'Richard Jewell' - Una película de Clint Eastwood
'Richard Jewell' es una película de Clint Eastwood. 'Richard Jewell' es ante todo una película de Clint Eastwood. Es la nueva película basada en hechos reales de Clint Eastwood. En realidad no debería de hacer falta decir mucho más. Si acaso, que no se trata de '15:17 Tren a París', el único traspiés (reciente) de un cineasta que no suele cometer traspiés.
Recapitulemos: Clint Eastwood tiene 89 años. La mayor parte de ellos dedicados a hacer películas, tanto delante como detrás de la cámara. Y si por algo ha destacado como cineasta es por la dignidad que aporta a cualquier película. A veces más, a veces menos. Pero en cualquier caso, dignidad. La de una historia correctamente contada, la de una película correctamente narrada.
'Richard Jewell' no es la excepción; 'Richard Jewell' no es '15:17 Tren a París', el único traspiés (reciente) de un cineasta que no suele cometer (graves) traspiés. Es una buena película. Una buena película a la medida de los hechos que representa; a la medida del nombre de Clint Eastwood; a la medida de lo que, tradicionalmente, se considera que es una buena película.
Decía John Huston algo así como que el 85% del trabajo de un director era escoger a los actores adecuados... y dejarles hacer. Decía John Huston algo así como que el trabajo de un director era, básicamente, dejar que la historia fluya. Clint Eastwood es perro viejo; Clint Eastwood es ante todo un cineasta que, con 89 años, si algo le sobra es, básicamente, oficio.
De alguien como Clint Eastwood cabe esperar algo como 'Richard Jewell'. De alguien como Clint Eastwood si algo cabe esperar es, precisamente, algo como 'Richard Jewell'. Más allá de otra consideración. Es un modélico ejemplo, ejemplar y modélico, de lo que es una narración cinematográfica. Eastwood sabe lo que se hace, y no hace más de lo que sabe hacer. Oficio.
'Richard Jewell' es una película hecha, por instinto, para que rezume dignidad por inercia. El ABC del cine en este caso, eminentemente norteamericano. Más allá de cualquier otra consideración, Eastwood retrata con el compromiso narrativo de alguien que lleva toda una vida haciendo lo que hace. No inventa la rueda, pero la hace girar como si pudiera haberlo hecho.
'Richard Jewell' es una apuesta segura que en virtud de los nombres implicados, no sorprende. Porque si lo hiciera, posiblemente, no sería para bien. Porque no es más que una película, una buena película. La obra de un cineasta consolidado que rueda con la suficiencia de un cineasta de sobra consolidado que no tiene qué demostrar... nada.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Tendría unos 7 años en el momento de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 así que, por motivos obvios, no recuerdo nada de aquel acontecimiento ni nada del suceso relativo a los Juegos que narra Clint Eastwood; quizás haya leído algo años después, pero no lo recuerdo. Eso sí, lo que le hicieron al pobre Richard Jewell no tiene nombre.
Imagino que la aproximación a Jewell en su película homónima no tendría mucho que diferenciarse de la persona real, y en ese sentido no puedo sentir más que pena por una buena persona al que le metieron en un lío por los, teóricos, agentes competentes del FBI que se columpiaron en su investigación, así como los buitres de la prensa, personalizado en el personaje de Olivia Wilde.
El tesoro cinematográfico estadounidense (no se nota que le tengo aprecio) Clint Eastwood aún sigue trabajando a sus 90 años de vida, lo que me parece de quitarse el sombrero. Dudo que a estas alturas vuelva a dar algún pelotazo como lo hacía antaño, aunque me conformo con que tengan el nivel mostrado aquí. Una cinta que se ciñe a los hechos y no añade nada nuevo, pero rodado con la habitual elegancia 'made in Eastwood' con un trío formado por Paul Walter Hauser, Kathy Bates y Sam Rockwell que, en términos interpretativos, son lo mejor.
'Richard Jewell' no llega a obras más recordadas de Mr. E por su ya citado seguimiento casi literal de los hechos dejando poco espacio a la creatividad (si bien no quita que no haya algún buen momento como la conferencia de prensa con Kathy Bates y una partitura de Arturo Sandoval en esa secuencia que recuerda a las propias aportaciones de Clint Eastwood en el pasado en bandas sonoras), si bien no deja ni mucho menos un regusto amargo. A veces, menos es más.
7
La clave está en los personajes de Olivia Wilde y Jon Hamm. Son meros recursos del guión, sin apenas personalidad.
La verdad es que se les saca poco partido y son dos personajes que debían aportar otro punto de vista de la historia.