'Manhunt: Deadly Games' - Presunto culpable
Esta segunda entrega de 'Manhunt' es hasta cierto punto sorprendente, desafiando desde las trincheras su apariencia de oportunista derivado. Una segunda entrega bastante completa, más o menos por el estilo de la primera aunque quizá, es posible, le falte "ese algo" de la elegancia de la puesta en escena de Greg Yaitanes, quién dirigió todos los episodios de 'Unabomber' (mientras que los de 'Deadly Games' se los han repartido entre varios).
Además, en esta segunda temporada no hay una sola línea argumental como en la primera: Aquí seguimos a Richard Jewell, al agente del FBI Jack Griffin, al artificiero Earl Embry, a la periodista Kathy Scruggs y ya avanzada la temporada, también a Eric Rudolph. Quizá por eso, al no estar tan focalizada, pueda parecer menos sólida y más dispersa que la primera. Pero a cambio resulta mucho más dinámica y amena. Incluso más resultona (aunque también menos eficaz).
Tanto, que la segunda parte de 'Deadly Games' parece otra respecto a sus primeros episodios. Algo por otro lado normal... dado la evolución de su argumento. Y es que si en su primera y estilizada temporada parecía que todo quedaba muy bien resuelto y atado en ocho episodios, en esta segunda y aún más ágil temporada da la sensación de que no hubiera estado de más algún que otro episodio... más. Aunque sólo fuera por aportar algo de poso y temple.
En este sentido se podría decir que la serie es complementaria respecto a 'Richard Jewell', la película de Clint Eastwood, dado que lo que le compete a él y a la periodista Kathy Scruggs acaba siendo en realidad la parte más pequeña de 'Deadly Games'. Como es obvio en lo esencial sigue siendo más o menos lo mismo, pero el tratamiento es muy diferente, por lo que no deja de tener su gracia ver dos acercamientos distintos a una misma historia (y personaje).
Y además no dejan de ser curiosas algunas comparaciones, lo que enriquece el visionado en especial de la serie al ser, a priori, más completa que 'Richard Jewell'; por ejemplo, entre la importancia de Sam Rockwell en la película y el papel secundario de Jay O. Sanders en la serie; o como en la serie Gethin Anthony queda definida como una persona de carne y hueso mientras que en la película Jon Hamm quedaba como un mero títere al servicio de la causa.
En resumen, 'Manhunt: Deadly Games' es competente y resultona. Resuelta y entretenida. Puede no ser altamente recomendable o imprescindible porque, de hecho, ni lo es ni aspira a serlo. Pero, al igual que 'Manhunt: Unabomber', cumple con humilde nota respecto a lo que parecía cabía esperar, siendo, hasta cierto punto, una producción... solvente. Aún sin el glamour de una primera temporada que compensa con su simple pero ágil desenvoltura expansiva.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
A mí tampoco me llamaba, porque además el tráiler no me transmite buenas vibraciones. Aunque como por otro lado me podía la curiosidad, he visto el primer episodio y la verdad es que no está nada mal. Después de todo la película de Eastwood incluso puede que la beneficie, dado que la serie, aparte de abarcar más, no está centrada sólo en el personaje de Richard Jewell.
Además, en esta segunda temporada no hay una sola línea argumental como en la primera: Aquí seguimos a Richard Jewell, al agente del FBI Jack Griffin, al artificiero Earl Embry, a la periodista Kathy Scruggs y ya avanzada la temporada, a Eric Rudolph. Quizá por eso también parezca menos sólida, pero a cambio resulta mucho más dinámica. Tanto, que la segunda parte de la temporada parece otra respecto a sus primeros capítulos. Algo también normal dado su argumento. Y es que si en la primera parecía que todo quedaba bien atado en ocho episodios, en esta segunda da la sensación de que no hubiera estado de más algún episodio adicional.
En ese sentido, se podría decir que la serie es complementaria respecto a la película de Clint Eastwood, dado que lo que le compete a él y a la periodista Kathy Scruggs acaba siendo en realidad la parte más pequeña del conjunto. Como es obvio en lo esencial sigue siendo más o menos lo mismo, pero el tratamiento es diferente, por lo que no deja de tener su gracia ver dos acercamientos distintos de una misma historia.
Y no dejan de ser curiosas algunas comparaciones, especialmente entre la importancia de Sam Rockwell en la película y el papel secundario de Jay O. Sanders en la serie, o como en la serie Gethin Anthony queda como una persona mientras que en la película Jon Hamm quedaba como un mero títere.
En resumen, una temporada/serie de lo más competente que nos deja con ganas de más. No la recomendaría como algo imprescindible, pero sí creo que al igual que la primera, cumple con nota respecto a lo que cabe esperar.
Me ha gustado el "original" enfoque de contarte paralelamente como va el proceso de identificar a Unabomber y como va dos años después el proceso de intentar que se declare culpable, para no llegar a juicio y que sus ideas calen en la opinión pública. En la parte de investigación tengo pocos peros a decirle y agradezco que sea una serie breve de episodios no eternos, pero quizá he echado de menos que se tomen con calma y más mimo trasladarnos algunas cosas. Como la parte que el prota se hace ermitaño y en general qué pasa en esos dos años de "vacío". La relación con los cabrones de los jefes. O que el personaje de Unabomber hubiera tenido aún más cabida, pese a que le dedican ya un episodio y en general, le dedican un ejercicio de que empatices con él que llevarlo a mayores igual es si cabe más peligroso.
Pero en general pocas pegas (quizá que abuse un poco de momentos "he tenido una epifanía" a modo de Deus Ex Machina al rescate en el límite), muy recomendable para el público general y en especial para los amantes de las historias de asesinos en serie. Le doy un 7 y algo.