'Camera café, la película' - Umor sin h
La idea tenía su potencial. Pero el crédito se agota a los 10 minutos. 'Camera Café, la película' es la fallida traslación a la gran pantalla de lo que el tiempo ha convertido en un clásico televisivo. Como director, Ernesto Sevilla le intenta dar empaque al asunto, y a nivel formal no luce nada mal como un remedo casero del cine de Javier Fesser. Pero a nivel narrativo, argumental y en teoría humorístico es un caos deslavazado y caprichoso donde todos los personajes van y vienen sin que nada importe. Salvo por supuesto Arturo Valls, claro está. La estrella de un chiste demasiado largo y vago.
Todo gira en torno a Valls, en una barra libre de chorradetas sin cabeza que parecen diseñadas para sumar uno más uno y poder montar un bonito tráiler. En dosis de 30 minutos como las de 'Capítulo 0' el estilo de Sevilla, Joaquín Reyes y Miguel Esteban podía sostenerse, aguantar e incluso funcionar (a su manera). Pero un largometraje es algo más serio que una suma de chistes y tontunas desiguales, con un porcentaje de aciertos claramente bajo en cuanto a ingenio y buen gusto. Un largometraje que además apenas sí saca provecho del mejor recurso de la serie: su espíritu coral.
Le saca poco provecho, o directamente lo desperdicia, como dando a entender que no lo ha asumido para así poder ir por libre. Una pregunta innecesaria requiere de una respuesta firme y contundente para ser relevante. Sin embargo, esta ampliación del mundo de 'Camera café' depende tanto de la condescendencia residual del buen recuerdo de lo que hubo (pero tal vez solo fue o no fue) que parece un futbolista de 45 años tratando de jugar al baloncesto mientras simula no tener más de 25. O lo que sería una gracia (tras otra) de borrachos contada el día de después a quien nunca estuvo allí.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Mi nota es un 5,5.
Si la serie tenía gracia era precisamente por esto. Se les ve el plumero nada más comenzar, cuando sólo presentan a tres o cuatro de ellos.
Lo que más rabia me dio fue verla en presencia del equipo y que estos sintieran la imperiosa necesidad de estar animando continuamente a los espectadores. Me pareció algo entendible pero muy triste.
0.5/10