'RRR' - Están locos estos británicos
En 'Team América: La policía del mundo' el muñeco que daba vida a Matt Damon sólo sabía decir dos palabras: "Matt" y "Damon". Durante la primera mitad de 'RRR' en mi cabeza resonaban también tan solo dos palabras: "Michael" y "Bay". Eso durante sus primeros 90 minutos de un total de 180 minutos. Durante los otros 90 minutos de acoso y derribo las dos palabras que no dejaban de resonar en mi cabeza eran "Zack" y "Snyder".
'RRR' (Rise, Roar, Revolt), al igual que ya lo eran las dos entregas de 'Baahubali', es una abrumadora experiencia sensorial. De nuevo, un blockbuster total que trasciende la definición de espectáculo cinematográfico como no estamos acostumbrados a ver, oír y sentir en occidente. 180 intensos y animosos minutos durante los que siempre está pasando algo al son de una omnipresente y enérgica BSO que retumba por toda la sala.
180 minutos. Lo mismo que 'The Batman'. Si bien, a la hora de la verdad esta suerte de péplum moderno parecen dos películas encadenadas. La primera adquiere el contorno esteta de Michael Bay, mientras que la continuación, con sus héroes ya consagrados como superhombres, adquiere una apariencia más cercana a la del Zack Snyder de DC. Siempre, eso sí, la imagen y el sonido por encima de una narrativa con aroma a cómic y videoclip.
La película es una obra profundamente plástica y sobreactuada. Una sucesión incesante de estampas grandilocuentes e hiperbólicas. Y es que hablamos de cine indio, téngalo tan en cuenta como ellos tanto lo viven, en una película muy (orgullosa) de su tierra. Varonil, vehemente y muy patriótica, con los británicos convertidos en esos odiosos villanos que dedican toda su miserable existencia a ser malos, crueles, chulos y bailarines flojeras.
Esto es, cine tan básico como a la vez exagerado, furioso y kamikaze que resulta tremendamente efectivo cuando, es el caso, está envuelto en un sentido del espectáculo tan colorido y ruidoso. Y muy constante y obstinado. Aunque no lo pueda parecer por su duración, 'RRR' es una estilizada y contundente superproducción épica de acción cuyo final tal vez sorprenda de sopetón al no tener un colofón a la altura de sus mayores cabriolas.
Como la que sin ir más lejos tiene su primera parte, de una desbocada e inmisericorde exquisitez animalesca.
Pero claro, mientras disfrutamos de sus alegres títulos de crédito finales comprobamos que, efectivamente, entre unas cosas y otras ya han pasado las tres horas. Tres horas de una estampida audiovisual algo tosca y sin miedo al ridículo que al igual que obras como 'Ben-hur', se sienten como algo más que una simple película- Una experiencia que si bien puede resultar agotadora, lo es en la misma medida que es jodidamente satisfactoria.
Y que nos deja dando palmas y con ganas de una secuela, por favor.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Pero independientemente, como bien apuntabas, un sorpresón.