'La cima' es una película que, por encima de cualquier posible "pero" que le podamos poner, funciona como tiene que funcionar toda película que se precie: a la medida de sus propias ambiciones e inquietudes (a poco que tenga algunas, claro). Y dentro de dichas ambiciones e inquietudes teñidas del impoluto blanco de la nieve que la enmarcan continuamente, es un drama austero, íntimo y minimalista al que Javier Rey y Patricia López Arnaiz dotan de vida, calor y sobre todo credibilidad.

Sí, es cierto que el tramo final es algo forzado y no resulta tan orgánico como todo lo anterior. Y sí, también es cierto que Rey al principio se presenta como el protagonista cuando al final la que lo acaba siendo es López Arnaiz, lo que en parte atenúa la resonancia dramática tanto del relato como de los personajes. Pero, lo dicho, 'La cima' es una película que por encima de cualquier posible "pero" funciona a la medida de sus ambiciones e inquietudes. Que las tiene, o porque las tiene.

"La cima" de la película es algo real a la vez que algo psicológico y emocional. Una metáfora construida sobre la realidad. Y es que la película es un drama sencillo pero bien enmarcado sobre dos personas rotas por dentro que se encuentran, y se salvan en medio de ninguna parte (de la vida y el mundo). Una película con ese necesario toque populista que la hace tal vez no especialmente buena pero, siempre hay un pero, sí tan efectiva como a la postre adecuada y oportunamente emotiva.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex