'Outer Range' - Ser o no ser (como las demás)
Si ya lo parecía desde fuera, desde dentro aún más. 'Outer Range' nos remite al 'Yellowstone' de Taylor Sheridan pero aderezado con un toque fantástico. Un toque fantástico, en principio sutil pero que se adueña progresivamente de la función y que, a su vez, por su cuenta y riesgo, remite a otras series no demasiado conocidas y poco referenciadas como 'Perdidos', 'Twin Peaks', 'The Leftovers', 'The Twilight Zone' o por qué no, las películas de Jordan Peele. No es tanto que exista un parecido razonable como que Brian Watkins, el creador de la serie, haya querido emular esa sensación de estar al borde de los límites de la realidad.
Esa misma sensación de curiosidad e intriga expectantes que surge de lo enigmático e imprevisible. Puede que no sea nada o que sea una chorrada; puede que cualquier cosa sea posible. Vete tú a saber. Algo que logra hacer con acierto, si bien 'Outer Range' no es una serie de aparente éxito popular que aboga por el pronto pago y el impacto más o menos gratuito de producciones de usar y tirar como 'Stranger Things'. Se lo toma con calma y no tiene prisa por levantar sus cartas, lo cual, como aplicada serie que es, no duda en hacer, por ejemplo, justo antes de que aparezcan los títulos de crédito de cada episodio. De vuelta a la Isla.
Es especialmente notorio en sus dos primeros episodios, cuando aún le estamos tomando la medida a una producción de apariencia seria y sobria matizada, o acompasada por pequeños destellos extravagantes. Quizá es que le cueste tomar forma, quizá es que no tenga prisa por materializarse. 'Outer Range' avanza lenta pero segura, firme y decidida hacia un objetivo que como tiene que ser, poco a poco se va revelando. Pero no es cuestión de paciencia, sino de saber apreciar que lo que da sentido a la acción rara vez es la propia acción. Es todo lo que la precede y/o la envuelve. Es lo que hace que tenga sentido o fundamento.
No todo pueden ser zombis y sangre.
Josh Brolin y Will Patton se erigen en oportunos tótems dentro de una serie con una factura audiovisual notable, bien interpretada y con las ideas claras aunque pueda no parecerlo; al menos, en su primera temporada. Una producción robusta que, bajo su común apariencia de western moderno sobre lucha de egos, tierras y poderes tipo 'Yellowstone' esconde lo que tendemos a considerar una (potencialmente) adictiva y estimulante serie de culto que se vale de que en una ficción inquieta y libre de ataduras, cualquier cosa es plausible. Cuestión de fe. De nuevo un agujero en el suelo y una serie de preguntas sin aparente respuesta... lógica.
En este punto viene a mi cabeza 'Señales', sin que la referencia a la película de M. Night Shyamalan suponga de alguna manera un spoiler. Es, simplemente, porque 'Outer Range', al igual que aquella, se despliega por un terreno cotidiano donde su cariz fantástico sirve de cortejo a su auténtica razón de ser. 'Outer Range' no deja de ser un drama familiar encarado con la misma inquietud existencial de un Damon Lindelof que, como demostró en 'Watchmen', requiere dinamitar los convencionalismos que proyecta su apariencia desde dentro. Esa serie "distinta" que quiere ser "particular" porque, en suma, no quiere ser como las demás.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Efectivamente, la serie no tendrá tercera temporada... y sí, el final de la segunda no cierra la historia, dejándonos de esta manera "colgados".