciones similares.
El final algo abrupto, no negaré que he mirado incluso si el cursor del metraje realmente había llegado al final o los créditos eran una original forma de pre-despedir antes de un epílogo con más respuestas. Pero aún con la sorpresa inicial, su final diferente hace sumar enteros a un film tan especial como recomendable.
Nota: 7'5
Toda la acción transcurre en un colegio que lejos de ser una limitación sabe sacar provecho de ello y de toda la estructura del mismo empezando por un aula a la que Carla (Leonie Benesch), su profesora, consigue armonizar pero siempre dejando entrever el potencial infierno que pueden llegar a desatar estos pequeños diablillos siguiendo por una sala de profesores y una secretaría donde los adultos cometen casi tantas fechorías como sus pequeños homónimos.
Y la película nos presenta a una Carla de una honestidad y lógica aplastantes que inevitablemente nos pondrá de su lado para a continuación ponerla (y ponernos) a prueba para lo que está por venir. Y cómo no, el infierno se desatará a todos los niveles con una virulencia que se llegará a sentir hasta en el sofá de casa.
Con un gran final, esta Sala de profesores deja la sensación de que podía haber ido más allá o a mí se me ha hecho tan corta que bien hubiera aguantado unos cuantos latigazos más en ese sofá lo cual no es negativo ni mucho menos sino todo lo contrario. Muy recomendable y un homenaje a todos los docentes por su inestimable labor.
Un 9.