'Posesión infernal: El despertar' - La madre que los parió
Hace unos días, en relación a 'Renfield', decía que había críticas que se escribían solas. Que hay películas que ofrecen lo que cabe esperar de ellas siendo, además, oh, casualidades de la vida, lo que pretenden y a su vez prometen ser. Películas como 'Renfield', o películas como esta 'Posesión infernal: El despertar'. El tomate que compras cuando vas a comprar tomate. La película de Lee Cronin es lo que esperas que sea, dicho sea en el mejor sentido, el de lo que cabe esperar que sea en gran medida una obscena, malhablada, sucia y dolorosa peli de "Posesión infernal".
El cine se trata básicamente de esto, de satisfacer a tu público. Sean más o menos depravados sus gustos. Y a ser posible de manera malsana y copiosa, como si fuéramos a comer uno de esos cocidos que nos salen gratis si nos acabamos todo lo que nos pongan sobre el plato. Aquí se viene a engullir y a sufrir. A ver violencia, sangre y fluidos desagradables. Sin límite de edad, en abundancia y con mucha mala leche. Sin prejuicios ni complejos, y con el volumen de la música y de los efectos amenazando constantemente la integridad de nuestros tímpanos.
Como ver un concierto de tu grupo favorito de hardcore en primera fila. Y que viva Led Zeppelin. 'Posesión infernal: El despertar' es acoso y derribo. 90 minutos de incómoda y perturbadora intensidad que como el buen cine de terror, en algún momento que otro nos hace dudar si realmente queremos seguir teniendo los ojos abiertos. Un no parar perversamente juguetón que se desarrolla a lo largo de una sola noche extenuante, y con una sucia determinación sin contemplaciones hacia los que sean de estómago un poco débil. Esto no es, no sé, 'Scream VI'.
Es auténtico cine de terror bruto, cabrón y malrollero, físico y muy auténtico, sin miedo a mancharse las manos de lo que haga falta, bien interpretado y dispuesto a bordear los márgenes de lo que es comercial y legalmente admisible. Al igual que el notable remake de 2013, esta nueva entrega no se corta ni un pelo y con mucho humor macabro, se vacía en su enérgico empeño en putear a sus pobres protagonistas. Una potente orgía "marca de la casa" que, sin duda alguna, satisfará a aquellos a los que les gustaba ponerse el chubasquero y sentarse en las primeras filas del musical...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La saga que inició un pipiolo llamado Sam Raimi allá por 1981 se resistió a quedarse en una sola entrega y tuvimos dos películas más protagonizadas por el legendario Bruce Campbell, quien también protagonizó la serie 'Ash vs Evil Dead', injustamente cancelada a mi parecer, y un reinicio en 2013 que seguía los eventos de la primera película. 10 años después, el libro de los muertos vuelve a la gran pantalla de forma rutinaria, aunque satisfactoria.
Por suerte, no vuelven a recurrir a la fórmula de gente atrapada en una cabaña más que en la secuencia inicial de presentación y declaración de intenciones que no dura demasiado tiempo hasta pasar a los verdaderos protagonistas de la historia. Una familia (madre y tres hijos) que vive en un tugurio de Los Ángeles con vistas a ser demolida próximamente quienes reciben la visita de la hermana de Ellie, la madre, llamada Beth y la visita inesperada del 'Naturom Demonto'.
Cuando digo lo de forma rutinaria, no cabe duda de que se entiende si se ve el filme. No inventa la rueda, tampoco hace falta, y solamente la trama cambia de escenario sustituyendo la cabaña por un apartamento en Los Ángeles y le incluye algunas pequeñas novedades a lo ya conocido hasta entonces en esta veterana franquicia que ha dado para cine, series, cómics o videojuegos. Eso sí, no escatiman con la sangre ni el gore, cosa que siempre es un plus aunque parezca un degenerado escribiéndolo, y realmente no se echa en falta a Bruce Campbell para llenar la pantalla; el elenco interpreta de forma sólida y creíble a sus respectivos personajes y no cuesta empatizar con su sufrimiento.
Es de elogiar que más de 40 años después, la franquicia Evil Dead pueda seguir dando productos audiovisuales que no caigan en la monotonía y que puedan aún ser capaces de no sorprender, pero si mantener un buen nivel de calidad y tino tanto delante como detrás de las cámaras. En este caso, usando a una familia en un lugar tétrico, con una banda sonora más que aceptable y unos pocos efectos especiales bien hechos hace, en resumen, una nueva visita al libro que tan por culo da a quienes se encuentran con ella. Y todo lo que sea darles por culo a sus víctimas en forma de buenas obras será positivo para el público.
7
Esta pues no se, se agradece que vaya cortita y al pie, directa al turrón y sin que tenga que durar como todas las pelis duran hoy en día. A su vez, eso hace que quede en un ligero entretenimiento (que también va bien) y sumado a que tampoco ofrece una gran construcción de los personajes, te sabe mal lo que les pasa pero tampoco es que te importe en demasía.
Eso sí, buenas dosis de acción y gore que la hacen disfrutona.
Nota: 6
Le doy un 7.