Cuando el cartel de una película no te inspira ningún tipo de confianza, échate a temblar. Ese es el caso de “¡Por fin solos!” (un largometraje español con Alfredo Landa como actor también se llamaba así). Una película que no promete nada y no da nada. Cuyo guión no se sabe muy bien hacia dónde va y cuyos actores no parecen ellos mismos. Beth Winter (Diane Keaton) es una mujer que sufre el síndrome del nido vacío. Su marido Joseph (Kevin Kline) es un cirujano centrado en su trabajo. Cuando sus hijas se independizan, ella encuentra un perro abandonado en la carretera al que recoge y adopta. Un año después, durante unos días en la casa de verano el perro se pierde y así empieza una aventura por encontrar al animal y encontrarse ellos mismos.Si después de leer la sinopsis aún tenéis ganas de ver la película no seré yo quien os diga de no verla. Simplemente os recomendaré seguir leyendo para tener todas las claves y poder decidir con lógica. Empecemos por lo obvio: cómo dos actores de reconocido prestigio como Diane Keaton y Kevin Kline ven algo de interés en este guión. Pregunta que muchas veces no tiene respuesta. Algo tienen que ver que, desde luego, yo he sido incapaz de apreciar. Nada en la historia imprime emoción, interés, apego… ciertas características que hacen quedarte delante de la pantalla. No voy a caer en la facilidad de calificarla como de Telefilme barato, porque no lo es. Se trata de un guión de Meg Kasdan y Lawrence Kasdan (“French Kiss”) escrito y pensado para el cine, pero que no llega a definirse en ningún momento. Es simplista y poco arriesgado.
Pero volvamos a los actores porque quizás es lo que más sorprenda. Hay contadas ocasiones que se les reconoce. Es decir, vemos el verdadero talento que tienen a la hora de actuar. Y no es que tengan que hacer los mismos gestos que en otras películas, sino que representen el papel creyendo en lo que están haciendo. En este caso no es así y parecen, más bien, dos actores contratados para llamar la atención. Cierto es que el guión no ayuda (siento volver al punto anterior, pero si una cosa no funciona a veces es muy complicado que funcione la otra). Pero no son solo ellos. Otros actores como Diane Wiest o Richard Jenkinst tampoco consiguen hacer real esta historia.
Hablar de una película que no aporta nada es complicado. No porque no sepas qué decir, que a veces también, sino porque aburrir al lector tanto como te has aburrido tú, debería estar considerado como un pequeño delito contra la integridad física. Por eso no me voy a alargar.
Nota:
2
Por Rocío Campos
Es una película tremendamente aburrida, un producto caduco me atrevería a decir.
Nota: 2'5.